San Agustín dice, en su interpretación equivocada de Rom 5,12 - TopicsExpress



          

San Agustín dice, en su interpretación equivocada de Rom 5,12 “El pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, y así se transmitió a todos los hombres, pues todos pecaron”. La filosofía agustiniana se centra en dos temas esenciales: Dios y el hombre. 1. Dios: para llegar de la mente a Dios primero tenemos que preguntar al mundo, después volverse hacia uno mismo y por último trascenderse. Este Dios es el ser sumo, la primera verdad y el eterno amor. 2. El hombre: Agustín explora su misterio, su naturaleza, su espiritualidad y su libertad. A los grandes problemas del ser, conocer y amar, le da tres soluciones, que son la creación, la iluminación y la felicidad. 1. Creación. Explica el problema del origen de las cosas, diciendo que Dios creó todas las cosas de la nada. La creación ha tenido lugar en el tiempo. Dios crea de la nada y crea según razones eternas (ideas ejemplares existentes en la mente Divina). Todas las cosas son buenas porque las ha creado Dios, y las ha creado porque ha querido. Por ello el mal no puede ser una sustancia sino que es defecto, privación. Hay dos especies de mal: el mal que el hombre sufre contra su voluntad y el mal que comete voluntariamente. El primero es el mal físico y el segundo es el mal moral. Los dos provienen de la deficiencia de la criatura. Sin embargo Dios no es la causa de ningún mal, solamente lo permite, ya que Él puede sacar bien del mal. 2. Iluminación. Nuestra iluminación es una participación del Verbo, es decir, de la vida que es luz de los hombres. Dios, causa del ser, es también luz del conocer. Los hombres percibimos la verdad de nuestras afirmaciones en la verdad inmutable. El alma intelectiva es capaz de contemplar las cosas inteligibles en una luz incorpórea especial, la verdad inmutable. Así pues, la mente humana es iluminada divinamente y esto es el fundamento de la certeza de nuestros juicios. 3. La felicidad. El hombre obtiene la felicidad de Dios y esta felicidad es Dios mismo. Para él la felicidad es el gozo de la verdad y no puede ser dichoso quien no posee lo que ama, pero dichoso es sólo quien posee todo lo que quiere y no quiere nada malo, no hay felicidad verdadera si no es eterna. Por eso sólo Dios, y no los bienes temporales, puede hacernos felices. Sin embargo aquí sólo poseemos la felicidad en esperanza. El tiempo y la eternidad El tiempo es creación de Dios, antes de crear el cielo y la tierra no había tiempo. Este implica un pasado, un futuro y un presente. Pero el pasado ya no existe y el futuro aún no es. En cuanto al presente es un continuado dejar de ser, un continuo tender hacia el no ser. Agustín acabará concluyendo que el tiempo existe en el espíritu del hombre, porque es donde se mantienen presentes el pasado, el presente y el futuro. Por ello los tiempos son tres: El presente del pasado (al cual Agustín llama recuerdo), el presente del futuro (al cual él llama expectativa) y el presente del presente. No reside en el movimiento sino en el alma. Estos son los principios en que san Agustín se ha inspirado para hacer progresar la ciencia teológica: adhesión plena a la autoridad de la fe, deseo ardiente de alcanzar la inteligencia de la fe, firme persuasión de la originalidad de la doctrina cristiana, sentido profundo del misterio, subordinación constante de la teología a la caridad y atención a la precisión del lenguaje. El resultado, como lo demuestran sus escritos, fue que Agustín reinterpretó la Biblia a la luz de la filosofía. Sin embargo, Agustín no innovó el concepto del pecado original; lo nuevo fue su uso de partes específicas del Nuevo Testamento para justificar la doctrina. El concepto en sí había tomado forma a partir de finales del siglo II gracias a ciertos Padres de la Iglesia, incluyendo a Ireneo, Orígenes y Tertuliano. Debemos distinguir con claridad entre lo que es propiamente un pecado, el cual sucede cuando un ser humano consciente y libremente decide desobedecer a Dios, y lo que se describe con el pecado original, que es una situación en la que nacemos todos los hombres y las mujeres, Un niño recién nacido, al ser bautizado, no ha cometido ningún pecado. Pero sí participa solidariamente de la historia de la humanidad que lleva en sí misma el peso de la desobediencia a Dios. Esto sí afecta a todo hombre y a toda mujer. En relación al pecado original no sólo se trata de algo ambiental, sino sobre todo de algo existencial, del hecho de que la separación de Dios de los primeros hombres y mujeres acarreó consecuencias funestas no sólo para ellos, sino para toda la humanidad. Pues todos somos solidarios, hasta cierto punto, con todos, y las cosas buenas y malas que realizan los individuos no sólo tienen consecuencias personales, sino también sociales.
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 23:27:31 +0000

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