Pedidle a vuestro Santo Ángel de la Guarda que tome en sus manos - TopicsExpress



          

Pedidle a vuestro Santo Ángel de la Guarda que tome en sus manos el libro de oro de las Horas Nocturnas de Reparación y continúe reparando por vosotros mientras descansáis porque necesitáis recobrar fuerzas, porque los embates y combates que os esperan son muy fuertes. Por lo tanto necesitáis estar bien alimentados de la Palabra de Dios. Necesitáis estar bien alimentados del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Necesitáis estar en vida de gracia. Necesitáis estar radiantes como el sol o fulgurantes como la luna llena. Necesitáis caminar, aún, cansados; aún, levemente golpeados por las penurias y vicisitudes de vuestra vida. Pero muy pronto, amados míos, me veréis bajar del Cielo. Muy pronto, amados míos, podréis escuchar el sonar de las trompetas como aviso de la llegada de San Miguel Arcángel. Muy pronto se dará el triunfo de mi Inmaculado Corazón y el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús. Hijos carísimos: no penséis más en las cosas del mundo. Pensad más bien en las delicias, en los deleites, en los gozos que os esperan en el Cielo. El Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes abrirá las puertas del Cielo para cada uno de sus soldados rasos que enfrentaron con valentía, con coraje: al espíritu engañador, al príncipe de las tinieblas. Las puertas estarán siempre abiertas para todos aquellos soldados rasos que vivieron en plenitud la palabra de Dios, para todos aquellos soldados rasos que añoraban habitar en una de las moradas de los Cielos. La salvación está al alcance de todos. Amados míos: el Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes está abierto para todos mis hijos. Hijos que desean salir victoriosos en la próxima guerra que está a punto de desatarse. Las huestes del mal guerrearán contra el Ejército del Cielo. No temáis: satanás siempre perderá, es el ejército de los perdedores. Vosotros formáis parte del Ejército de los Vencedores. Por eso, amados míos, hijos estimadísimos, a los cuales arropo bajo los pliegues de mi Sagrado Manto y os susurro en vuestros oídos: mimos, palabras de cariño que una buena madre suele decir a sus hijos. No sabréis lo que es la derrota, conoceréis la victoria y el triunfo sobre el pecado y sobre todo mal. Os dejo esta santa inquietud. Las Horas Nocturnas de Reparación servirán como alivio a nuestro sufrimiento, son medicina de Dios para nuestros Corazones heridos y traspasados y también será medicina de Dios para vuestros propios corazones. Os amo, mis hijos amados. Os registro en este mismo instante en el libro de vuestras vidas. Os amo y os bendigo: + + +. Amén.
Posted on: Sun, 14 Jul 2013 05:35:19 +0000

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