SER TESTIGOS DE SU AMOR EVANGELIO DE HOY "En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias" (Lc. 10, 1-12. 17-20). ¿Qué significa ser testigo? El testigo es una persona que está presente en un determinado lugar y momento donde ocurren una serie de hechos, es aquel que generalmente ha visto y ha oído algo. El envío de los apóstoles no habría sido posible si ellos no hubiesen tenido un encuentro personal con Jesús, si no hubiesen sido testigos… ¿De qué iban a hablar? ¿A Quién iban a anunciar? La misión de la evangelización es comunicar aquello que han visto los ojos y que ha sentido el corazón, es poder decir: “yo he encontrado un Tesoro que llena la vida y la llena toda y quiero compartirlo contigo”. Pero ¿cómo se llega a esta experiencia de ser testigo? El medio más eficaz es la oración. Por medio de ella nuestro tiempo cotidiano, irrumpe en el tiempo sagrado para poder escuchar con los oídos del corazón la Voz de Dios y para poder ver con los ojos de la fe sus gestos, movimientos y acciones... contemplar su Misterio. Si queremos ser testigos, primero tenemos que sustraernos del ruido y el ajetreo de cada día, hacer un “stop”, desconectarnos del mundo exterior y entrar en sintonía, en diálogo de amor con el Señor. No podemos dar, no podemos hablar de lo que no tenemos, de lo que no conocemos; la Vida de Dios en nosotros se fortalece en la búsqueda amorosa de su Presencia, en el deseo de permanecer con Él, mirándolo, escuchando sus Palabras de Vida Eterna, adorando, derramando todo nuestros ser como un perfume, como bálsamo para ungir sus pies cansados de correr tras nosotros, besarlos con gratitud y decirle: “Señor aquí estoy, estoy Contigo y Te amo, quiero ser tu testigo, ¡estoy dispuesto!”, entonces Él nos responderá a cada uno: “Sí, seréis mis testigos… ‘seréis’, porque no te envío sólo, irás con tu hermano, irán de dos en dos porque en la diversidad encontrarán tesoros, en la unidad hallarán su fuerza y el bastón en el que se apoyarán, y que será lo único que lleven para el camino, será EL AMOR, la Vida que transforma el mundo, lo salva y plenifica porque YO SOY EL AMOR… Que puedan decir de ustedes: “mirad como se aman”, ese será su mayor testimonio”. “Seréis mis testigos, testigos del Amor, del Tesoro que lleváis en el corazón". ¡No tengan miedo, miren al cielo!... ¡No tengan miedo, siembren la fe". (Juan Pablo II)
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 16:55:41 +0000
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