Pienso en aquella recomendación profética en Apocalipsis que dice: “He aquí, yo vengo como ladrón, bienaventurado el que VELA, y guarda sus ropas…” (Apocalipsis 16: 15) e inmediatamente después de esta recomendación tan pertinente, el Espíritu de la profecía, agrega: “Y los REUNIÓ en un lugar que en hebreo se llama ARMAGEDÓN” Creemos que debemos aguzar nuestro espíritu hoy, para captar el momento y la manera cómo nuestro Padre nos dará muy pronto esa orden. Si nos mantenemos sometidos y en unidad con el Espíritu de nuestro Padre, de seguro que oiremos y discerniremos su voz y su orden; Amada: ¡Esto es importante y DECISIVO! El siervo malo de la parábola, fue sorprendido y echado fuera en las tinieblas, porque no se mantuvo en unidad con el espíritu de su Señor, ni en unidad y comunión con sus consiervos. Cualquier raíz de amargura en nuestros corazones hacia Papi, o hacia un hermano dentro de la familia de la fe, es suficiente para dejar de alcanzar la gracia de Dios (Leer Hebreos 12: 15—17) Podría ser por su Espíritu y por medio de sus ángeles que en cualquier momento Papi podría darnos esa orden; o también podría ser que en el momento de la Transformación, nuestro Padre nos dará esa orden, cuando estando ya a las puertas de Armagedón, nos diga: ¡Entra en tus aposentos, Pueblo mío, y cierra tras ti tus puertas!... (Isaías 26: 20-21) Entonces, ya sea en una manera o en otra, la recomendación pertinente, es: ¡VELAD! Y estad preparados; porque no sabéis el día ni la hora cuando vendrá. Pero ya sabemos que velar es mantener nuestras lámparas llenas con el aceite de la SENSATÉZ Y DE LA SABIDURÍA de Dios. Sabemos que estas lámparas de aquel tiempo, sólo se mantenían encendidas mediante la renovación continua de su aceite, en el mismo grado en que éste se consumía. Por esto mismo Papi no ha cesado hoy de ministrarnos mediante la repetición de sus mensajes que nos hablan con la letra de sus canciones de alabanza, y también con sus Joyas de Gracia que contienen el aceite de su SENTIR y de sus grandes pensamientos que hoy comparte con nosotros a través de este don de su pluma. Aún después que no recibió más la revelación del Padre en la edificación de su Iglesia, Papi ha permanecido cuidando a su Pueblo y dándole esos últimos toques de su Gracia. La pluma de J. H. con amor siempre para Aquel que nos ayuda a mantener nuestras lámparas encendidas.
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 03:44:08 +0000
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