Pasan las horas y los sentimientos se apaciguan poco a poco. Y, - TopicsExpress



          

Pasan las horas y los sentimientos se apaciguan poco a poco. Y, digo, ahora sí ahora ya podré expresar lo que tengo en la entraña (lugar de lo entrañable). Y empiezo estas torpes líneas y surge el dolor, lo aparto. Y me centro en la magnitud de la tragedia, y vuelve el dolor. Y pienso en los que esperaban en los andenes de Santiago (Señor Santiago ¡ayuda!¡joder!) (Cuando hay sangre de por medio se puede hablar mal ante los Santos propios. ¡Acordaos de Clavijo!). Y, digo, pienso en los andenes y me agita el dolor. Y al evocar a la madre preñada cuyo último aliento grita “¡hijo mío!”, el dolor regurgita y aflora en color sangre y luto. Y no puedo, ni tan siquiera intentar, apartar de mi estado de ánimo ese dolor que cabreado ante el infortunio ajeno, y haciéndolo casi mío me hace gritar: “¡¡¡¡SEÑOR SANTIAGO, ÉCHALES NO UNA, LAS DOS MANOS A ESAS GENTES, JODER, AMÉN!!!! ¡Y yo, termino escribiendo esto llorando como un crío!
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 15:42:46 +0000

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