Que sus generaciones le imiten Texto biblíco:2º. Reyes 22 El rey Josías que comenzó de escasos ocho años su reinado y tanto su padre (Amón) como su abuelo (Manasés), habían hecho gran maldad delante de Dios, porque no solamente habían consentido la idolatría, sino que habían pasado a sus hijos por fuego, adoraron los astros y rendían culto a Baal; pero Josías, no quiso seguir el ejemplo de ellos, que siendo más cercanos quizás de alguna manera serían influencia para el pequeño, al contrario, se propuso hacer lo recto delante de Jehová y determinó imitar a David -su tatarabuelo muy lejano-, y que él le llamaba padre mío. Josías a sus dieciocho años -edad en la cual los jóvenes se supone son tan alocados y apasionados-, tenía en su corazón un deseo vehemente de agradar a Dios y conocer algo más respecto a su Palabra, con el propósito de obedecerle y hacerle conocer del pueblo. Todo porque para él, su antepasado David le había causado gran admiración y era un referente muy fuerte de obediencia a Dios. Sin duda, que la madre -Jedida-, había hecho una gran labor en la crianza de su hijo y por supuesto le contaba respecto al rey David y todo lo que algunos del pueblo comentaban respecto de aquel que fue un adorador incansable de Dios. Esto nos muestra la importancia de que el varón sea un hombre temeroso de Dios y hacedor de su Palabra al punto que su vida sea un testimonio vivo del poder de Dios. David dejó un testimonio que hablaba muy fuerte respecto del amor y la obediencia a Dios, de su pasión por los asuntos del Señor, al punto que aunque en medio de sus generaciones hubo reyes que no conservaron el pacto de David, se levantaron muchos otros que como Josías querían ser la viva estampa de su antepasado, y fue tal la pasión de Josías por agradar a Dios, que aunque el Señor había prometido la destrucción de todo el pueblo, a él le prometió que cuando fuera el tiempo de recogerlo con sus antepasados lo haría en paz y sus ojos no verían nunca el dolor y la destrucción que vendría sobre los que habían sido rebeldes e idólatras (Vr. 20). Tómese su tiempo y lea este capítulo, tome para sí esta enseñanza, porque como mínimo hará que su corazón se llene de amor hacia Dios y querrá que sus generaciones le imiten. Recuerde que la acción habla más que las mismas palabras, porque usted no sabe hasta dónde su semilla de fe y obediencia a Dios, germine en su casa. Bendiciones.
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 17:23:40 +0000
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