SUEÑO Me acabo de despertar. Soñé un paisaje rural, medio agreste, de alguna zona del sur de Italia. Uno de esos paisajes como los de Kaos, de los Taviani. Pero, a poco de andar por esas rutas de tierra, se arribaba a una zona semiurbana, en la que enormes zanjas abrían la tierra, supongo que para poner caños maestros de agua. Yo era un héroe, que esperaba mi misión. Mi destinador era Luigi, el padre de Diego Bentivenga. Me decía que el lugar al que debía ir quedaba lejos. "Hay que caminar unos cuantos kilómetros, no muchos, pero hay que caminar. No te vayas a perder". Entonces yo pensaba: Como el largo camino que hice para llegar a la Acrópolis de Micenas. Yo lo miraba extrañado, pues no entendía muy bien para qué debía cumplir con este ponerme en marcha. Creo que para encontrar sobrevivientes familiares, o simplemente, por el imperativo de reencontrarmecon parientes que nunca emigraron. A poco de andar, junto a un montìculo de tierra, un perro, en apariencia normal, escondía lo que era en verdad: un Can Cerbero. Giraba su cabeza en formal total, de izquierda a derecha, y en su parte posterior era, en realidad, un dragón, que abría la boca dibujando una sonrisa amigona, y cuyos dientes conformaban dos largas filas chatas. A poco de mirarlo (pensaba yo), tenía que matarlo (era la primera prueba, al estilo de los trabajos de Heracles) pero el animal levantó su pata como la levantan todos los perros: para mear. Una mujer (¿una ayudante? ¿una hechicera?) se acercó para hacerme este comentario: Ojo porque si te mea, te deja ciego. Pero si podés, matalo. Con esa cabeza, comen 50.
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 10:38:33 +0000
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