Realmente estoy HARTO de tanto analista; economista; abogado; administrador; relacionista internacional; y masters en las ciencias políticas que se encuentran ahora (sin instrucción académica) en Facebook. Todo bien con los opinólogos (eso es lo bueno de la red social, comunicarse de lo que sea), todo bien con decir lo que usted piensa con relación a equis situación, todo perfecto con su libre expresión; sin embargo, no hay nada bien en opinar desinformando. Es un deber ciudadano velar por emitir opiniones responsables, y no mamarrachos de mamarrachos dichos por un ya opinólogo que no se dedicó a opinar, sino que se dedicó a copiar mamarrachos de antes. Hay una diferencia abismal entre opinar e informar. El ataque a Villalta cae ya en lo absurdo, cae en lo ridículo, cae en esas cosas que uno no puede creer. Deteste a Villalta, adelante, de eso se trata esto, que si no le gusta no lo elija (y, pues, si gusta difunda su por qué: esto sí es civismo), inclusive yo no sé si Villalta será mi candidato, pero de ahí a andar berreando cualquier cosa que sacan en internet (SÍ, UN ESPACIO ABIERTO A CUALQUIER NO VERDAD COMO CIERTA) hay una diferencia gigante. ¿Cómo en un país como Costa Rica usted puede comparar un ex-militar, con una estructura de partido político regulado? ¿Cómo puede comparar una zona geo-política diferente y sociocultural diferente y contrastarla como resultado inevitable? ¿Cómo puede comparar un caudillo militar con una persona sin armamento que lo haga delirar? Si fuese del caso, primero hay que diferenciar entre socialismo y comunismo, luego entre qué izquierda se está proponiendo en este país según la institucionalización y las características de Estado que han configurado a Costa Rica como un caso sui generis en la región, luego analizar a qué modelos se podría comparar, y LES PUEDO PROMETER que Venezuela es un escenario o caso menos comparativo por el simple hecho que tienen ejercito (brazo armado del poder gubernativo), mientras que acá se podría decir que la institución más poderosa es regida por leyes (lo que llamaba Bassey el brazo armado del poder político costarricense: la Sala Constitucional). Teniendo esto como premisa hay que pasar a entender la separación tripartita de poderes (en la neo-nomenclatura ahora funciones, incluyendo un tanto al TSE) y, además, básicamente que nuestro régimen se considera semi-presidencial por el poder que reside en el Poder Legislativo, con varias funciones atribuidas a regímenes parlamentarios, quitándole protagonismo al Ejecutivo. Por último el socialismo no es sinónimo de Chávez, en caso de comparación nos acercaríamos más al ejemplo de Uruguay o Ecuador, que ha sido sumamente exitoso (Ecuador considerado el jaguar sudamericano actualmente), también hay que entender que a la nueva izquierda moderada y contextualizada se le llama Socialismo del siglo XXI, y en el pragma es anuente al libre intercambio de bienes, y a la bienvenida de inversión privada, pero sin que nos expriman el caldo dos veces, es decir, que paguen lo justo para que el Estado y la empresa se beneficien del negocio (obvio hay más, pero esto está entre los corolarios que más satanizan). También, nunca está demás recordar que hay países nórdicos con índices increíbles que utilizan modalidades de izquierda, pero obvio... esos no pueden ser comparables con Costa Rica; no conviene nombrar prácticas mixtas exitosas, mencionemos ejemplos menos favorables, porque aspiramos al tercermundismo mental de que si algo puede salir mal, saldrá mal, no confiamos en la capacidad que reside en la Nación. Si algo me quedó claro, es que, a partir de la encuesta que pone a Villalta al frente, la máquina del miedo se ha activado, toda esa industria propagandista se ha encendido, y está lista para meter desinformación y hacerse viral. Informarse es la mejor arma, y cuando digo informarse no es reproducir lo que dice Otto Guevara, no es reproducir lo que sale en un periódico... Es leer y analizar; contrastar. Es tarea difícil, tarea tediosa, pero si quiere tomar parte en informar o por lo menos no atacar a ciegas, hágalo. Si tiene otro candidato, perfecto, si le gusta más el modelo de derecha, perfecto, está en su derecho y lo respeto bastante. Por cierto, ¿por qué le tiran tanto a una izquierda más moderada que la que pudo proponer nuestro prócer Pepe Figueres en su tiempo, y no le tiran a la derecha desmesurada de Otto Guevara? Hay que ser maliciosos, porque es irónico ver como eso sí pasa desapercibido, no solo por los medios, sino por la gente: atolillo con el dedo. Si no le agrada Villalta o sus propuestas, está bien, eso es lo lindo de una sociedad pluralista; sin embargo, no se vale mentir para dar su opinión como crítica, analítica y cierta.
Posted on: Tue, 03 Dec 2013 07:38:03 +0000
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