Raúl Álvarez y la generación del 68 De monstruos y - TopicsExpress



          

Raúl Álvarez y la generación del 68 De monstruos y políticaMarco Rascón 2013-07-31 • Acentos • • •inShare • •Imprimir •Enviar por email A 45 años de nuestro verano mexicano, el homenaje a la generación de 1968 establece un trazo que reivindica la vigencia y el reconocimiento a esa obra política monumental de cambios y reformas. De esa generación, nada más merecido que el homenaje a Raúl Álvarez Garín como uno de los principales ideólogos y estrategas del movimiento estudiantil-popular. Fundador de la Juventud Comunista años antes de 1968, matemático, politécnico, maestro en la UNAM, proveniente de una estirpe republicana española radicada en Cuba y que vino a México, es hijo de Manuela Garín también matemática y maestra emérita de la Facultad de Ingeniería de la UNAM; Raúl no fue el más famoso, pero sí el de mayor reconocimiento de sus compañeros y contemporáneos que les tocara tomar las decisiones de dirección del movimiento estudiantil. Una de las tareas fundamentales de ese momento para Raúl y sus compañeros fue la integración del Consejo Nacional de Huelga (CNH); integrar las demandas y sostenerlas, y lo más importante: las estrategias para eludir la represión. Raúl es el autor de la Marcha del silencio, como respuesta a las acciones represivas del 26 de julio, del 13, 28 y 29 de agosto. Con ello se demostró que la represión era una imposición del gobierno, no del movimiento. Con esa marcha que mostró organización, disciplina, simpatía popular y legitimidad del CNH surgió, del lado gubernamental, la idea torva de acabar con el movimiento mediante el terror. Las manifestaciones de aquel momento son fundamentales, pues eran medio y fin al mismo tiempo; eran demanda y propuesta, pues frente a la posición represiva contra el pliego petitorio el movimiento tiene un programa profundo que trasciende el verano del 68 y se convierte en reivindicación histórica: la defensa de la autonomía universitaria como principio de la libertad de pensamiento; la defensa de las libertades democráticas y las garantías individuales y, por tanto, la exigencia del respeto a la Constitución hoy vigente. La generación del 68 siembra la vocación democrática y su herencia permea la cultura, la formación de periodistas, la exigencia de la democratización de los medios de comunicación escritos y electrónicos entregados en forma monolítica al Estado. De la represión surgió la respuesta armada y las guerrillas rurales y urbanas. Vino luego la guerra sucia y de ahí se formó una generación de impunes, torturadores y sicarios del régimen, que se convirtieron en criminales y delincuentes. Fue desde la impunidad dentro del gobierno que se organizó “el crimen organizado”, que hoy somete al país a graves consecuencias. La generación de 1968 fue contenida el 2 de octubre y el 10 de junio. Su exigencia contra la impunidad y la responsabilidad de aquella determinación gubernamental tiene vigencia en la actualidad, pues constituye la base para construir una gobernabilidad democrática. A esa generación que buscó alternativas, pertenece Heberto Castillo. De aquella generación surgieron muchos proyectos. Al salir de Lecumberri y regresar del breve exilio en Chile, Raúl y un grupo importante como Roberto Escudero; Gilberto Guevara Niebla; Luis González de Alba; Félix Hernández Gamundí; Eduardo Espinoza, El Búho; Salvador Martínez de la Rocca, El Pino, y Juan Manuel Ramos Moraira, El Pollo, entre otros, decidieron al salir en libertad y reintegrarse a la lucha democrática construir un pensamiento político basado en la realidad concreta a través del periodismo y para ello fundaron la revista Punto Crítico, junto a un grupo de intelectuales y universitarios como Adolfo Sánchez Rebolledo (su director), Rolando Cordera, José Woldenberg, Alejandro Álvarez y Javier González, entre los cuales surgieron muchas de las iniciativas que dieron origen posteriormente al sindicalismo universitario. Raúl Álvarez fue posterior a la reforma política impulsada por el Partido Comunista (PCM), actor fundamental para establecer la candidatura única de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y que logró que la opción electoral de la izquierda pasara de la marginalidad a la disputa real por la conducción del Estado mexicano, generando la masificación de cambios y reformas que componen el mosaico de hoy. Frente a la intención de querer hoy cerrar el proceso del 68, la generación formada hace 45 años se pone de pie y por ello se ha convocado a este homenaje a Raúl Álvarez Garín y la Generación del 68. Viernes 9 de agosto a las 17:00 horas en la Sala Covarrubias del Centro Cultural Universitario de la UNAM.
Posted on: Thu, 01 Aug 2013 07:29:14 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015