QUE SIGUE DESPUÉS DE LA CULTURA DE LA PAPA, LA CAPUCHA Y EL DISTURBIO? Por: José Javier Capera Figueroa. Si el poeta Mario Benedetti Elogiaba a los jóvenes ¿Qué les queda por probar a los jóvenes En este mundo de paciencia y asco? ¿Sólo grafiti? ¿Rock? ¿Escepticismo? También les queda no decir amén No dejar que les maten el amor Recuperar el habla y la utopía Ser jóvenes sin prisa y con memoria Situarse en una historia que es la suya No convertirse en viejos prematuros. Considero enfáticamente que el Poeta, estaría avergonzado de lo que ha sucedido en la Universidad del Tolima. Son preguntas que generan una serie de desilusiones por una parte, y por otra solo despierta sinsabores en muchos actores de la comunidad, los cuales en momentos tan eufóricos pierden la razón y solo actúan mediante los sentimientos y las pasiones, de algo hacía mención el sabio Aristófanes a tan bellas palabras: “La juventud pasa, la inmadurez se supera; La ignorancia se cura con educación y la embriaguez con sobriedad; pero la estupidez, dura para siempre.” Para algunos estudiantes los distribuidos eran necesarios, justificando esta medidas de hechos con enunciados como: El día de los estudiantes caídos se respeta, Muertos pero no olvidados, Norma vives con nosotros entre otros, los tenían como objetivo respaldar toda manifestación que se presentó a las afueras de la universidad. Observemos que encontramos una amplia diferencia entre los que utilizan el discurso de la defensa por la educación pública, gratuita y de calidad, asimismo un ejercicio de libertad respalda por la democracia, bajo los principios de deliberación, argumentado todo acto que para unos es considerado vandálicos y para otros una medida de hecho, para mostrar una serie de inconformidades con el estado, la universidad y la fuerza pública. Conviene distinguir las instancias necesarias y legales, basadas en un conducto regular para realizar las críticas correspondiente y a su vez las propuestas pertinentes para mitigar el problema que presenta una comunidad, como es resaltado en la constituciones, estatutos y normativa de la cual pertenece una comunidad universitaria. Dentro de este marco ha de considerarse cuales son las ganancias, triunfos y objetivos que se pretendía realizar en homenaje al día del estudiante caído: Comencemos resaltando como primera instancia lo siguiente: Daños a establecimientos públicos, iglesias, residencias, carpas y lugares aledaños. Un gran escándalo público del cual la universidad es el personaje principal, argumentos para que ciertos sectores opositores de la educación pública, busque medidas para generar un imagen pésima, al nivel nacional e internacional, dejado como secuelas la dignidad y reputación de la comunidad universitaria en el piso. Daños de gran magnitud en las instalaciones, equipos, salones, y materiales de la universidad. Parálisis de la actividad económica que se desarrolla a fuera y adentro de la universidad. Heridos en ambas partes, estudiantes arrestados y posiblemente judicializados de los cuales se convertirán en la imagen que representan a la universidad. Solo estos son uno de los posibles resultados obtenidos de aquel suceso y de los cuales usted podrá hacer mención a favor o encontrar, sin olvidar lo que podría hallar también. De esta manera queda por hacer mención que todos estos bochornosos y terribles actos cometidos por ciertos estudiantes, los cuales no conocen y no sabrán del valor simbólico y material que posee el adoptar por colocarse libremente la capucha, ojala no se dé cuenta los grandes teóricos de la teoría crítica y los promotores del materialismo histórico de los productos que se generan de la pésimas y simplista interpretaciones que los estudiantes realizan de sus teorías. No sería ilógico hacer mención a las Tesis sobre Feuerbach la cual resalta: “[XI] Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Si es así, como se pretende buscar transformar el mundo haciendo apología a la cultura de la papa bomba, de la capucha vandálica, del lenguaje grotesco y cobarde utilizado, de la violación a los derechos de los demás estudiantes que se encontraban en simposios, coloquios, parciales, investigaciones, lecturas, consulta entre otras actividades, en verdad queda mucho que pensar de esta serie de manifestaciones que para sectores internos y externos es considerada como terrorismo, para corrobora se puede observar este enlace (youtube/watch?v=1XgLIexcpwk). Es de saber que actualmente la universidad se encuentra en un contexto de crisis estructurales que presenta en campos como Infraestructura, investigaciones, currículos, acreditación, Planta de profesores, Bienestar universitario en general de la configuración de todo los sectores que la conforman que demuestran su estado perecedero y sus debilidades convirtiéndose en trabas que obstruyen el desarrollo y el progreso de los estudiantes, funcionarios y profesores que conforma el Alma Mater. En conclusión queda por recapacitar ¿QUE SIGUE DESPUÉS DE LA CULTURA DE LA PAPA, LA CAPUCHA Y EL DISTURBIO? de este episodio que para ciertos sectores demuestra la valentía, que tiene los estudiante en la defensa de la educación, de sus colegas caídos, y de los que caerán, solo es de reflexionar si esta es la manera de brindar un distinción aquellos mártires, que por sus principios y virtudes fueron asesinados, desaparecidos y torturados. En verdad que si esta es la manera de recordarlos y hacerles un elogio a ellos, presiento que Norma y todos los demás, estará lamentándose de ver como sus colegas actúan y lo peor es que con el pasar de los años de sus muertes las cosas no han mejorado y solo lo que ha provocado es empeorarlas. Desde luego es justo la reivindicación de los estudiantes, proclamado las exigencias y garantías para ejercer sus derechos y cumplimiento de los deberes constitucionales por parte del estado que he parte los ha olvidado; pero que este tipo de manifestaciones responda a lo que representa la academia, a su visión, a sus principios y valores, de los cuales como dirían el Honorable Maestro Guillermo Hoyos: Hay que retornar la educación a su elemento, es decir, a procesos comunicacionales en los que participen los estudiantes desde su mundo de la vida y adquieran una formación para la democracia, naturalmente también para desempeñarse profesionalmente de acuerdo con sus capacidades. Tenemos que poder volver a pensar la universidad sin condición, como lo sugiere Jacques Derrida, gracias a las “Humanidades”, lo que podría tener lugar mañana: el lugar en el que lo impredecible pudiera llegar a ser acontecimiento. “debemos trabajar para reconectar la educación a las humanidades para poder dar a los estudiantes la capacidad de ser ciudadanos críticos.” Palabra más palabras menos, queda prohibido olvidar que: “Sentimiento, pasión y memoria: tres ausentes en la formación de nuestros ciudadanos colombianos. De ahí el grito de auxilio a las humanidades para que los haga participes de una democracia deliberativa”.
Posted on: Fri, 07 Jun 2013 03:18:25 +0000