Sentada en el borde de mi cama, recorría con mis ojos mi nueva - TopicsExpress



          

Sentada en el borde de mi cama, recorría con mis ojos mi nueva habitación. Me sentía rara en ese departamento que alquile, decidida a habitarlo de forma definitiva. hacía solo una semana atrás. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que decidí instalarme más de una noche en cualquier lugar. Acostumbraba a llevar poco equipaje, siendo lo más importante mi fiel Glock oculta en el cinturón de mis jeans, bajo mi chaqueta de cuero, siempre en el mismo lugar, siempre haciéndome sentir segura con su sutil peso. Sonreí ante la idea de sentirme segura con un arma de fuego, pero era lo que me tocaba por llevar una vida llena de peligros desde hacía más de 10 años. Me deje caer en la cama y, mirando al techo, me permití un breve resumen de mi vida, pasando por mis ojos como una película muda. Tantas balas disparadas, tantas balas recibidas. Tantos huesos rotos, tantas pérdidas de conocimiento, secuestros, amenazas. Cerré mis ojos, repentinamente frustrada por mi estilo de vida. Ya estaba cansada, era una pobre diabla en busca de venganza. Pero eso solo duro algunos años. Luego me dí cuenta de que lo que hacía, cazar criaturas que el mundo cree que solo existen en los cuentos y en sus pesadillas más oscuras, realmente me llenaba de gratificación. Mi único sustento, del que no estaba del todo orgullosa, era lo que ganaba con el contrabando de armas. Un negocio que me llego de golpe, de la mano de un viejo amigo, Charlie, quien me ayudó en mis primeros años de Bounty Hunter/Cazadora. Otra sonrisa se formo en mis labios al recordarlo, siempre sonriente, fiel, autoritario pero como pura picardia y respeto en sus ojos, siempre curioso con respecto a mi historia, quizás -demasiado- curioso, razón por la que tuve que desaparecerme de su vida por un tiempo. Me gustaba, pero no podía darme el lujo de atarme a alguien sabiendo las consecuencias. Pensar en el me recordó que tendría que llamarle pronto, ya que se acercaba su cumpleaños y era la única excusa que teníamos para hablar, aunque sea por teléfono. Y al pensar en Charlie, también pensé en otra persona. Un chico que tenia más agallas de las que jamás vi en una persona, al menos tan joven. Mi sonrisa se acrecentó, pero ya con un matiz triste. Hacía mucho que no cruzábamos caminos, menos un llamado telefónico porque yo cambio constantemente de número, más por costumbre que otra cosa. Extrañaba a mi partner, extrañaba a Davis... Damn, como me hacía reír ese kiddo... Gruñí y me levante de golpe de mi cama, ganándome un pequeño mareo y me dirigí al baño. Ya en él, abrí el agua de la ducha, esperando a que se calentara y me acerqué al espejo. Las líneas de mi rostro eran la evidencia clara de mi cansancio. Hacía más de un mes que no conseguía un trato. Al parecer, la boca del infierno se había tomado vacaciones, ya que no había escuchado de ataques demoníacos, ni licántropos, ni neófitos. Ni siquiera de espíritus. El negocio estaba decayendo para esta veterana... -Jodidos Winchester, siempre acaparándose toda la aventura para ellos... Susurré con mi marcado acento inglés en broma, sonriendo con picardía a mi reflejo mientras recorría con mis yemas el contorno de mi rostro. Pronto se llenó de un fino vapor todo el baño y supe que era hora de sumergirme en las aguas calientes de la ducha. Al sentir el agua mojando mi espalda, se escapo un pequeño suspiro de placer, uno de los pocos placeres de la vida, al menos para mi, era una buena ducha con agua caliente para descontracturar mis músculos, mi cuerpo cansado. Welcome to California City, Alice...
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 01:38:02 +0000

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