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RECUENTO DE UN MARAVILLOSO CONGRESO El día estaba caluroso, las mujeres esperábamos ansiosas el transcurrir de las horas de la mañana. Todos los cabos estaban atados, para la 1:00 de la tarde. Los nervios se apoderaban de nuestros sentidos y apresuradamente recogíamos el equipaje. Todo estaba encomendado a Dios, pues ninguna acción se hace en la congregación, sin la aprobación del omnipotente. Fin de 40 mañanas de oración, ayunos, peticiones, entregas, evangelizaciones y obras de bien. Así trabajan las mujeres de la iglesia Jesucristo Fuente de Amor. Eclesiastés 3- 4 dice que: Todo tiene su tiempo. Hay un momento bajo el sol para toda actividad: el momento en que se en que se llora y el momento en que se ríe; el momento en que se sufre y el momento en que se goza. Pues como seguidoras de la palabra de Dios, tomamos un tiempo para compartir en unidad familiar, fuera del bullicio y de las cotidianidades. La Pastora de mujeres, Paulina Ramírez, coordinó el Congreso de Mujeres de fe, de la Iglesia Jesucristo Fuente de Amor. Antes, en el 2010, se realizó un pasadía en el campo, allí asistieron 90 mujeres. Recuerdo que las imágenes presentadas el domingo siguiente, nos hicieron agua la boca a las que nos quedamos en la ciudad. Presentaron las fílmicas comiendo y bañándose en el balneario de Bayaguana. Belkis me contó que se comieron un becerro, sacrificado por su marido. Desde el año pasado, se inició en la iglesia la convivencia de mujeres, se llevó a cabo en el vacacional cristiano Don Diógenes Jiménez, los días 7 y 8 de Septiembre 2012. La actividad “Mujeres Portadoras de la Gloria de Dios”, fue coordinada por Belkis del Rosario y otras mujeres dispuestas y colaboradoras: Denice Rodríguez, Judith González, Paulina Ramírez, Fany Reinoso, Ivelisse Feliz, Neidys Pérez, Rosa M. Muñoz, Rosmery Castillo, Gloria Medina y Mercedes Brito. De acuerdo a las imágenes y entusiasmo mostrado por las participantes, a su regreso, el encuentro fue innovador, ameno, consagrado y divertido. Este año, no quise saber más por boca de otras y me incluí en el grupo de participantes. Así que un domingo, al salir del servicio de las 8:45, la hermana Belkis me abordo a la salida: - Buenos días; hermana, Dios le bendiga!.-Me dijo. - -Buenos días!, Bendiciones- le contesté. - -Hermana estamos preparando el campamento de este año y queremos que usted no se quede.- - Cuánto es? Le dije. - Son 2500, hermana.- - -Anóteme que voy, le aseguré sin darle el dinero. Escuché decirle lo mismo a cada mujer que salía Pasaron los días y cada domingo, estaba Paulina, Belkis y otras hermanas, insistiendo en la asistencia a la convivencia. El viernes 3, a la hora indicada, los autobuses estuvieron parados frente a l local, en la Calle Carmen Mendoza de Cornielle #35, del ensanche Quisqueya. El sol estaba radiante y las participantes iban llegando al parqueo, se notaban apresuradas y sus rostros sudaban por el abrasante calor. Algunas trajeron consigo botellitas de agua, para amainar su sed. Coordinadoras asistentes a este congreso fueron: Verti Valera, Denice Rodriguez, Yajaira Nova, Judith González, Rosa M. Muñoz, Ivelisse Feliz, Iris Minaya, Atalicia Rosario, Neidys Pérez, Belkys del Rosario, Fany Reinoso, entre otras. Las maletas y bultos eran colocadas en el los huecos para tales fines de los autobuses. Los asientos podían sobra, pero faltaba espacio para las maletas, bultos y fundas, pues llevábamos ajuares como para pasar una semana sin repetir ropas. Dicen que son cosas de las mujeres. Luego fuimos abordando los vehículos. Algunos asientos eran reservados para las relacionadas y amigas de siempre. Cuando hice mi entrada al autobús color violeta claro, ya varios asientos estaban ocupados. Me senté al lado de la Dra. Deidania Piña. -Mi único problema es que vomito- dije bromeando -ay, si vomitas no, soy pediatra. Me dijo -Pues eso es lo que busco, sentarme con una pediatra, soy una niña.- -Soy pediatra, no geriatra- me contestó. Ella bajó del vehículo y compró agua, unas galletitas y trajo una fundita plástica, por si acaso, supongo. Esa fu la conversación clave, para que yo conociera a un ser maravilloso, sano y alegre, con quien no había cruzado palabras en más de 7 años en la congregación. En el autobús que yo iba, hicimos una oración, aseguro que en el otro también, pues el pueblo de Dios antes de cualquier actividad nos encomendamos al altísimo y pedimos bendiciones. Aproximadamente una hora después, llegamos al Hotel Don Juan, en Boca Chica. Al bajar del autobús nos recibieron con un coctel y luego nos entregaron las llaves de las habitaciones. Las mujeres conversaban de manera amena, parecían niñas compartiendo juguetes, dentro de la más afable armonía. Realizamos varias actividades, juego, conferencias. Hubo ausencias notables de mujeres muy activas como Magdalena García (vive fuera de país) y de Neidys Pérez (razones familiares de salud). Aunque fue mi primera participación, me sentí acogida por todas. Me encanto compartir con mujeres de Dios, con las que no había hablado nunca, porque no visitamos el templo a la misma hora o por otras razones. El mensaje central de la conferencia de la noche, estuvo a cargo de la profeta Jaqueline García, fundamentado en la palabra de Dios en el libro de san mateo 15: 21-28, acerca de “La fe de la mujer cananea”, mujer que se acercó a Jesús, en la región de Tiro y Sidón, para pedirle misericordia, porque su hija era atormentada por un demonio. Habló de una mujer luchadora, invencible, insistente, que sabe lo que quiere y que lo busca hasta conseguirlo. Jesús, por su fe le dijo:” ¡Ah, mujer, tienes mucha fe! ¡Que se haga contigo tal y como quieres!” y desde ese mismo instante su hija se sanó. Este fue un mensaje poderoso, de aliento, de fortaleza, de persistencia, que ayuda a seguir adelante. Nos gozamos con las hermosas canciones interpretadas por Mary Magda Sánchez. En la mañana del sábado, continuo la ministración sobre la fe en medio de las pruebas, impartido por la joven Claudia Domínguez mensaje del libro de San Marcos, sobre La fe de la Mujer sirofenicia. Hizo referencia a la Parábola de la Semilla de mostaza, citó: “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre sembró en un campo. Sin duda, ésta es la más pequeña de todas las semillas; pero, cuando crece, es la más grande de las plantas; se hace árbol, y hasta las aves del cielo vienen y hacen nidos en sus ramas.” Hubo una ministración especial, Astalicia entregó a cada participante un grano de mostaza en sus manos. Hubo lágrimas de entrega y consagración, de sanidad de heridas. Cuando finalizó esta actividad nos fuimos al comedor, algunas, otras a la piscina y a la playa. Definitivamente fue un tiempo precioso de hermandad. Les cuento, que este fue mi primera vez y los siguientes no me los pierdo, con el favor de Dios. Lamento que se me cayó la semillita de mostaza y no la pude recuperar, pero les aseguro que reafirme mi fe en este maravilloso encuentro. Sonia Merán 5/08/2013
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 18:21:48 +0000

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