SOBRE EL AMOR Y OTRAS ZARANDAJAS Comentaba esta tarde cierto romanticón que eso de los flechazos es verdad y que si por azar el juguetón de Cupido, ese pispájaro que a veces se representa al igual que a la alegoría de la justicia con una venda en los ojos, te ensarta de un saetazo te deja idiota y sin voluntad. Servidor no compartía ni de lejos esa tesis entre otras cosa porque sé de buena tinta que el tal cupido hace tantas trampas como la propia justica y que se levanta la venda para ver y bien a quien le clava sus, como decía Carina, flechas del amor. ¿Azar? ¡Tururú! De mí sé decir que me han clavado toditas las flechas allí donde la espalda pierde su casto nombre y que tengo el traspontín tan curtido que mal que ese diosecillo caprichoso me enturbie nunca más el entendimiento ni se me caiga la baba por una fémina más allá de lo puramente retórico y literario. Échame una mirada incendiaria el enamoradizo contertulio al oír tales anatemas y me acusa de farsante y prosélito de Jose el casquivano amen de cínico, sátrapa y putero. Y no le falta razón, a mí los flechazos (por no llamarles calentura) me duran diez minutos (1), hasta que ese súbito y encendido amor se me evapora por la entrepierna (perdón por lo crudo del leguaje). Ni creo en los flechazos ni creo en la amistad entre el hombre y la mujer ni creo que a nadie a partir de cierta edad le interese el amor si éste no viene acompañado de alguna crematística prebenda u otra dádiva fungible que llevarse al bolsillo. En este miserable materialista, señoras y señores, se ha convertido quien les habla por mor del desamor de esas crueles mujeres a las que un día ensalzo y endoso blancas alas y otros pongo a bajar de un burro. ¿El amor?, el amor déjalo para los poetas, amigo, para los adolescentes y para Hollywood, y aquí lo dejo que he quedado con Jose a las doce para ir a enamorarnos de alguna bella a 50 euros la media hora; en ese maestro sí que confío y no en esos románticos decadentes y sentimentaloides que cantan al amor igual que la cigarra le canta a la luna, tiempo perdido. Buenas noches. (1) A veces hasta quince.
Posted on: Fri, 15 Nov 2013 22:22:06 +0000
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