REFLEXIONES SOBRE EL TECLADO EXAMINADOS Y EXAMINADORES: NUEVA LEY DEL SERVICIO CIVIL ESCRIBE: NOE LARA ADANAQUE El Estado se ha convertido, en estos últimos tiempos, en un personaje evaluador. Quiere examinar todo porque no pudo desde hace tantas décadas examinarse a sí mismo. Y cuando trato de hacerlo se dio cuenta de su limitada atrocidad de conocimiento profundo de la gestión pública. Entonces este seudo evaluador se descubrió que estaba sumido en una letal ignorancia que lo llevó a ser cautivo de sus propios temores, flaquezas y debilidades. Pasó así de ser un Estado empírico, como lo llamó Jorge Basadre, a un Estado sicosomático e hipocondríaco. Veía todo mal en su baja, media y alta burocracia. Imaginaba que ésta no servía con eficacia y presteza. Que solo buscaba servirse cómodamente, aunque irrisoria, con la paga mensual segura. Que cada cinco años sufría de inflación de personal y, a su vez, de deflación servicial. Que sus ciudadanos incumplían sus deberes de impuestos. Que sus profesores de escuela desmerecían llevar el adjetivo prócer de Maestro. Que la gestión de políticas públicas no sonaba tan bien como su elocuente y rimbombante denominación. Que las universidades no respondían al quehacer nacional. Que el Parlamento resulta ser una rémora para los bien atinados y excelentes decretos de urgencia. Y lo que realmente veía era él mismo –reflejado- en el propio espejo de su chatadura y miserable presbicia, causa de sus males, por carecer de una visión sabia de manejar y conducir la plataforma estructural en la que descansa la Nación. Con estas ruindades de su nefasto intelecto emite una nueva ley del servicio civil patentando una vez más su desfachatada incapacidad de elaborar leyes que contravienen los principios legales internacionales que amparan los derechos laborales y generando conflictos en las calles. Cree que con esta Ley de Servir sanará los males de la República porque al examinar el nivel cultural, matemático y de comprensión a sus examinados tendremos mejores ascensoristas, portapliegos, recepcionistas, coordinadores, tramitadores, jefes de personal, gerentes, directores y, sobre todo, mejor personal de servicio. Como si todos estos requieren de tales saberes para dar calidad de gestión y de servicio. De manera que, este Examinador estatal no puede ser evaluador ni menos evaluar mientras no se haga una auténtica y justa autoevaluación para luego pasar a una coevaluación cuyos resultados conduzcan al perfeccionamiento de la labor pública.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 00:08:52 +0000
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