SANTOS Y SANTAS DE DIOS, RUEGUEN POR NOSOTROS El Santo del día 17 - TopicsExpress



          

SANTOS Y SANTAS DE DIOS, RUEGUEN POR NOSOTROS El Santo del día 17 de septiembre SAN ROBERTO BELARMINO Obispo y doctor de la Iglesia Nació en Montepulciano, ciudad de la región toscana (Italia) en 1542, y era de una rica y numerosa familia, Además, era sobrino de un Papa (su mamá era hermana de Marcelo II). En 1560 entró en la Compañía de Jesús, renunciando a cualquier esperanza de carrera humana. Pero fue muy lejos. Estudió teología en Padua y en Lovaina, y en 1576 llegó a ser el primer titular de la cátedra "de controversiis", es decir, apologética o defensa de la ortodoxia católica en la Universidad Gregoriana, que en ese tiempo se llamaba Colegio Romano. Entre sus alumnos de ese tiempo se encontraba san Luis Gonzaga. En 1559 fue nombrado cardenal y arzobispo de Capua, probablemente para tenerlo lejos de Roma en el momento culminante de la controversia sobre la gracia. Después de la muerte de Clemente VIII pudo regresar a la Ciudad eterna, en donde influyó notablemente como teólogo oficial de la Iglesia con su doctrina y con el ejemplo de su caridad y sencillez de vida, que la gente admiraba. Escribió muchas obras exegéticas, pastorales y ascéticas; fundamentales para la apologética son los voluminosos libros De controversiis. Murió en Roma el 17 de septiembre de 1621, y el proceso de beatificación que comenzó casi inmediatamente se prolongó por tres siglos. Después en un solo año, en el 1930, obtuvo del papa Pío XI la triple glorificación de beato, santo y doctor de la Iglesia. Llevados instintivamente a admirar al polemista en las hábiles lides de la palabra y de los escritos, pero no a amarlo porque nos lo representamos como un hombre de inteligencia superior, descubrimos con maravilla lados humanísimos del docto jesuíta. Durante los tres primeros años de vida religiosa sufrió fuertes dolores de cabeza, pero nunca descuidó los estudios teológicos, y sostuvo la defensa de la propia tesis durante tres días consecutivos ante un público literalmente deslumbrado. Los compromisos escolares no lo apartaron nunca de la oración. Cuando lo llamaron nuevamente a Roma, desempeñó varios cargos, entre ellos el de director espiritual, y como tal, estuvo cerca a san Luis Gonzaga hasta su muerte. Si su vasta erudición y la vigorosa dialéctica puesta al servicio de la doctrina católica le granjearon el título de "martillo de los herejes", una obra sencilla en la estructura pero rica en sabiduría como su Catecismo, le mereció el título de "maestro" de muchas generaciones de niños que en ese librito, en forma de diálogo, han aprendido las verdades fundamentales de la fe profesada en el Bautismo. Después de haber llenado el estante con obras teológicas, escribió El arte del bien morir, es decir, el modo de despedirse de la vida con serenidad y desapego.
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 02:32:22 +0000

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