SI NO FUESE VERDAD, MERECERÍA SERLO... 243ª HISTORIA Cuando - TopicsExpress



          

SI NO FUESE VERDAD, MERECERÍA SERLO... 243ª HISTORIA Cuando John Lennon anunciaba el rompimiento de los Beatles dijo que “la genialidad es dolor”. Eso significa que ser un genio implica sentir dolor, y muchas veces incluso vosotros mismos habéis comentado eso al leer aquí historias como la de Warren Zevon, de ayer, o las de otros que iré trayendo… Elliott Smith, Dennis Wilson, Jim Morrison o Rufus Wainwright. Y es que muchísimas veces las dos cosas van de la mano, y por eso el horrendo comportamiento de muchas superestrellas y celebridades (incluso de las que tienen un talento más que razonable) es casi siempre tratado superficialmente diciendo que es algo que se debe a su “temperamento artístico”; aunque Jung, por poner otro ejemplo, era muy escéptico sobre esta teoría y empleó muchas de sus energías en rebatirla. Brevemente descrita, la teoría del “temperamento artístico” mantendría que hay un precio que todo el mundo tiene que pagar, y que el talento excepcional está a menudo acompañado por deficiencias en otros aspectos del carácter humano; es decir, que cada “pro” está equilibrado, por alguna misteriosa razón, por su “contra”. Esta teoría tiene una doble función: por un lado sirve de excusa para explicar que todas las maldades y tonterías que hacen los genios tienen que ser perdonadas porque son el complemento de todo lo que nos hacen disfrutar. Y por otro lado hace que el resto de nosotros nos sintamos mejor… sí, hombre… alguien que es absolutamente brillante como actor, escritor, atleta, académico o músico, pero que es totalmente infeliz, que está profundamente perturbado, o que es enormemente desagradable, no es blanco de nuestra envidia, a pesar de su fama y su fortuna… no? En el caso del personaje del que nos ocupamos hoy, ¿quién es es este hombre?. JACO PASTORIUS tocaba el bajo eléctrico. De forma más precisa, él se llamaba a sí mismo “el mejor bajista del mundo”, y en lo que a muchos oyentes de música y compañeros suyos se refería, entre 1976 y su muerte, ocurrida diez años y pico después, seguramente eso era verdad. Jaco fue un virtuoso de un instrumento considerado normalmente, tanto en sus facetas acústica como eléctrica, como parte del engranaje musical, pero que nunca está en primer plano; pero la consideración de este bajista como un genio deriva de su maestría con un instrumento que él mismo inventó más o menos: el bajo eléctrico sin trastes. Cuando le quitó los trastes a su bajo Fender Jazz en 1962, creó un sonido único, que le permitía combinar la fluidez del contrabajo acústico sin trastes con el poder y los registros del bajo eléctrico convencional, logrando unas tonalidades similares a las del cello y a las del trombón que hubiesen sido imposibles de conseguir de otra forma. farm3.static.flickr/2588/3950962103_f51422793c.jpg “…Todo está en las manos; para conseguir el sonido que quieres tienes que saber exactamente donde tocar las cuerdas, exactamente qué presión aplicarles. Tienes que aprender a sentirlas. Y entonces ellas cantarán…” Haciendo eso que decía, Jaco Pastorius reinventó el bajo eléctrico tan profundamente como Jimi Hendrix reinventó la guitarra eléctrica, Jimmy Smith el órgano Hammond o Charlie Parker el saxo alto. Su trabajo con Weather Report, con Joni Mitchell o como compositor y líder de su propia banda, alteró para siempre la forma en que la gente escuchaba, e incluso pensaba, sobre el bajo eléctrico. Pero Jaco sufría una enfermedad maníaco-depresiva, y sus extremados cambios de humor terminaron por tirar por tierra su titánico talento. Puede que eso explique por qué un músico tan admirado y aclamado universalmente acabase siendo incapaz de conseguir un trabajo, malviviendo en las calles de New York, y muriendo de forma violenta a la edad de 35 años. youtu.be/LEs5sKDXZuk John Francis “Jaco” Pastorius III nació el 1 de diciembre del ’51 en Norristown, un pueblo a las afueras de Philadelphia. Su familia se mudó a Fort Lauderdale, en Florida, cuando Jaco tenía ocho años, y era el mayor de tres hermanos. Cuando niño, los libros que he consultado dicen que era encantador, hiperactivo, precoz y que estaba muy interesado por los deportes, la pintura y por la música. Su padre, Jack Pastorius, que era amigo del productor Teo Macero y de Bill Haley, era un cantante y batería del circuito de pequeños clubs, por lo que no estaba demasiado tiempo en casa, pero sí lo suficiente como para que Jaco le escuchase tocar jazz, y comenzar así su educación musical. El hecho de vivir ahora en Florida contribuyó enormemente en su formación, porque allí se embebió no solo de un gran rango de estilos musicales americanos, como el R&B, el funk o el soul, sino también de la música de Jamaica y de Cuba. Florida nunca ha tenido prejuicios musicales y Jaco tampoco, a él le encantaba la música; todas y cada una de las clases de ella que puedas imaginarte, desde Bach a Stravinsky, de James Brown a Sam & Dave, de Charlie Parker a John Coltrane, de Jimi Hendrix a los Beatles… y la música fue claramente el núcleo de su futuro desde muy temprana edad, desechando la pintura, a la que pasó a considerar un arte demasiado tangible y menos espontánea que aquella. Comenzó tocando la batería, como su padre, uniéndose en 1963 a una banda local llamada The Sonics. Sin embargo su carrera con las baquetas fue corta porque a los 13 años se rompió la muñeca jugando al fútbol y ya no tuvo la fuerza suficiente para tocar bien la batería. Jaco comenzó entonces con otros instrumentos que requiriesen menos potencia de golpeo, interesándose a la vez por cuatro de ellos, piano, saxo, guitarra y bajo. “…Yo era bueno en todos ellos, pero no era “realmente” bueno en ninguno. Por fin me di cuenta de que para hacerlo bien de verdad tenía que asentarme en un solo instrumento…” Y con sus grandes manos, largos dedos, y sus famosos pulgares de articulaciones dobles, solo había una elección posible. Jaco y su Fender se convirtieron en un matrimonio feliz, y aún siendo un quinceañero puede que todavía no se le reconociese como “el mejor bajista del mundo”, pero desde luego sí que era el mejor bajista de Florida. Con su nuevo instrumento pasó a otra banda local, Las Olas Brass, de donde fue pasando a otros grupos cada vez mejores e incluso incorporándose a las bandas de apoyo de los Temptations y las Supremes. Su forma de tocar le hizo acreedor a que Peter Graves le fichase para la banda fija que tocaba en el club Bachelors III, de Fort Lauderdale, en la que se mantuvo durante cinco años en los que además de tocar con los que iban pasando por allí… Ross Traut, Paul Bley, Pat Metheny… comenzó a componer sus propias piezas para big-bands incorporando en ellas sus personales conceptos en un formato de jazz. farm3.static.flickr/2444/3950962249_f871626c1f.jpg youtu.be/zdqje73KQwg En 1976 hizo una prueba para Bobby Colomby, el batería de los Blood, Sweat & Tears ahora en tareas de producción para Epic Records. Colomby alucinó con este chaval que hizo algo imposible, algo que nadie había hecho antes, interpretar al bajo el “Donna Lee” que Charlie Parker sacaba de forma tan compleja de su saxo alto. Así que se lo llevó a New York para presentárselo a sus jefes de Epic y consiguió que le firmasen un contrato, algo que nunca habría hecho nadie con un bajista desconocido; y más aún, que pusiesen a su disposición a otros músicos de la talla de los hermanos Brecker o Herbie Hancock, y el disco de Jaco fue toda una revelación. “Jaco Pastorius”, que así se llamó su primera obra, fue y continúa siendo impresionante; desde su simple portada hasta sus fantásticas capas de instrumentación, y la cálida y dulce producción que rezuma de cada canción, hacen de éste un disco que todos los bajistas deberían tener en su casa. La pura velocidad y destreza de los dedos de Jaco es casi sobrehumana. De la noche a la mañana, Jaco estaba también en los estudios grabando “Hejira” con Joni Mitchell, y a finales de año se había unido a la banda de jazz-rock más famosa de su tiempo, los Weather Report de Joe Zawinul y Wayne Shorter, a los que su también fantástico bajista Alphonso Johnson había abandonado en mitad de la grabación de su disco “Black Market”. Jaco Pastorius mejoró el sonido del bajista anterior desde el primer momento, desde que grabó con ellos la primera canción, “Cannon ball”, un tributo al saxofonista Julian “Cannonball” Adderley. Jaco trajo el sonido y los ritmos del hogar del propio Adderley, que era de Florida como él mismo ahora, a la grabación de forma admirable. Definir el sonido del sur americano no es fácil, pero Jaco sabía expresarlo muy bien: “…Hay un ritmo propio en Florida… el agua del Caribe es muy diferente a la de los otros océanos. Aquí está un poco más calmada, no tenemos olas apenas en Florida. A menos que haya un huracán. Pero cuando llega el huracán, mira… es más feroz que cualquier otra cosa que te puedas imaginar. Y mucha de la música de aquí es así también: el pulso es suave aunque los ritmos sean angulosos, y el pulso te atrapará antes de que te des cuenta. De pronto, estarás completamente sumergido…” farm3.static.flickr/2449/3950962729_1ed3991580.jpg youtu.be/M7XwwcvjUFg Weather Report fue el hogar permanente de Jaco Pastorius durante los siguientes seis años. Este periodo fue el más creativo de su vida y el que le elevó hasta la cima de mejor bajista del mundo, una posición en la que ya todos estaban de acuerdo que le pertenecía por derecho propio. Su sorprendente forma de tocar, su talento para la composición y la manera en que se apoderaba del escenario (con poses a lo Pete Townshend o Hendrix, pero que nunca antes se habían visto en un mundo comparativamente más tranquilo como el del jazz) catapultaron a Weather Report desde el circuito de Universidades hasta el status de grupo que llenaba estadios. Lo explica así Joe Zawinul: “..Jaco trajo la magia con él, la misma magia que tenía Jimi Hendrix. Era un intérprete electrizante y un gran músico. Y fue también el responsable de que los chicos blancos comenzasen a venir a nuestros conciertos. Antes de que Jaco llegase, nosotros éramos percibidos como una especie de grupo de jazz esotérico. Éramos populares en los campus de las universidades, pero después de que Jaco se nos uniese comenzamos a agotar las entradas de todas las salas a las que íbamos…” Desafortunadamente ese nuevo status le llevó también a seguir el estilo de vida del rock’n’roll. Antes de unirse a Weather Report, según uno de sus hermanos, Jaco solo se había bebido tres cervezas en toda su vida, pero en las giras con Weather Report y Joni Mitchell (con la que seguía grabando) se introdujo en la cocaína y el coñac, y su frágil psique comenzó lentamente a desmadrarse. Empezó a tener un comportamiento desconcertante, los primeros signos de lo que hoy podría ser diagnosticado como una forma de depresión bipolar causada por un desequilibrio químico en su cerebro. Su matrimonio se derrumbó y frecuentemente tenía encontronazos con Joe Zawinul, el autoritario líder de Weather Report, lo que le llevaba a interrumpir a menudo los conciertos subiendo su amplificador hasta el tope y comenzando a tocar así el “Third stone from the sun” de Jimi Hendrix. Aún así, bajo la protección de Joe Zawinul, convertido en su mentor, todavía podía confiarse algo en él. Pero en 1982 se fue de allí. farm4.static.flickr/3504/3950962485_180a3ab2ea.jpg youtu.be/TesEEKKAD3Y Después de dejar Weather Report para dedicarse a su carrera con su propia banda, Word of Mouth, las cosas fueron todavía a peor. Él siempre había sido bastante egocéntrico, aunque con su puntillo gracioso (una vez le respondió a un periodista que le preguntó que a dónde se dirigía el futuro de la música, diciéndole que al día siguiente él estaría volando hacia Florida) pero perdió el control sobre sus cambios de humor y emergió en él una veta autodestructiva que sus colegas encontraban difícil de manejar. Aunque el declinar de Jaco a menudo ha sido atribuido a su abuso de la bebida y las drogas, la verdad es que éstas simplemente exacerbaban sus síntomas, y su condición tocó fondo, y a medida que iba transcurriendo la década de los ’80, su comportamiento iba siendo cada vez más y más errático. En 1982 fue arrestado en Tokyo por conducir una moto completamente desnudo, y tuvieron que sacarle entre varias personas del escenario del Playboy Jazz Festival tras caerse y arrastrar en su caída con él una gran parte del equipo de sonido. Al año siguiente se cayó desde un balcón que estaba a unos 8 metros de altura en Rímini, Italia, volviendo a romperse la muñeca, además de tres costillas. Aunque seguía siendo el bajista más increíble que existía, se convirtió en un incordio de tío, se cargaba los conciertos de su propia banda igual que había hecho antes con las de Weather Report, los promotores comenzaron a dejarle de lado, su segundo matrimonio fracasó lo mismo que el primero, fue desahuciado de su apartamento de Manhattan, asaltó la casa de sus padres… fue internado en el ala de psiquiatría del Hospital de Bellevue de New York durante seis semanas para intentar rehabilitarle. Y en cierta forma lo consiguieron; a su salida hizo algunas giras de éxito con el guitarrista Bireli Lagrene, pero la muerte de sus dos mejores amigos, a los que conocía desde la niñez le provocó una profunda depresión y dejó el tratamiento que le habían prescrito. Comenzó de nuevo a meterse en problemas, en peleas; su hogar era una cancha de baloncesto abandonada, y era normal que la policía le detuviese por robar en las tiendas cercanas. Ya no se le veía en los mejores escenarios del mundo, sino durmiendo al raso en el parque de Washington Square. Los clubs en los que él había sido la atracción principal le prohibían ahora la entrada porque robaba las propinas que les dejaban a las camareras en las mesas. farm3.static.flickr/2437/3951740652_93a8aa1005.jpg youtu.be/IoCyQRNbGSA Jaco Pastorius murió en Florida en septiembre de 1987, pocas semanas antes de cumplir los 36 años. Hacía poco que había salido de su segunda y más larga estancia en el Hospital de Bellevue, y estaba intentando rehabilitarse otra vez. Una noche Jaco fue expulsado de un concierto de Santana debido a su insistencia en subirse al escenario, y se encaminó al Midnight Bottle Club. Pero aquél era un local exclusivo en el que solo podían entrar los socios, y no le permitieron la entrada, a lo cual Jaco respondió liándose a patadas con la puerta que le habían cerrado en las narices. A causa de su persistencia, salió uno de los gorilas de seguridad, un experto en artes marciales llamado Luc Havan, y comenzó una pelea con él. Aunque quizás “pelea” no sería la palabra adecuada: Jaco fue pulverizado, literalmente. El tipo aquél le hundió el cráneo y le sacó un ojo de su órbita, dejándole inconsciente en plena calle. Jaco llegó al hospital en estado de coma con un pronóstico de gravedad tal que los médicos pensaban que la mitad de su cuerpo quedaría paralizada si es que llegaba a sobrevivir. Sin embargo, una semana después, sin haber recuperado la consciencia en ningún momento, una vena estalló en su cerebro, dejándole sin actividad cerebral alguna. A sus padres les pidieron una decisión, y el 20 de septiembre le retiraron la respiración asistida. Murió al día siguiente. Luc Havan fue arrestado por homicidio, pero encontraron que no hubo premeditación y solo fue condenado a cuatro meses de prisión… uno por cada uno de los hijos que había dejado huérfanos con su acción sobre Jaco. youtu.be/sMQUFvv0WRY ¿Por qué pasó esto? ¿Cómo pudo Jaco Pastorius, un genio, un virtuoso, uno de los mejores músicos de su generación, caer tan bajo y morir tan lastimeramente? No sé… pero si él no hubiese sido un artista y por tanto no le hubiesen “permitido” actuar de esa forma tan extraña, quizás sus tendencias maníaco-depresivas hubiesen sido diagnosticadas y tratadas mucho antes. Sus manifestaciones puede que no hubiesen sido atribuidas a su “temperamento artístico”, o al “estilo de vida del rock’n’roll”, o a los caprichos de un genio… Los artistas, incluso los más grandes, son primero y sobre todo seres humanos. A veces un artista de éxito se jode la vida a sí mismo simplemente “porque puede”. Y otras veces puede que de verdad tengan problemas, y nadie sabe qué hacer con ellos. Si hay una lección que aprender de la trágica caída en barrena y posterior muerte de Jaco Pastorius es que si miramos más allá del ser humano, el arte mirará más allá de sí mismo. youtu.be/I63bOi477cA farm4.static.flickr/3503/3950962839_77d3a0c3f6.jpg
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 12:33:37 +0000

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