QUE HACER CUANDO SE ESFUMAN LOS SUEÑOS? ¿Quien de nosotros - TopicsExpress



          

QUE HACER CUANDO SE ESFUMAN LOS SUEÑOS? ¿Quien de nosotros alguna vez, no ha tenido un sueño, una ilusión, un anhelo, un deseo? ¿Quién dijo que los cristianos no pueden soñar, ambicionar, desear? Lea lo siguiente. Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; Y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Génesis. 37; 5. En su niñez, Dios le mostró a José un hermoso sueño, y en el se veía sentado en el trono de Egipto, rigiendo los destinos de esa nación. El joven empezó a alimentar todo ello en su cabeza, a hacerse ilusiones. Continuamente en su alcoba se imaginaba como sería aquello. Supongo, que: Inventó leyes, promulgó edictos, se vio del brazo con una princesa muy linda paseando por los jardines del palacio. En otras palabras, no cesaba de soñar. Acaso porque somos cristianos ¿no tenemos derecho a soñar? José era hijo de un profeta. Pero de la noche a la mañana ese sueño se desvaneció. Sus hermanos intentaron matarlo, desaparecerlo y un sinfín de cosas. . Finalmente fue vendido por ellos y llevado como un esclavo. Un príncipe de Israel, tratado como un vulgar esclavo. Cuantas cosas permite Dios para moldearnos, para capacitarnos. ¿Y el sueño? El sueño se desvaneció. ¿Quizá también le ha pasado a usted. Eso tan hermoso, que pintaba tan real, una espesa nube de odios y resentimientos, lo diluyó. Dice la historia bíblica, que: José de allí de la cisterna, fue llevado como esclavo a la casa de Potifar. Y de allí a ala cárcel. Otra vez se desvaneció el sueño. ¿Sabe usted que hizo José? Insistió de nuevo. No se dio por vencido. El sabía que ese sueño no provenía de un malestar estomacal: Fue el mismo Dios quien se lo había entregado. El peor error que comete mucha gente, es perder el poder de luchar. San Pablo escribe a Timoteo, y le dice: Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna a lo cual así mismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 1ª de Timoteo 6: 12. ¿Que le quiso decir con la palabra pelea? Sencillamente le estaba diciendo: No te entregues, no te rindas, pelea por lo que es tuyo, por lo que Dios te ha dado. No te entregues, no desmayes, se valiente, esfuérzate. Madruga, busca más, acércate más. Enamórate más. Etc. Cuantas veces aquello que tanto anhelamos se esfuma, se vuelve viento. Entonces lloramos, nos encerramos, y hasta peleamos con Dios reclamándole por ese matrimonio, ese trabajo, ese favor, esa oportunidad. Etc. Y llegamos al colmo dela desesperación y con rabia decimos: No vuelvo. No me vuelvo a enamorar, no vuelvo a soñar. Prefiero vivir despierto, etc. José no desmayó. Sabía que Dios no miente. Que sus promesas son fieles y verdaderas. Sabia con certeza; Que todas las promesas en el son si, y son amen por medio de nosotros, para gloria de Dios. (1a Corintios 2. 20) El libro de los Salmos dice: Pacientemente esperé a Jehová y el se inclinó a mi y oyó mi clamor, y me hizo sacar del pozo dela desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Sal 40: 1-3. Isaías 41: 10. Dice. No temas porque yo estoy contigo; No desmayes porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo; Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Ruth la moabita. Perdió a su esposo, y con el su ilusión, su esperanza. Sus sueños se diluyeron. Pero ella esperó. No se entregó a la pena. Lloró amargamente, pero esperó en la voluntad de Dios. (Aunque no era del pueblo del Señor. A veces los inconversos nos dan mejores ejemplos de fe y esperanza.) En respuesta a su fe; Dios la bendijo dándole un nuevo y mejor esposo, bienes, riqueza, hijos salud. Lo que ella no había pedido, Dios se lo concedió. Dios tiene más para darnos de lo que nosotros tenemos para pedirle. Cuando El Señor deseaba un rey para sentarlo en el trono de Jerusalén, en remplazo de Saúl; Dios se levantó un joven. Y este, también empezó a soñar. Pero de la noche a la mañana. Su sueño también desapareció. Pero el también sabía esperar en su Dios, y para ello entre otros nos legó el salmo 40. Cuando llegó la hora de la elección; Su padre lo descalificó. Sus hermanos lo criticaron, Saúl lo descertificó. El gigante se burló. Pero nada de eso lo intimidó ni lo hizo desmayar. Fue el quién dijo: ¿Por qué te abates oh alma mía, y por que te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarle; salvación mía y Dios mío. Salmos 42; 11 Todos lo hicieron a un lado: Pero Dios se agradó de el. Y le concedió sus deseos. La palabra del Señor dice: Deléitate en Jehová y el concederá las peticiones de tu corazón. Escucha bien: Deléitate en el Señor; El hará lo demás. Salmos 37; 4. El Salmo 145; 18. Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá así mismo su clamor, y los salvará. Hay un día, en el que José estaba en la cárcel. Habían transcurrido trece años, desde que el Señor lo arrancó del seno paterno. Trece años esperando el cumplimiento de sus sueños. Pero Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta. Lo que el promete lo cumple. Dios no sufre de amnesia cerebral. Y el día señalado (Dios tiene un tiempo para todo) Jehová cumplió su propósito en el. Salmo 138; 8. Ese día, estaba José preso, olvidado de todos, con su uniforme de presidiario y barbado, (Génesis; 41; 14.) Dios no se había olvidado de el. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de complacerse del hijo de su vientre? Aunque ella olvide, Yo nunca me olvidaré deti. Isaías 49; 15. Ese día; José oyó una voz, que decía: José ponte las vestiduras reales, El rey te llama. En ese hermoso día se acabó el vestido de presidiario, no más humillación, no más lágrimas, no más vergüenza, no más soledad, no más frustración y no más espera. Se había cumplido el tiempo de Dios. El cumplirá el tuyo también. . De la cárcel al trono. Dios no se ha olvidado de ti hermano (a) querido (a) El también quiere visitarte, exaltarte, bendecirte, ponerte en alto. En estima. El concederá las peticiones de tu corazón. No te preocupes. Deja tus sueños, tus aspiraciones, tus ideales y tus proyectos; En sus manos; Pues el ha dicho: Que suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria, en Cristo Jesús Señor nuestro. Para ti y para mi hay también un día; Cuando el Señor nos traerá ya no los sueños, sino las realidades, las bendiciones, los regalos, que tanto hemos deseado. Ya no serán ilusiones, ni sueños, ni proyectos. Vendrá con realidades. Vendrá con las manos llenas. Habrá cumplido, como solo el lo sabe hacer, todas tus peticiones; Espéralo. Recuerda: no desmayes. Espéralo. Los que esperan en el no serán confundidos ni avergonzados Pastor Jorge E. Lopez Mera IPUC Calasanz, Medellin
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 13:30:51 +0000

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