SABER NO ES CONOCER Saber el precio de algo no es lo mismo que conocer el valor, Muchas veces el valor supera en mucho al precio. Así mismo saber una palabra no es lo mismo que saber su valor o peso. Hay muchas palabras que escuchamos diariamente, las escribimos y aun son parte de nuestro vocabulario diario, pero desconocemos su peso. No sé si se fijó pero no he usado la palabra “significado” sino “peso”. El peso no es lo mismo que el significado, el significado es la explicación de lo que es, hace y produce una palabra, pero el peso es su valor en cuanto a la vivencia personal. Por ejemplo; todos hablamos del perdón pero cuantos viven el perdón. El perdón es un verbo, es algo vivo, latente, siempre en movimiento, siempre esperando ser usado en su más profundo sentido, pero no está activo en donde más debiera estarlo, en la iglesia de Cristo. Creo que lo que más ilustra la forma humana de perdonar es como lo hacen los afectados por asuntos políticos, algunos llenos de rencor dicen; “ni perdón ni olvido” y los menos afectados dicen; “Perdón, pero sin olvido”. Los cristianos debiéramos decir; “perdón y olvido” pero no lo hacemos y si lo hacemos es de labios nada más, porque la mayoría de las veces seguimos anidando el rencor en el corazón. Perdonar es algo liberador, vital y fortalecedor, pedir perdón es una identificación real de la obra del Espíritu Santo en una vida renacida de nuevo. En mi opinión personal las palabras más desvalorizadas en la iglesia son; PERDÓN, GRACIA, MISERICORDIA, SANTO, SANTIDAD Y JUICIO. Creo que ocuparía mucho espacio en este artículo explicando el valor de estas mismas porque sería muy largo de hacerlo. Creo que la mejor manera de entender el valor de estas palabras es viviéndolas, practicándolas en la vida diaria ya que es así como se debería mover el Espíritu que nos fue dado en nuestra conversión. Alguien me dijo que porque escribía tanto sobre el perdón ¿es porque aun siente culpa? Y le dije, si, siento culpa de vez en cuando pero no es por causa de Dios ya que estoy seguro de que él me perdonó, pero es por causa de los que no han podido perdonarme y por la herida de ellos supuran su rencor. No escribo del perdón para atraer pena, conmiseración o empatía, solo que al vivir mi experiencia de fracaso, vi la peor cara de la iglesia, como muchos antes que yo, y no me refiero a la iglesia que pastoreaba sino a la iglesia de Cristo en general. Del 100% por ciento de mis hermanos en Cristo (hermanos, lideres, ministros, consiervos, Etc.) solo una parte mínima me siguió viendo como hermano aunque Dios jamás dejo de verme como a un hijo. Pero digo delante de Dios y al Espíritu Santo como testigo, que no odio a nadie, no hay lugar para el rencor en mi vida, por el contrario entiendo las reacciones en mi contra y las perdone, y eso no me hace mejor que nadie, solo me hace libre para servir al Dios de mi vida. EL PERDÓN ES EL VALOR DE LA GRACIA; Pastor Narcés Céspedes.
Posted on: Fri, 23 Aug 2013 01:22:01 +0000
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