SEPTIEMBRE II Durante varios días llovió y volvió el paisaje a su natural de verdes vibrantes, asfaltos luminosos y paraguas. Quería la mañana adentrarse en un otoño temprano y la mansedad de una lluvia silenciosa como un llanto pequeño nos llevaba allí con una perezosa melancolía. Aprovechando la tregua de la tarde caminamos por los acantilados; la senda es barro y agua, a un lado el ancho maizal que nos susurra y al otro la caída hasta un mar ruidoso rompiéndose en blancos contra el roquerío. - Frente a esta costa yace un barco, voy contando. - En agosto de 1937 embistió contra la isla, y desbaratándose, fue tragado por la mar en poco tiempo. La nave arrastró con ella a más de 200 personas que en la desesperación de la huida habían embarcado en Santander sin tripulación que la gobernase. Muchos muertos se quedó la mar. Otros muchos devolvió a la tierra y en el cementerio cercano le dieron descanso arrojándoles a una fosa común. Cuando ando esta senda suelo imaginar los cuerpos de estos desgraciados abrazados a las rocas y salientes, tal como los cormoranes, en los días de sol, posan puestas sus alas a secar. La tragedia de los naufragios se acompaña con frecuencia de una dimensión romántica, aventurera y hazañosa, me contestan. – Verdad; en el lecho del ancho mar que entra en Santoña, duerme un buque de la armada española desde 1812; antes de rendirlo a los franceses prefirió su tripulación hundirlo en la mar española y allá descansará hundido y no vencido, cerca del puerto de lo que fue conocido como la Gibraltar del Cantábrico. No he conocido a un náufrago sobreviviente de las ansias del mar, pero conozco a uno de tierra, hundido, derrumbado por el sistema en el que confiaba y al que ayudó a levantar. Me temo que hay cientos como él. La gran embestida que nos ha sacudido arroja muertes, desapariciones, huidas y hondas heridas difíciles para la esperanza. Engañados. Esta nave sí llevaba timón, pero carente de medida, de justicia, de humanidad y de dignidad. Todos hemos quedado a la deriva. En verdad la historia se repite, ahora, frente al imperialismo financiero alemán, acabaremos gritando - ¡antes hundidos que vencidos ¡.
Posted on: Wed, 11 Sep 2013 00:15:44 +0000
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