Sabiduría de lo alto Les comparto un poco del mensaje de Dios que hoy escuché por la mañana, cuyo tema central fue lo que podemos hacer para evitar tener malas relaciones personales, con nuestras familias, parejas, amigos, compañeros. El primer gran consejo fue ‟saber escuchar”, lo cual es una gran puerta de ayuda para quienes lo solicitan. La gente necesita ser escuchada, a veces hablamos mucho y escuchamos poco, y de esta forma no dejamos que las personas cerca de nosotros expresen sus sentimientos. Esto los va alejando, molestando o frustrando. Seamos prontos para oír, tardos para hablar y tardos para airarnos. En ocasiones alguna persona empieza a describirnos su sentir y no le dejamos hablar, nos airamos, y esto no es sabiduría que viene de lo alto, así nada se resuelve, así ninguna relación sana. El segundo consejo se centró en ‟no invalidar lo sentimientos ajenos”. ¿Les ha pasado?, que comparten temor, dolor o angustia con alguien y les dice que no deben sentirse así… ¡¡!!!! ¡Y así nos sentimos! O así siente quien lo comparte con nosotros. A veces nos creemos psicólogos o somos legalistas, y les decimos -no debes sentirte así, así no son las cosas - , etc. Si frente a una misma temperatura en un lugar cerrado algunos sentimos frío y otros calor, ¿por qué pensamos que todos deben percibir la vida igual que nosotros? Debemos pedir sabiduría de lo alto, ser razonables, y no esperar que toda la gente coincida con nuestra forma de ver o sentir las cosas. El tercer consejo se fundamentó en buscar sabiduría ‟llena de misericordia y de buenos frutos”. Aquí la invitación es no hacer leña del árbol caído, ser prontos para auxiliar y no para juzgar. Así como Dios tiene misericordia de nosotros, hacer lo mismo con los demás. No dar a la gente lo que merece sino lo que necesita. No enfatizar los errores del otro, ser misericordiosos. El cuarto consejo fue ‟ser sinceros”, ya que la sabiduría que viene de lo alto es sin incertidumbre ni hipocresía, imparcial, sincera, auténtica. No se deben ocultar o disfrazar las intenciones, debemos ser sinceros, sin dobleces. Debemos mostrarnos tal como somos, sin máscaras. El Salmo 12:2 dice “Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón”. Aquí se observa que los necios se disfrazan, los sabios son auténticos. En síntesis, la sabiduría que viene de lo alto es pura, pacífica, amable, misericordiosa, sin incertidumbre ni hipocresía. El desarrollar esta sabiduría ayuda a mejorar las relaciones personales, y es Dios quien nos ayuda a adquirirla. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3:17 El principio de la sabiduría es el temor a Dios (entendiéndose temor como obediencia). Ser sabio no es tener retórica, conocimientos o estudios, es tener a Jesucristo como Salvador y Señor de nuestras vidas. Dios nos ayude a tener sabiduría para ser mejores personas y no lastimar a quienes nos rodean. Seamos luz. ¡Feliz domingo a todos!
Posted on: Sun, 29 Sep 2013 18:46:43 +0000
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