RELAX ANTE LO ANAFILÁCTICO DEL ARTE ESCÉNICO NACIONAL Crítica - TopicsExpress



          

RELAX ANTE LO ANAFILÁCTICO DEL ARTE ESCÉNICO NACIONAL Crítica literaria editada por Trazos Culturales de de Diario CoLatino el día 23 de julio del 2013, escrita por el Lic. Jaime Calderón. Director del Centro de Investigación Cultural y Artística Razamaya. El teatro que solo divierte, encanta con sus artificios o solo entretiene, no hace evolucionar las artes y la cultura, no trasciende la educación esclavizadora impuesta por el imperio y su sistema. El teatro debe corresponder a las demandas ciudadanas en cuanto a su derecho a disfrutar de las artes y participar en el crecimiento cultural. El teatro que no facilita el pensar y razonar en la gente, solo favorece al poder económico, político, mediático, social y religioso de una nación. Cuando la literatura dramática no se adecua al acto, sea este práctico en la lectura o dinámico en cuanto a su utilización o realización, cualquiera de las dos consecuencias puede fallar, entonces quien pierde es el lector o el espectador, porque cuando lo literario es laberintico en su entramado, incierto en su mensaje y burdo en su concepción, el resultado puede ser anafiláctico en quien lo recibe, porque lo que no se entiende, aturde, enreda, enferma o simplemente molesta. La dramaturgia es una de las áreas de la literatura que más complicaciones presenta, y no es por la estructura, el tema o el mensaje que ello implica, sino porque es una especialidad muy difícil de desarrollar, sobre todo si quien pretende crear en ella, no cuenta con conocimiento exacto de la literatura y la teoría dramática o con la suficiente experiencia probada y bien ponderada en el hecho escénico; no se trata simplemente de escribir historietas de la vida real o de camuflar la ignorancia personal sobre la especialidad, con escritos que intentan sorprender a los incautos o a quienes vuelan en la fantasía del artificio literario que no dice nada o el querer ser como los vanguardistas a fuerza de imitar lo que nos parece bueno, craso error en el que caen quienes en un medio cargado de cegueras se autoerigen como potentados; entonces ¿cuál es el concepto de dramaturgia de quienes escriben para nuestro teatro? lo que se aprecia en nuestro pequeño horizonte, es y ha sido casi siempre pobre, intrascendente, ligera, confusa, improductiva en cuanto que no se puede llevar a escena por sus volúmenes y recursos que exige, convirtiéndole en escritos condenados al olvido y al desahucio. La dramaturgia no tiene privilegios temáticos, es absolutamente libre, amplia y afortunadamente no muy explorada, eso la hace escasa en nuestro medio, porque como producto literario no cuenta con lectores y como producto escénico no cuenta con suficientes profesionales en el teatro que le den el valor agregado para su razón de ser, así ha sucedido con excelentes propuestas dramáticas desde F. Gavidia, F. Díaz, hasta J.R. Cea y M.E. López, todas con escaso margen de posibilidades para ser llevadas a escenas, como ocurre con quienes se decantan por escribir para el teatro, caso contrario sucede con la dramaturgia de A.M Desleal, M.A.Chichilla, C. Velis, J. Casalbé y otros. En lo poco que existe de dramaturgia no tenemos muchos teatreros interesados en escenificarla, por sus repartos exagerados, temáticas intrascendentes, inexistencia de grupos de teatro profesionales, carencia de formación artístico teatral en el sistema educativo, abundancia de sujetos que sin saber de teatro se autodenominan actores, maestros o directores, quienes más por necesidad y subsistencia se convierten en mercaderes que pervierten tan delicada y complicada disciplina artística, con versiones oscuras y mal hechas de guiones escénicos basados en cuentos, novelas, relatos y hasta en poesía, donde abusan del collage, de la interpretación irracional del texto literario o de la recurrencia a lo cíclico en la puesta en escena, ignorando que el verdadero dramaturgo es el especialista en escribir teatro para ser llevado a escena, fundamentado en los principios de la literatura dramática contemporánea, lo que afirma que la dramaturgia no es asunto de bocones y abusivos, le compete nada mas a los verdaderos teatreros que a su vez son literatos y creadores de arte. Causa anafilaxis al intelecto y a la necesidad de lo catártico, soportar trabajos escénicos en donde no amarra lo dramatúrgico con lo escénico, panorama común en la mayoría de las mas recientes producciones teatrales llevadas a escena en nuestra capital, mayormente en las precedidas de parafernalias, en las que ni siquiera sus títulos tienen que ver con lo mostrado en el escenario, porque carecen de dramaturgia, no tienen historias digeribles para el poco público consumidor de teatro, abusan de lo coreográfico, replican escenas y textos como para alargarlas en el tiempo del espectáculo, cargadas de narrativa. Se ha generado en nuestro teatro una coincidencia natural de malentendidos conceptuales, al poner en escena un teatro sobrecargado de artificios, tales como el juego acrobático, relleno circense y la variedad como efectos visuales, coreografía abundante, abuso del efecto de luz y sonido, recarga de vestuario, ausencia de lo escenográfico, mala dirección teatral, confluencia masiva de temáticas en una misma historia, ausencia de la historia como línea argumental diáfana, empeorándose el panorama con la incursión de actores sin formación teatral, desconocedores de las técnicas básicas de actuación, ignorantes en cuanto a la caracterización global cuando se duplica personajes en el mismo guión, lineales y planos en la proyección del texto, y hasta desconocedores del proceso de investigación, construcción y proyección de personajes.
Posted on: Wed, 24 Jul 2013 05:52:16 +0000

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