Por San Damián. Siempre se celebraba en la festividad de san Damián. El rey, a los hombres de mérito, les concedía permanecer en el trono por un tiempo prolongado, para que pudieran gobernar. En realidad no hacía falta, porque, esos hombres, prudentes y honestos todos ellos, se conformaban con ser rey durante un segundo, pues un segundo era suficiente para satisfacer su curiosidad, de modo que en palacio guardaban cola y se iban pasando la corona de uno a otro, mientras el rey descansaba de toda autoridad. Al caer la noche le devolvían su cetro y regresaban cada cual a su ocupación, uno zapatero, otro hortelano, y se pasaban todo el año recordando la emoción de aquel momento. -¿Te acuerdas cuando fui rey? -Claro que me acuerdo, ¡qué bien te sentaba la corona! Y tú, ¿te acuerdas de cuando lo fui yo?
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 06:23:36 +0000