Recuerdos de Aquellos Tiempos En un lugar cualquiera, en una noche cualquiera, como podría ser la noche de hoy; la vida me encontraba caminando sin rumbo. Me sentía en un laberinto sin fin, atrapado en el pensamiento. No podías ser guerrero y pacifista al mismo tiempo. Teníamos una banda de garage con unos amigos. Al principio no éramos muy expertos en nada, nos salían muchos ruidos raros, que tanto de lejos como de cerca se escuchaban algo así como Chucu-chu chu-cuchu-chu. La historieta mas complicada fue la de definirnos en un estilo, pero como es sabido cuando hay amor hay libertad y esperanza, así que le dimos para adelante nomás. En un tiempo nos habíamos encaprichado con que nos saliera algo parecido la psicodélica melodía que salía de la casa del tipo que vivía al lado de mi casa. Esa música nos acompañaba siempre en nuestros viajes mentales. Nunca intercambie ni un saludo, no sabíamos que onda tenia el flaco, pero ya le habíamos bautizado la canción, para nosotros era el Blues de la Ventana de al lado. Sinceramente lo nuestro, en ese entonces, al lado de lo que hacia el tipo, parecía el Blues del Gato Sarnoso, te volaba la cabeza! Buscábamos inspiración en cualquier cosa; hasta se nos ocurrió poner espejos en todas las paredes del garage! Definitivamente éramos tipos especiales. Queríamos poder liberar y expresar todas las ideas locas que teníamos dando vuelta en el balero; las ideas estaban, solo había que ordenarlas. Lo bueno fue la tranquilidad con la que nos tomamos las cosas y como nos organizábamos; nadie nos corría, noche a noche, paso a paso, trago a trago, fuimos quemando nuestros baleros y explotando las ideas. Se acercaba una fecha muy especial, otro aniversario de un gran artista, de aquel humilde servidor del rock, de aquel hombre del mas allá; arrasador de escenarios, haciendo cosas raras para gente normal. Nosotros, obviamente, nos sentíamos parte de esa ideología que el creó, de ese grupo de gente que hacia lo que sentía y por eso era considerada “anormal”. OH Luca! Quien pudo o puede decirnos, inclusive en los tiempos de hoy, que es lo “normal” y que es lo “raro”. Tan angosta como extensa es la línea que separa entre el acá y el allá, entre el bien y el mal, entre lo tuyo lo mío y lo de aquél. Inspirados en él y en la fecha, compusimos el Malambo para Luca, y la noche de la conmemoración la tocamos al final de la calle de la casa de uno de nosotros que vivía en un boulevard, bajo una luna de labio partido. Fue nuestro mas sentido y sincero homenaje. Ay que tiempos aquellos! Hoy solo somos tres de aquellos cinco que éramos. Uno se fue a vivir a Honolulu, en busca de nuevas emociones, de nuevas vivencias. El otro, Rockabilly le decíamos, se nos fue a tocar unos rockanrolles con el querido Luca. Como no podía ser de otra manera, a la banda la nombramos Rockabilly Para Siempre después de ese lamentable suceso. Los tres que quedamos seguimos juntándonos y tocando, probando instrumentos, estilos; seguimos teniendo esa misma onda rara de siempre. Si gustan a muchos o no, la verdad que ni idea, suenan un par de temas nuestros en la radio, pero la verdad es que nunca fuimos demasiado buenos, pero la leyenda pudo mas en la gente. Si escuchas un par de temas, con alguno, vas a bailar seguro! Así es que fue y es mi vida. Siempre me gusta venir a este bar a recordar aquellas épocas en donde éramos cinco pendejos con afán de titanes; en donde solo queríamos divertirnos y pasar unos buenos ratos juntos. Vivir en el antes y el después, puede que no sea muy bueno, pero siempre que me vienen a “psicopatear”, yo les insisto preguntándoles, ¿quien controla lo que siente el corazón?
Posted on: Wed, 26 Jun 2013 03:03:43 +0000
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