SIN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES NO HAY PROYECTO NACIONAL - TopicsExpress



          

SIN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES NO HAY PROYECTO NACIONAL Que Pino Solanas es un referente nacional es casi una verdad de Perogrullo. Su prédica, propuestas y preocupación permanente por los temas nacionales le valieron más de una vez críticas inclusive de sectores o dirigentes del Partido en la Ciudad Autónoma, que interpretaban esta cuestión como un “abandono” del electorado porteño. Que su reinstalación como tal obedezca a las alianzas acordadas en la Ciudad, es por lo menos una visión parcial de un todo que debería abarcar un análisis un tanto más profundo. Que un proyecto nacional, un “Proyecto Argentino” pueda lanzarse desde una coalición concretada al solo efecto de sumar algún porcentaje a las listas, como para ampliar las posibilidades de ganar una senaduría, bueno, esto sí, es absolutamente discutible. No hay Proyecto Nacional sin un desarrollo político y un programa que abarque todas las realidades, fundamentalmente la caótica realidad del territorio donde vive o sobrevive el 37% del electorado. No hay proyecto nacional cuando están ausentes por omisión o desconocimiento las problemáticas de las llamadas “mayorías”. Nuestro Proyecto se explica desde lo anticolonial. Si no es así, se convierte en una sucesión de enunciados bien intencionados. Y lo anticolonial no está presente en la campaña de CABA. Y no está presente porque se evaluó que no es una cuestión que preocupe a las mayorías porteñas. Sin embargo, la corrupción está o no ligada a nuestro ser neocolonial? Es o no inherente a la dependencia la existencia de mafias y corporaciones que se lo llevan todo? Es posible pensar en una democracia de mayorías sin tener en cuenta la enorme mayoría de la población, sus padecimientos que sólo conoceremos si se construye una red muy amplia de organizaciones que esté enraizada en el subsuelo de la Patria? Quién hará ese trabajo? Lo motorizaremos desde los debates de la Ciudad Autónoma? Lo haremos desde apariciones esporádicas en las ciudades de la Provincia? Se tiende a creer que desde un discurso y una acción superestructural construiremos una fuerza de mayorías. Porque se dice que la militancia se cierra sobre sí misma, aislándose de la realidad y de lo que piden los ciudadanos. Sucede que los militantes son ciudadanos que viven, trabajan y sufren junto a su pueblo, en sus provincias, en sus barrios, en sus ciudades. Son personas que se convencieron de un camino y luchan para sumar a otras personas desde la realidad que conocen, y también desde lo que están construyendo. Sin estos puentes no tendremos nada. El Partido, el movimiento, el Frente, cualquier tipo de organización, necesita de los agentes que traen y llevan las propuestas y los principios, llenándolos de contenido real. Quién está más aislado, el funcionario o el “representante” que vive sumergido en el microcosmos del Congreso, todo ese enjambre de personas que trabajan para sostener una estructura que los contenga; o el que vive y trabaja y viaja y milita en un lugar o en varios, y que respira al compás de lo que respira el otro, pero con una conciencia que lo obliga a preguntarse permanentemente cómo trasmitir, cómo convencer, cómo salir del pantano en el que están sumergidos tantos millones de personas? No debemos negar el peso del espacio mediático, no debemos negar la importancia de alcanzar una representación electoral, sin embargo, nuestro objetivo debería ser intentar poner en marcha la formidable fuerza potencial de la participación popular. Eso no se consigue desde lejos, sino combinando una serie de estrategias, que, por el momento, no forman parte de la agenda partidaria. Si así fuera, se entendería qué estamos haciendo los compañeros de la Provincia de Buenos Aires. Después de la elección de 2011, una de las cuestiones planteadas fue cómo trasmitir nuestras propuestas, y sobre todo cuáles de esas propuestas serían más escuchadas, pero también, y sobre todo, aprender a escuchar a aquellos que no están en la política del día a día. Sin embargo, este trabajo, que sin lugar a dudas tienen que cumplir los militantes, no implicaba acomodar nuestra programa o plataforma estratégica a “lo que la gente pide”, precisamente porque esa multitud indiferenciada, tomada como un todo, nos puede inducir a cometer graves errores. Lo que puede parecer un acierto táctico termina en una estrategia de marketing. En definitiva, nuestro discurso sólo se explica desde lo anticolonial, y el instrumento para llevar adelante nuestras propuestas, que es cierto que son de largo aliento, es un frente popular, democrático, antiimperialista y latinoamericanista. La batalla electoral debe estar inscripta en esta estrategia, e ir dando pasos sólidos en esta construcción. Electoralmente pueden considerarse alianzas con algunos partidos con los que coincidimos sólo en algunos puntos de nuestra propuesta, sólo si estamos construyendo lo estratégico, y no empezando al revés. La superestructura, que garantiza un escenario mediático, nunca puede ser el cimiento de una verdadera construcción que perdure en el tiempo. Y el pueblo, aún sumido en la desinformación y el embrutecimiento, suele intuir estas cuestiones y entenderlas tal vez antes que nosotros mismos, y sigue volcándose a lo que conoce como poder. Nuestras tareas nunca fueron fáciles, todos los que estamos acá sabemos esto, y sin embargo seguimos luchando contra todos los enemigos internos y externos que intentan por diversos medios y motivos dejarla inconclusa o hacerla fracasar. La derrota estrepitosa de la estrategia electoralista porteña del 2011 dejó al desnudo todas estas diferencias, y el Partido se encaminó a resolverlas, en una síntesis positiva que culminó en el Congreso de Diciembre, sus propuestas programáticas, y la reconstrucción de la fuerza a través del 2013. Pero el sistema y sus personeros atacaron nuevamente, en una ofensiva sin descanso. Hoy el campo popular aparece dividido en varias partes, mucho más en CABA, y endeble en la Provincia de Buenos Aires, ya que no somos la única fuerza que recibe los embates de las concepciones conservadoras y corporativas que caracterizan a los partidos políticos, y se divide hasta lo infinito. No habrá frente popular si no se supera la idea de que lo electoral es un fin en sí mismo, y que el poder reside en las bancas que puedan alcanzarse, inclusive en los cargos ejecutivos. Nos enfrentamos a fuerzas muy poderosas, y sólo lograremos derrotarlas con la una base social multitudinaria. Ese es el desafío. La idea de que se llega a ella, que debe ser una base viva, participativa, creadora, activa, por medio de los votos, es por lo menos parcial e inconsistente. Desestimar el trabajo de la militancia de la Provincia de Buenos Aires, minimizar sus opiniones y opciones es, además de una muestra de soberbia, un error político llamativo, si es que todos creemos en la liberación de nuestra patria y pueblo. El debate sobre lo que tenemos que construir y sobre todo el cómo hacerlo, es el más importante y el primero que tal vez debemos darnos. Sabemos que somos muchas y muchos los que vemos esta experiencia de Proyecto Sur como frustrada e inconclusa, y que sin embargo, al pertenecer a ella, sostenemos que se puede corregir el rumbo. Nuestro principal desafío y sobre todo nuestra principal responsabilidad es intentar un armado organizativo que contenga la multitud de pequeños grupos que son fruto de la permanente división del campo popular, con parecidos enunciados, y que son la muestra más genuina de inmadurez y sobre todo de mínima llegada a los grandes sectores de nuestra sufrida población. Comencemos a plantearnos esta forma de organización. La misma debería garantizar una conducción efectiva que evite precisamente la dispersión y, sin dejar de aceptar las diferencias, pueda sintetizarlas; pero fundamentalmente empezar a crecer en todos los frentes que acordamos que deben formar parte del amplio frente que necesita nuestra patria, como instrumento de liberación. En este armado no soslayamos la importancia que tiene la herramienta electoral, ni despreciamos el papel que debería jugar en el desarrollo de la conciencia, teniendo claro el peligro siempre latente de los desvíos que propone el sistema. Las más variadas experiencias naufragaron en esos océanos, donde hay piratas muy experimentados. Nos debemos una profunda reflexión sobre todas estas cuestiones, siempre partiendo de la identidad que logramos y de la cohesión del colectivo militante que con tantos tropiezos supimos conseguir.
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 01:10:39 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015