Sobre el arte culinario privado cubano. Cuando se trata de - TopicsExpress



          

Sobre el arte culinario privado cubano. Cuando se trata de hablar casi siempre para criticar o elogiar, el arte de cocinar y preparar una buena serie de platos para ingerir en restaurantes, cafeterías o simples fondas, alguna de ellas conocidas por “Paladares”, o en los hogares, en la Cuba de hoy, habría que remontarse a siglos atrás e ir narrando las peripecias alimentarias por donde atraviesa la historia culinaria de la isla. Esto se convertiría pues en una larga filípica, que aunque podría resultar entretenida para algunos, se deja a que otros especialistas en estas materias para que algún día toquen el tema, Ciro Bianchi o Nicolás Pérez Delgado, de nuestra radio Miami, podrían aceptar el reto, digo si así lo entienden. Durante la seudo República cubana y antes durante el coloniaje español, la cocina cubana, netamente criolla, con pocas influencias foráneas, siempre se ha destacado por su excelente gusto de cualquier paladar. Pero lleguemos a los años que siguieron a la dirección y administración del Estado, de todas las ramas de la economía, sobre todo las fundamentales como medios de producción en función de beneficios para toda la sociedad, bajo una estricta planificación nacional hasta los más elementales centros de ventas de comidas, como es el caso que nos mueve hoy comentar. La economía centralizada siempre se alejó del sistema de auto gestión financiara, por razones de todos conocidas. Pero como dijimos antes, vamos a limitarnos a rebuscar entre los días de ahora, con las nuevas aperturas que permiten muchas, quizás un par de cientos, de nuevas alternativas para ese sector privado, que estuvo impedido por décadas de continuar su desarrollo. Tenemos un comentario de una cubana de esas que gustan de pelear en su blog, Yusnabi Pérez, a favor de los logros de la Revolución, en este caso siendo uno de ellos el incremento de “cuentapropistas”, que han beneficiado la sociedad y lo siguen haciendo en aumento, contra viento y marea, que por su legítimo derecho a expresar sus opiniones, vale la pena que se reproduzca en nuestro segmento de hoy. “La cocina cubana, leyenda de los abuelos de mis abuelos, hoy ha renacido. ¿Quién no disfruta un sabroso plato de congrí, bistec de cerdo y tostones? Yo le pondría también una cuñita de los aguacates que vende mi vecina Julia. Algo tan simple nos caracteriza; ¡La sencillez no es antónimo del arte del buen comer! Durante la década de los 90, y hasta principios de los 2000, la buena cocina cubana estuvo poco representada en nuestro sector turístico y de restauración, de hecho, estuvo ausente la buena comida en general. Era común escuchar de los viajeros que visitaban Cuba en esa época la insatisfacción de no poder encontrar un lugar donde “comer bien”. Hoy, La Habana conquista, enamora y seduce perdidamente a todos los que vienen y prueban su cocina; incluso a los cubanos de corta edad como yo que no conocimos absolutamente nada acerca del buen servicio, ni los detalles culinarios, ni ese libro secreto de cocina criolla que pasó de boca en boca durante muchas generaciones. El sector privado (conocido como cuentapropista) y sus paladares (restaurantes privados) están en plena efervescencia. Una amistosa competencia ha logrado desarrollar vacíos oscuros ausentes por décadas en nuestro país. Ya no hay un restaurante italiano, ahora hay 30; ya no te dicen “compañero”, ahora te hablan de usted y te tratan como un señor; ya no te sirven la comida como si fuese una obligación, ahora te sonríen y hasta se nota que es una alegría sincera. Los paladares en Cuba, sin temor del término, están revolucionando la cocina cubana, la calidad del servicio y están rompiendo esquemas obsoletos en nuestra sociedad. A pesar de las dificultades económicas, de las restricciones de importación para particulares y de la imposibilidad de acceder a tiendas mayoristas, los negocios privados de comida se encuentran en la cabecera del ranking de Tripadvisor, la mayor web de viajes del mundo. Puras paladares se apoderan del TOP 20, desplazando hacia el fondo a los negocios estatales llenos de facilidades pero nada productivos y dejando en manos de todos la responsabilidad del prestigio de nuestra cocina cubana. Después expresa su criterio sobre un listado de los mejores lugares que sirven las mejores comidas y se brindan los mejores servicios, para cualquier exigencia culinaria, nota que no vamos reproducir para evitar hacer propaganda individualizada, y así evitar problemas. Se pudiera agregar que el concepto económico “cooperativa”, pudiera ser una nueva forma de hacer que muchas cosas funcionaran mejor en nuestra amada patria, comenzado por estos componentes de servicios a la población y otros similares, donde ya se están ensayando algunos de estos experimentos con muy buenos resultados. Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 15:25:18 +0000

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