¿Qué es la Santa Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa?. 4 de - TopicsExpress



          

¿Qué es la Santa Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa?. 4 de junio de 2013 a la(s) 17:55 ¿Qué es la Santa Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa? “Me hallan los que madrugando me buscan" (Prov. 8.17) Usted quizás haya oído mencionar a la Iglesia Ortodoxa. ¿Qué es la Iglesia Ortodoxa? Hace ya casi dos mil años, Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra y fundó la Santa Iglesia, a través de sus Apóstoles y discípulos, para la salvación de la humanidad. Las enseñanzas de los Apóstoles y la Iglesia se esparcieron grandemente en los años siguientes. Muchas iglesias locales (con expresiones propias de los que las conformaban, es decir griegos, árabes, eslavos, etc) fueron fundadas, y todas estaban unidas en una sola fe, la liturgia y la participación en los sacramentos. Al grupo de Iglesias fundadas por los mismísimos Apóstoles pertenecen los cinco Patriarcados históricos de Jerusalén, Antioquia, Alejandría, Constantinopla y Roma (están en el orden en que fueron fundados). Luego fueron fundadas las Iglesias de Sinaí, Rusia, Grecia, Rumania y muchas más que son conocidas también como Patriarcados autocéfalos. Todas estas iglesias son independientes en su administración, pero están en completa unión una con otra, con una excepción, la de Roma, que se separó de las otras en 1054 d.C., y desde entonces ha añadido nuevos dogmas y cambiado la doctrina original ortodoxa. En materias de fe, doctrina, tradición, liturgias y servicios, estas iglesias ortodoxas son exactamente iguales. Por esto decimos que están en comunión plena. Pese a que algunas usan idiomas diferentes, estas iglesias están en perfecta comunión y juntas constituyen y se llaman la SANTA IGLESIA CATÓLICA ORTODOXA (del Griego: ortos- lo correcto, doxa – doctrina, culto, adoración). Las enseñanzas de la Iglesia Ortodoxa se derivan de dos fuentes (que en realidad son una, sola): Las Santas Escrituras y la Santa Tradición. Como dice el Evangelio según San Juan: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir.” (San Juan 21,25) Estas “otras muchas cosas” fueron transmitidas oralmente por los Apóstoles, por ejemplo durante los 40 días que Jesús se quedó con ellos después de su Resurrección y han llegado a nosotros en la Sagrada Tradición, que en su primer origen fue oral. La fe y la doctrina de la Iglesia Ortodoxa se encuentran en las Escrituras (la parte de la Tradición, está tomada de entre muchos libros históricos por la Iglesia), los Decretos de los Concilios Ecuménicos (los que han sido aceptados por toda la Iglesia), y en los escritos de los Padres de la Iglesia. Creemos que el Señor Jesucristo es verdaderamente Dios, el Salvador, e Hijo engendrado de la misma esencia que el Padre antes de todos los siglos; y también verdaderamente Hombre, igual a nosotros en todo, menos el pecado. Creemos que por nuestra salvación El nació de una virgen, a quien llamamos Theotokos (es decir, la que dio a luz a Dios; ver San Lucas 1,43). Creemos que el Espíritu Santo procede del Padre (ver San Juan 15,26), quien es el único origen de la Santísima Trinidad. (Decir que el Espíritu Santo procede también del Hijo sería postular dos orígenes en la Trinidad y negar la Unidad de Dios abandonando así la Santa Tradición –así enseña equivocadamente la Iglesia Romana desde hace algunos siglos, pero no es lo que defendieron los primeros sucesores de los Apóstoles-. Los Tres son Uno porque tanto el Hijo como el Espíritu tienen su origen en el Padre, uno engendrado y el otro procediendo). Los cristianos ortodoxos adoramos a Dios en Trinidad (ver San Mateo 28,19) y honramos a los Santos, pidiendo su intercesión (no mediación) ante Dios. (ver Proverbios 15,29; Números 11,2). Entre los Santos el lugar principal es de la Theotokos, pues a través de Ella Dios vino a nosotros (ver San Lucas 1,48). De acuerdo al Séptimo Concilio Ecuménico (año 787 d.C) el cual confirma esta antigua práctica, veneramos los íconos (pinturas sagradas), no por sí mismos, sino como representaciones de Cristo y los Santos, más no aceptamos estatuas en nuestros templos. (Nos enseña San Juan de Damasco que “Si Dios tomó forma física, se le puede representar físicamente”). Reconocemos siete “misterios” o sacramentos. El Bautismo y la Crismación son los medios de entrar en la Iglesia por lo que son generalmente concedidos a los pequeños. Sin morir al hombre antiguo y ponerse el nuevo en el Bautismo no podemos heredar el Reino de Dios. En la Eucaristía participamos del verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, para la remisión de los pecados y la vida eterna. En la Confesión presentamos a Cristo nuestros pecados y El dá, a través del confesor, la garantía del perdón de nuestros pecados, no existe investigación de parte del Sacerdote durante la confesión, es decir no se nos pregunta ni la cantidad, ni la forma, ni el cómo de nuestros pecados, basta declarar ser pecador. (Al pecar, ofendemos no sólo a Dios, sino también a la Iglesia, el cuerpo de Cristo, del cual somos miembros. Por lo que pedimos perdón ante un ministro de la Iglesia como representante de la totalidad de sus miembros). Estos tres sacramentos son esenciales para la vida espiritual y la deificación de todo cristiano. Por la imposición de manos de un obispo, la Gracia Divina desciende sobre el que es ordenado y lo capacita para ser sacerdote y repartir esta Gracia, que es participación en la vida misma de Dios. (El hombre no puede participar en la esencia de Dios, pero según nos enseña San Gregorio Pálamas, puede participar en las “energías” o manifestaciones externas de Dios, que son parte de Dios, como los rayos del sol son parte del sol. Esto no se considera posible en el Occidente Cristiano-Iglesia Romana, donde lo mayor que puede esperar el cristiano es evitar la condenación en el infierno, después de purgar sus faltas. La Iglesia Ortodoxa en sus miembros espera “deificación”, verdadera unión con Dios (ver 1 Corintios 15,51 y 2 Corintios 3,18), un proceso dinámico y gradual que dura toda la vida y no sólo se decide al morir). A través del sacramento de la Ordenación Sacerdotal, la Iglesia Ortodoxa ha tenido sucesión apostólica, en continuidad plena histórica y doctrinal, sin interrupción desde el día de Pentecostés. Es decir al igual que una sucesión genealógica de una familia, se puede comprobar sin error que un obispo proviene sin ruptura de los mismos Apóstoles. La Gracia Divina santifica la unión de un hombre y una mujer en el santo matrimonio, como Cristo bendijo la boda de Caná (San Juan 2,1-11) por su presencia y su primer milagro. Las dolencias del cuerpo y alma son curadas por el sacramento de la Santa Unción (Santiago 5,14). Estas son, muy brevemente, algunas de las características de la Santa Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa. Es UNA porque Nuestro Señor fundó sólo una sola Iglesia. Es Santa por estar Unida a su Única Cabeza, Jesucristo, quien no dejó Vicario en la tierra (pues esto significaría que Jesús está ausente de la Iglesia y necesita un representante), los sacerdotes y obispos son administradores de esa UNICA cabeza que es Cristo, que obra en las almas por la operación y Gracia del Espíritu Santo. Es CATÓLICA porque no conoce límites de lugar o tiempo, y no cierra sus puertas a nadie. Es APOSTÓLICA porque fue fundada en los Apóstoles y mantiene sin cambio sus enseñanzas, escritas y orales. Y es ORTODOXA porque cree y enseña lo correcto, y nunca cambio, es decir frente a las innovaciones y desviaciones doctrinales permanece fiel en todas sus propiedades (Una, Santa, Católica y Apostólica) lo cual definimos y abreviamos como ORTODOXA. La Iglesia Ortodoxa admite, como siempre se hizo desde el inicio, que hombres casados sean ordenados sacerdotes (el Patriarcado de Roma seguía esta práctica pero la cambio en el siglo XI después de su separación de la Iglesia, nuestra practica sigue la enseñanza de los Santos Apóstoles, ver Primera epístola a Timoteo capítulo 3), sin imponer arbitrariamente y obligatoriamente el celibato sacerdotal. El que un hombre tenga vocación al sacerdocio no quiere decir que necesariamente Dios le dé vocación al celibato también. Existen igualmente monjes y monjas que después de una madura decisión han optado por un celibato para toda la vida, solo de entre los monjes después de una elección realizada por un Santo Sínodo (reunión de muchos obispos) se escoge a un candidato para ser Obispo. La Iglesia Ortodoxa admite en ciertos casos, cuidadosamente examinados por el obispo, el divorcio y segundas nupcias. Sin embargo, lo ideal es que el matrimonio dure hasta la muerte, pero los cónyuges son humanos y la Iglesia, aunque condena el divorcio comprende que somos débiles e imperfectos y no se ciega al imponer la ley. La Iglesia Romana ha cambiado su concepto original sobre el matrimonio por esto se considera inválido el matrimonio romano, por esta causa las personas que se han divorciado según la ley civil y tenían un matrimonio romano anterior, pueden pedir ser casados válidamente en la Iglesia Ortodoxa. Los hijos son el fruto del amor de los padres y no se deben evitar a no ser por una razón grave, sin embargo con la bendición de un sacerdote ortodoxo una pareja puede pedir permiso para usar ciertos métodos anticonceptivos. La Iglesia se opone vehementemente al aborto, toda criatura es un regalo de Dios y por consecuencia la vida es sagrada. Esta es la Iglesia Ortodoxa, fiel a su Fundador y transmitiendo su mensaje al mundo desde al año 33 d.C. por veinte siglos sin añadir ni quitar nada a lo que nuestro Señor dejó. ¡Gloria a Dios por todo!
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 07:07:10 +0000

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