Saqué el paraguas... en estas fechas siempre es bueno cargar uno, la lluvia poco avisa y las gotas mucho que mojan. Entonces, mientras andaba caminando rumbo a esa esquínita de siempre, decidí sacar mi paraguas. El cielo comenzaba ya a cubrirse de esas nubes oscuras que solo hacen que uno quiera apresurar el paso, para llegar a donde sea que tenga que llegar, pero seco. Yo, por mi parte, calme el paso. Abrí mi paraguas y metí la mano a la bolsa izquierda del pantalón para sacar un cigarrillo. El aire ya soplaba un poco más fuerte y un poco más frío, saqué el encendedor de la otra bolsa. El semáforo del crucero estaba aún en rojo; encendí el cigarro y crucé. Cambie de mano para sostener el paraguas, porque esas gotas que caían del cielo, venían ladeando como cuando alguien se desliza de un tobogán. De todos modos, caminando tan calmo y disfrutando de ese aire frío y de un poco de mi cigarro llegué a la esquínita. Llegué seco, los zapatos un poco mojados, pero básicamente bien seco; cerré el paraguas y si, estaba aún presentable. Nada de pelos mojados, camisas escurridas o de pantalones colgados en agua. Nada de eso. Y ella sentada, presentable también, me robó el paraguas para decirme adiós. Solo me dejo un puñado de malos recuerdos y la lluvia.
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 14:51:51 +0000
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