Santanerías EL PRIMER TELEVISOR QUE HUBO EN SANTA ANA Aquel aparato propiedad de la familia Salima González, era una novedad para nosotros, los niños del pueblo. De marca R.C.A. Víctor, pantalla grande, empotrado en un cajón de madera con grandes patas, cuando no estaba encendido era cubierto con una manta gruesa para que no le cayera polvo. En aquellos días en el país sólo había transmisiones de Radio Caracas Televisión, a partir de las seis de la tarde, en blanco y negro, claro está. Hablamos de 1956, de una Santa Ana netamente rural, en la que una pequeña planta dispensaba electricidad por la cantidad de dos bolívares por cada bombillo. Encendida la planta, nos disparábamos hacia la casa de los Salima donde alguna de mis madrinas Josefa, María o Carmucha quitaba la manta al televisor y lo encendía. De inmediato se hacía presente una programación muy popular: Bartolo y sus bartoladas, La Bodega de la Esquina, Frijolito y Robustiana, luego una comedia presentada por Ace y a las ocho de la noche El Observador Creole, narrado por Francisco Amado Pernía. Como nosotros reíamos a carcajadas viendo los programas cómicos, la madrina de guardia pedía silencio, amenazándonos con apagarlo. Pero que va, las risas eran incontenibles por lo que entonces aparecían las otras dos madrinas y nos decían que hiciéramos silencio para que dejásemos descansar a sus padres y hermanos, hasta que por fin llegaba el para nosotros fastidioso noticiero y salíamos en estampida hacia nuestros hogares a contar las ocurrencias de los personajes de la tele. Nuestro mayor divertimento era los domingos para ver Patrulla de Caminos presentado por la Tabacalera Nacional a nombre de Salem, Camel o Winston. Éramos tan felices que jugábamos a adivinar cual cigarrillo presentaría el programa cada domingo y hasta llevábamos la estadística de estas presentaciones. Ya para esta fecha la familia Valles García había adquirido el segundo aparato que había en el pueblo, por lo que nos repartíamos entre las dos casas de familia para ver los programas. Resultó que un día RCTV anunció el final de Patrulla de Caminos y nuestras estadísticas en cuanto a marcas de cigarrillos estaban cabeza a cabeza. Por la muerte del papá de mis madrinas y el correspondiente duelo, el televisor no fue encendido durante cierto tiempo . Por ello aquel domingo, final de la serie, todos acudimos a casa de los Valles García, pero en el momento de anunciar el nombre del cigarrillo comenzamos a corear a gritos las marcas de los respectivos cigarrillos…a Salem voy….voy a Winston…voy a Camel…por lo que un disgustado señor Adán Valles se levantó y nos dijo…Voy a que les apago el televisor para que dejen de gritar….Lo apagó y nunca supimos quien ganó la estadística de aquel año.
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 11:06:25 +0000
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