¿Qué tan feliz eres? ¿En qué grado de felicidad te encuentras - TopicsExpress



          

¿Qué tan feliz eres? ¿En qué grado de felicidad te encuentras en esta etapa de tu vida? Si se tratara de una escala del uno al diez ¿en qué número te ubicarías?, ¿en el siete, el cuatro, el diez? Te invito a pensarlo. Puede existir la tentación de contestar rápidamente la pregunta anterior, sin dar un espacio para que con la reflexión la respuesta sea más profunda. Si bien la felicidad es sólo una palabra, un símbolo de algo que tratamos de apuntar, tocar o explorar, es en esa exploración que surgen conceptos reveladores, así como conversaciones que enriquecen. Bueno, pues un terapeuta planteó a una señora voluntaria esa misma pregunta sobre su ubicación en la escala de la felicidad. Diez hojas de cuaderno se encontraban alineadas sobre el piso y enumeradas del uno al diez. “En un cuatro”, le respondió ella. Después de agradecerle su honestidad, le preguntó el porqué de su respuesta. “Porque no siento que merezco ser más feliz”, dijo ella. Si bien su respuesta nos sorprendió a los presentes por valiente y honesta, el terapeuta no se sorprendió y le solicitó que se parara sobre el número cuatro. Después de que ella se ubicó sobre la hoja, le preguntó cómo se sentía. La señora no tuvo fuerzas para responder con palabras, sólo se le llenaron los ojos de lágrimas. Después, con delicadeza, la invitó a pararse sobre números mayores. Parecía como si mientras ascendía en la escala, los números emanaran una energía diferente. El ejercicio sirvió para que ella y todos los demás percibieran que con frecuencia es “mi historia”, “mi pasado”, “el relato de mí misma que mi mente elabora o repite”, la que nos lleva a asentar en un contrato el nivel de nuestra felicidad, y así lo acatamos. Si a diario me peleo con la realidad, me levanto sin entusiasmo y enfoco mi atención en todo aquello que me disgusta, mi mente comienza a percibir la vida en un nivel de seis o menos. Y de esta manera creamos una zona que se torna familiar y que a continuación se vuelve un modo de vida. De esta forma renunciamos al poder interior de decidir nuestro nivel de felicidad, dejándolo a factores externos. Para cambiar esta dinámica lo único que nos falta es despertar. De acuerdo con estudios sobre el tema, hay muchísimas personas que consideran no merecer o no “ser dignas” de felicidad. A otras, les da miedo aceptar ese regalo, no vaya a ser que la vida se los cobre después. Lo cierto es que a la mayoría de las personas nos asusta pararnos sobre el número diez, y optamos por un ocho o un nueve. ¿Por qué? La respuesta es la misma: “No siento que merezco el diez”. En el inconsciente subyace la idea de que tenemos que sufrir, trabajar o esforzarnos mucho para lograr ese honroso premio, cuando no sólo es nuestro derecho, sino que está en nuestra naturaleza. La felicidad nunca será un asunto de merecer, sino de la capacidad que tengamos de disfrutar y apreciar la vida, de respirar profundo y decidir estar más presentes, más cerca del verdadero yo. Tu ser incondicional –el verdadero– ya está en el diez, ahí siempre ha estado y estará. No se trata de hueco optimismo, es una realidad que más que describir, nos toca descubrir a cada quien. Te aseguro que son posibles dos cosas: a) elegir de manera consciente qué tan felices seremos, sin importar lo que el día presente, y b) ser feliz es un camino espiritual, es un regalo tanto para nosotros mismos, como para los que nos rodean. La clave está en cambiar la perspectiva y elegir ser felices, en vez de buscar la felicidad de manera permanente. Tú, ¿sobre qué número te pararías?
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 16:09:05 +0000

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