Sigo con mi obsesión sobre la gente que solo es feliz, que siente que está armonizada porque vive únicamente lo maravilloso de la existencia, que ha pasado por Sai Baba, por Krishnamurti, por Chopra, por el culo fruncido de Coelho, por la tarúpida de la Sordo, por Hoponopopo y una larga lista. En realidad, les respeto su derecho a volverse idiotas voluntariamente. Pero hay algo que me llama la atención en el cien por ciento de los que conozco: a la hora que les tocas temas políticos, o de derechos humanos, primero se hacen los mensos, "ay es lo que toca", o "hay un momento para todo". Pero si eres un poco ladilla -y a veces puedo serlo- descubrirás que terminan defendiendo las posiciones más autoritarias, precisamente porque no les estorban en su manera de ser solamente felices. Lo comprobé con mayor incidencia durante el fujimorato: al final no había uno que pudiera esconder el calzón o el calzoncillo con frenada, se debían sumisamente al Chino.
Posted on: Sun, 01 Sep 2013 18:19:53 +0000
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