Robert Schumann y Clara Wieck Una tarde brumosa de 1828, en - TopicsExpress



          

Robert Schumann y Clara Wieck Una tarde brumosa de 1828, en Leipzig, un joven de rostro soñador llamó a la puerta de Friedrich Wieck,el famoso profesor de piano cuya reputación trasponía los límites de la ciudad. El joven se presentó. Se llamaba Robert Schumann,venía de Zwickau,en Suiza,tenia dieciocho años y estudiaba derecho. Pero el derecho le aburría; amaba la música por sobre todas las cosas y deseaba que el señor Wieck aceptara darle lecciones de piano. Aceptó su pedido. Schumann se convirtió en un visitante habitual de los wieck. La hija de Wieck era una prodigio,a los nueve años tocaba divinamente y ya había efectuado algunas giras de conciertos. A pesar de sus condiciones de pianista,Robert pensaba que la jurisprudencia sería una profesión más segura para él.Por eso,al año siguiente partió a seguir sus estudios en Heidelberg. Pasado un año, Schumann regresó a Leibzig,convencido esta vez de abandonar el derecho y vivir de su arte. Bien recibido por los Weick,se instaló en la casa. Se reanudó la vida de antes: lecciones de piano,ejercicios,paseos familiares y cuentos fantásticos de Schumann durante las veladas. Clara daba conciertos,tocaba ante Goethe, adquiría notoriedad y se apasionaba por los cuentos que Schumann inventaba. En 1832, Clara partió,acompañada por su padre,en una gira a través de Europa. Fue agasajada,alabada,aplaudida, y pronto considerada como una eximia pianisra a pesar de sus trece años.Cuando regresó a Leipzig, Schumann la encontró cambiada. La miró,intrigado. Sin embargo, para él seguía siendo una hermana. Schumann vivía un drama. A fin de acelerar el progreso de su destreza,había mantenido el dedo levantado artificialmente, tocando con los demás. Robert debía abandonar la esperanza de ser un virtuoso. Pensaba consagrarse a la composición y ya había escrito algunos estudios, una sinfonía y varias piezas para piano. Clara volvió a partir para nuevos conciertos,incluyendo en su programa obras de su amigo Schumann. Le escribía, le contaba lo que hacía y a él le emocionó que le dedicase una de sus obras. Apareció una nueva alumna de Weick,Ernestina. De entrada había suscitado el interés de Schumann y en pocas semanas se comprometieron. Clara,que viajaba incesantemente de una ciudad a otra,se alarmó. En su corazón se despertaron celos que ya no la abandonaron. ¡Su gran amigo prefería a esa Ernestina,pianista mediocre y no muy bonita!. Schumann buscaba en Ernestina la calma de una vida burguesa,un hogar, cosas recomendadas por el médico,inquieto por los estados depresivos de Schumann. Pero era consciente de que el matrimonio con Ernestina no lo haría feliz.Una tarde, cuando Clara lo acompañaba hasta el pequeño apartamento donde él vivía ahora,se inclinó ante ella y le susurro de prisa: -Te amo. Luego huyó,dejando a Clara aturdida,casi sin poder creer en tanta felicidad. Diez díaz más tarde, cuando Clara tocaba en Zwickau, Schumann fue a verla y se le acercó al finalizar el concierto. -Te amo.Acabo de romper con Ernestina.Tú eres mi más viejo amor-le dijo. El profesor Weick entró en la más violenta cólera y su respuesta fue: "¡Jamás!. No porque Clara tuviese dieciséis años y Schumann veinticinco, sino porque Schumann tenía los peores defectos: bebía, era de humor cambiante, soñaba y, sobre todo,era pobre. Según Weick,no era más que un inútil: había abandonado el derecho, su carrera de virtuoso estaba terminada antes de comenzar y, en cuanto a lo de compositir,¿existía oficio más aleatorio y menos apto para mantener a una familia?. Prohibió a los jóvenes verse y hasta escribirse,vigilandolo todo. Durante más de un año, Clara no pudo siquiera ver a su querido Schumann, y su correspondencia era revisada por Weick. El profesor estaba decidido a mantenerlos separados y a dar a su hija en matrimonio al primer candidato rico que se presentara. Schumann se las ingenió para encontrarse con Clara furtivamente en una esquina.Convinieron en escribirse en secreto. Algunos amigos actuarían como mensajeros, y también la gobernanta de Clara,que la acompañaba en sus giras junto a Weick. En esas cartas, Schumann suplicaba a Clara que resistiera,que lo esperara,que se negara a aceptar la voluntad de su padre,y le repetía que deseaba que fuera su mujer la vida entera. Trataba de desmentir los reproches de Wieck, en particular el de haraganería: no sólo escribía con éxito para una revista musical, convirtiéndose en un crítico afamado, sino que consagraba largas horas al estudio de los grandes músicos del pasado. Sobre todo, componía. En dos años acabó diez grandes composiciones,que él decía "hechas con sangre de su corazón" y todas ellas inspiradas por Clara. Ella sabía que las Danzas de la Banda de David, las Sonatas, las Novelettes, las Fantasías, el Carnaval de Viena, la Kreisleriana estaban inspirados en ella,casi por completo. Clara empezaba a rebelarse. Su padre la amenazó con desheredarla si se casaba con Schumann,confiscar sus bienes e iniciarle un proceso.Clara se rebelaba más todavía,le escribió a Schumann que renovara su pedido oficial de mano. Pasaba el tiempo y con él llegaba el momento en que Clara estaría en edad de contraer matrimonio sin consentimiento paterno. Convinieron en casarse en 1840, cuando Clara tuviese veintiún años. Si era necesario, dirigirían una solicitud al tribunal e intentarían un proceso contra Wieck por causa de negativa de consentimiento. Para expresarle su felicidad de amarla y ser amado,se puso a componer lieder, eligiendo con cuidado los poemas sobre los que escribía la música destinada al canto. Se los reservaba como regalo de bodas,regocijándose por anticipado al pensar en su sorpresa maravillada,pues hasta entonces él sólo había compuesto para el piano. La fuerza de su amor estalló en el lied Amor y vida de mujer. El proceso tuvo lugar en Leipzig. Familiares, amigos tales como Liszt y Mendelssohn testimoniaron en favor de Schumann, acusado de embriaguez por Wieck,ya que la pobreza no constituía suficiente motivo de rechazo. El título de doctor honoris causa que acababa de otorgarle la Universidad de Jena terminó por disponer al tribunal en su favor. El 1 de agosto de 1840, una sentencia desestimaba la negativa de Weick y autorizaba a los jóvenes a casarse. Hay seres a los que estimula la desdicha,Schumann,por el contrario,era de aquellos a los que la felicidad torna prolíficos y conduce al genio. En ese solo año, compuso más de ciento treinta lieder brillantes. En la casa la música vivía intensamente a cada instante. Muchos eran los visitantes, amigos, poetas, músicos. El dinero escaseaba y llevaban una vida de estrechez, tal como lo había predicho Wieck.¡Que importaba! Ellos se miraban,se amaba y ,para decirse "te amo", é, escribía en el pentagrama y ella se sentaba al piano. Schumann solía encerrarse en un profundo mutismo,permanecía solo durante muchas horas,en apariencia poco enamorado. Pero emergía de esos retiros con una partitura en la mano,que Clara sabía escrita para ella. Un diía le sugerió a Schumann que escribiera una sinfonía. Tanta fe dio alas a Schumann.Prometió hacerlo y puso manos a la obra,encerrándose durante un mes.Es sinfonía, la Sinfonía Primavera, existía sólo por y para ella.Un mes y medio más tarde Clara la interpretó en un concierto.Fue un éxito y la sinfonía elevó a Schumann al rango de los grandes compositores,como su amigo Mendelsshon. Después compuso un scherzo y una segunda sinfonía en la primavera de 1841. Otra alegría se sumó: Clara esperaba un bebé. En setiembre nació una niña:María. Con ese motivo, Schumann obsequió a Clara la primera edición de su Sinfonía Primavera y otra sinfonía, en re menor, compuesta en secreto y destinada a celebrar el nacimiento. Clara volvió a dar conciertos exitosos viajando por Europa. Schumann cayó enfermo,mientras que Clara estaba nuevamente embarazada.Ella lo mimó,lo apoyó,trató de mantenerse alegre y llena de entusiasmo. Schumann tenía una propensión natural a la melancolía y ella sabía cuánto necesitaba de su jovialidad. Por eso no se quejaba nunca,a despecho de las dificultades económicas, de los problemas cotidianos, de su estado, que la fatigaban. Su amistad con los Mendelssohn la reconfortaba. Era el amigo que más apreciaba la música de Schumann y deseaba fundar un conservatorio en Leipzig y contratarlo como profesor. En abril de 1843 nació una segunda hija. La conciencia de ser el indispensable sostén de Schumann la estimulaba. Levantaba alrededor de él una muralla,protegiéndolo de las críticas y de las dudas. Quienquiera que entrase a la casa de los Schumann debía admirar sin restricciones al gran hombre. La voluntad de Clara de hallanar las dificultades para Schumann era tan fuerte que lograba lo imposible. Después de años de distanciamiento,Wieck demostraba mejores disposiciones. Los Schumann tuvieron la feliz sorpresa de recibir una carta suya declarándoles que deseaba un acercamiento. Poco después, Clara, acompañada por Schumann, partió en una grira por Rusia que fue trinfal;el zar y la zarina la felicitaron. Schumann pudo comprobar que la fama de Clara era inmensa.Así reavivó su admiración por ella y se acrecentó su deseo de igualar su notoriedad. Después de esto se abocó al Fausto de Goethe. Trabajaba sin descanso. Esos excesos lo fatigaron a tal punto que decayó,preso de una súbita depresión acompañada de dolores de cabeza, temblores, alucionaciones y una hipertrofía sensitica que le hacía insoportable cualquier ruido. Cuatro años habían transcurrido desde su instalación en la pequeña casa de Leipzig, y los esposos se cansaban de la ciudad. Schumann no soportaba su fracaso en el conservatorio fundado por Mendelssohn. No estaba hecho para el profesorado y sus resultados eran mediocres. Tuvo que abandonar. Además,sus amigos, los Mendelsshon, se habían ido de Leipzig. Con la esperanza de que un nuevo ambiente sería saludable, los esposos se instalaron en Dresde. Se reaunudaron las incesantes visitas de amigos,las veladas en las que se hablaba de música, el trabajo en el piano y, para Clara, la preparación de conciertos. Los insomnios, alucinaciones y temblores de Schumann continuaban. Pasaron los años, Schumann proseguía su obra; sometía cada una de sus composiciones a la aprobación de Clara. Año tras año nacían los hijos. Insidioso, el mal avanzaba. Schumann temía a la locura y comenzaba a creer que su música le era enviada por el cielo. Permanecía mudo durante horas, inmóvil, escuchando las voces de los ángeles. Luego los ángeles cedían el lugar a los demonios, y Schumann se tornaba un ser torturado, que sufría los espantos de la condena eterna. Poco a poco, se iba deslizando en un mundo de espíritus que absorbían la realidad. Luego recuperaba la conciencia y trabajaba en sus composiciones, se ocupaba de los detalles domésticos, jugaba con sus hijos, y Clara respiraba...hasta el regreso de los espíritus y de las pesadillas. Clara tenía esperanzas en su restablecimiento. Pero lamentablemente hubo que internar a Schumann. Sus pérdidas de conciencia, sus delirios, sus extremados sufrimientos requerían la presencia de médicos. Él mismo reclamaba un sanatorio, pensando que así podría curarse. Después de catorce años de dicha y siete hijos muy queridos, Schumann y Clara se separaban. Comenzó para ella el dolor de la espera. Reclamaba sin cesar noticias de Schumann, que parecía no recordarla; estaba persuadida de que él recobraría la razón y volvería al hogar. Brahms, al que habían conocido unos años antes y que sentía por ella una admiración afectuosa rayana en el amor,trataba de sostenerla. A veces le contaban a Clara que Schumann preguntaba por ella, y entonces la embargaba la alegría, volvía la esperanza; luego era de nuevo la larga espera. Pasaban las semanas y los meses. Schumann permanecía en un estado semiinconsciente,ausente del mundo. Una carta de él revivió la certeza de Clara de que sanaría. Los conciertos se sucedían. Una parte de ella cumplía su papel de virtuosa,sonreía,saludaba, pero la parte más íntima de sí misma estaba con Schumann y su corazón sufría. Sus amigos,inquietos, la acompañaban. Clara seguía imaginando que Schumann volvería, que la locura involucionaría. Ellos lo sabían condenado y se desesperaban al pensar en el golpe que ella iba a sufrir. Brahms la preparaba lentamente, diciéndole en voz baja que Schumann no sanaría. Le aseguraba su admiración, su amor, adivinando que en el momento fatídico necesitaría de su apoyo. En julio de 1856, cuando regresaba de una gira por Inglaterra, Clara recibió un telegrama del sanatorio.Schumann estaba muy grave. Corrió a verlo. Él la reconoció y le sonrió, pero la parálisis lo ganaba y ya no podía mover los miembros. Dos días más tarde, Schumann moría. Tan grandes eran las torturas que había soportado que Clara, pese a su dolor, agradeció al Cielo por haberlo liberado de su mal. Sólo lamentaba no haber muerto con él. -Que Dios me dé fuerza de vivir sin él- dijo. Clara tenía entonces treinta y siete años. Viviría sin él cuarenta largos años más. Una vida ahora sin amor, sin esperanzas. Ni el afecto de sus hijos, ni la ternura amorosa de Brahms, ni siquiera la música pudieron consolarla. Durante esos cuarenta años, Clara vivió de giras, como antes, extrayendo su fuerza del recuerdo de su felicidad, tocando, haciendo conocer y amar la música de Schumann. A pesar del dolor que la miraba, Clara siguió siendo musa inspiradora. La apasionada admiración de Johannes Brahms inspiró al gran compositor sus más bellas obras, aureoladas de una dulce tristeza que emanaba de ella. Por ella, renunció sucesivamente a amores más tangibles. Clara, a pesar de tener catorce años más que él, siguió siendo la única, la irremplazable, aquella por quien nacía su música, su soplo creador. En mayo de 1896,Clara murió en Francfort del Meno. Su recuerdo persiste todavía en las salas de concierto, cuando se elevan los acordes de una sinfonía de Schumann o de Brahms. Su música fue la de ella. Von fremden Ländern und Menschen .Por Martha Argerich youtube/watch?v=XMs7o19C-YM
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 16:00:14 +0000

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