Siria y la obscenidad moral No es algo nuevo. En los años - TopicsExpress



          

Siria y la obscenidad moral No es algo nuevo. En los años ochenta, cuando estalló la guerra entre Irán e Irak, Washington proporcionó apoyo, armas e información militar a Bagdad, y de hecho Sadam Hussein empleó gas sarín estadounidense contra población iraní y kurda. Pero en una estrategia de doble juego EEUU también facilitó secretamente armamento a Irán entre 1985 y 1987 a través de una red de tráfico de armas estadounideses e israelíes organizada por la CIA. Con los beneficios de ese negocio, Washington apoyó a la Contra nicaragüense y a la guerrilla afgana que luchaba contra las tropas soviéticas en Afganistán. La operación fue conocida con el nombre de “Irangate”. De este modo Estados Unidos contribuyó a la prolongación de la guerra entre Bagdad y Teherán, con el propósito de desgastar a dos países estratégicos y con petróleo y de dejarlos fuera de juego. Si ambos perdían, Washington ganaba. En el caso sirio se considera que si algún bando gana, Estados Unidos pierde (y con él, Israel). Es la premisa aceptada en ciertos círculos políticos y diplomáticos occidentales. Por eso se ha apostado por la guerra del desgaste, por el punto muerto, por una situación indefinida. Ahora que Assad había tomado ventaja con respecto a sus enemigos, la comunidad occidental anuncia un nuevo nivel de intervención en Siria. Un resultado decisivo para cualquier bando sería inaceptable para Estados Unidos. Una restauración del régimen de Assad respaldado por Irán aumentaría el poder y el estatus de Irán en todo Oriente Medio, mientras que una victoria de los rebeldes, dominados por las facciones extremistas, inaguraría otra oleada de terrorismo de Al Qaeda. Solo hay un resultado que puede favorecer posiblemente a Estados Unidos: el escenario indefinido. Manteniendo al Ejército de Assad y a sus aliados, Irán y Hezbolá, en una guerra contra luchadores extremistas alineados a Al Qaeda, cuatro enemigos de Washington estarán envueltos en una guerra entre sí mismos...” En medio del laberinto de intereses internos, regionales e internacionales se encuentra la población civil siria, castigada por la violencia, dentro de un conflicto del que también son responsables los actores regionales e internacionales implicados desde el inicio. En estos dos últimos años, la guerra en Siria ha provocado 100.000 muertos y dos millones de refugiados, de los que más de un millón son niños. Pero parece que estas muertes y estos desplazados no eran hasta ahora una obscenidad moral. Hay muchas preguntas que no se están respondiendo: ¿De qué forma ayudarán las bombas occidentales a la población siria? ¿Cómo van a evitar víctimas civiles (teniendo en cuenta además los trágicos precedentes)? ¿Se ha valorado que una participación abierta de varios países en el conflicto podría elevar el nivel de confrontación en la región? ¿Cómo evitarán el empleo de más armas químicas en en el futuro? Y después de esos dos días de ataques, ¿qué? ¿De nuevo la guerra de desgaste, el escenario indefinido, la intervención subterránea? O por el contrario, ¿más bombardeos, más ataques, más guerra presentada, en pleno siglo XXI, como vía para la paz, mientras se da la espalda a otros caminos, a otras políticas? eldiario.es/zonacritica/Siria-intervencion-ONU-rebeldes-EstadosUnidos_6_169443068.html
Posted on: Thu, 29 Aug 2013 23:37:10 +0000

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