Subject: Como un Homenaje a los Periodistas en su semana. - TopicsExpress



          

Subject: Como un Homenaje a los Periodistas en su semana. "Fetiches." Capítulo del Video/Libro a publicarse:"REPORTAJE CINEMATOGRÁFICO TELEVISIVO." FETICHES. “Vencer al capitalismo con sus propios fetiches”. Che. Cuando nos planteamos la necesidad de utilizar códigos del lenguaje cinematográfico en el reportaje a manera de instantánea, se selecciona y recoge lo que ocurre, posicionando el motivo central y focalizando de ese motivo lo que se quiere transmitir a la opinión pública, en códigos tranversalizados a su vez por los del lenguaje de la televisión y su modernidad; en tanto que nueva codificación en el espacio de la puesta en set que se concibe como un reality show, o show de la Realidad- formas del “show” televisivo-, discurso de alto poder en el impacto de los massmedia. Estamos sencillamente cambiando la estructura formal del “Reportaje”, valorizando todos los elementos que lo hacen tal de significación fragmentaria con igual peso, lo que se ha denominado “banalizar la información”, entregada para ser digerida rápidamente a la manera del “fast food”, y donde ya no tiene un peso específico per se como ocurre cuando trasvasamos de la realidad real a la virtual un acontecimiento en la massmediática, porque entonces sus componentes eran sólo Reportaje Periodístico, de la prensa escrita, o en el cine reportaje, o noticiero de televisión así estipulado decenios atrás. Es ahora, banalizar la información reporteril, vaciado en el amplio espectro del cuarto espacio de la lógica del hegemón capitalista, el entretenimiento, o el espectáculo fuertemente comercializado del Marketing and Advertising, logrado del espacio privado al público, para conducir con una fidelidad pasmosa el recurso audiovisual, haciéndolo desde lo que representa el axioma chino del Conoscere: “lo oigo y lo olvido, lo veo y lo recuerdo, lo hago y lo sé.” Entonces.., estamos sencillamente torciendo a la manera de la cinta de Moebius, toda la esencia del discurso audiovisual hegemónico de la lógica capitalista, en un nuevo reverso y anverso, e innumerables veces , convertido a lenguaje contracultural y abrebrecha, impactante al fin, porque le “revuelve las tripas” al espectador/consumidor, contraviniendo ese lenguaje ”banalizado y a tabla rasa,” considerado igual en sus valoraciones; transformándolo en un lenguaje audiovisual desalienante y liberador, contrahegemónico al torcerlo, construyendo fetiches ya no para reforzar el sistema capitalista sino para crearle su antípoda desde aquel axioma que permanentemente ideologizó a la Opinión Pública en su carga individualista y competitiva, meta de alcance del último peldaño de la jerarquía capitalista, -ser uno y único-, en cuanto que más poderoso porque más concentrado es el capital que es el fetiche que domina al mundo, y su seguridad convertido en ese poderoso fetiche: el dinero. -Poder significa acumulación capitalista, y acumulación capitalista significa poder y dominio-. Se trata de crear antípodas, anticapitalistas, fetiches cargados de la inmanencia contracultural y liberadora donde el ser colectivo en su imaginario crea las fuerzas que lo dilucidarán. Aun cuando la realidad del mundo, haya cambiado bastante en la lógica capitalista monopólica de las corporaciones transnacionales, desde que en los años 70, a raíz de la pérdida de sustentación del dólar en el oro, la desindustrialización en las subsidiarias y la maquila; el invento financiero de los bonos y papeles bancarios, el crédito hipotecario, y la emisión de dinero inorgánico en el ajuste de la deuda pública, que establecía desde entonces la imposibilidad de la movilidad social habida en el norte desde el Crack del 28, en la II da Guerra Mundial y la Post guerra, -todavía entonces se permitía el surgimiento de los capitalistas emergentes en el ascenso social-, y aun era posible la figura del magnate-. Desaparecidos esos términos, por la acción corporativa transnacional, se establece de moda en el pensamiento colectivo mundial el siguiente mandato: “Los ricos están completos”, en realidad a nivel del imaginario popular daba cuenta de algo inexorable. Sin embargo, en el imaginario colectivo, estaba sellado con indiscutible fuerza y vigor, la idea, o la presunción de que todavía en la escala del ascenso social del stablishment, era posible que de cualquier manera, y por diferentes vías aleatorias, pudiésemos convertirnos en dominio y en poderosos del mundo. La idea del más fuerte, del mejor, del más valorado por su poder económico en el dominio del mundo, era un fetiche construido de tal manera, que se constituyó en imagen del poderoso, hasta en la moda, en la forma de vestir, y en otros fetiche/ mercancía presente en el imaginario colectivo universal. Alienado por el bombardeo mediático permanente de los” massmedia”, para decirlo en el lenguaje de Marshall Mac Luhan , de la “Escuela de frankfurt”, de Noam Chomski, y de otros. La más importante palanca del capitalismo hegemónico mundial postmoderno, en su IV etapa de revolución tecnológica y científica, establece cuatro grandes espacios de su lógica de acumulación: El Complejo militar industrial, El Petróleo, La Industria farmacéutica y química, y del Espectáculo y el entretenimiento. Habiendo entrado en crisis, después del fracaso total de su estrategia política financiera como sustituto de la desindustrialización, desde el año 71, repetimos lo dicho en el párrafo anterior, como una forma de valoración ultima que establece desde la base económica y social, los parámetros de validación y refuerzo de los fetiches que componen, toda la agresiva pulsión para crear en el orden del imaginario colectivo esas imágenes que caracterizan al status quo, y que de alguna manera se asientan desde la nueva religión, en la publicidad como ocurre con las imágenes religiosas en su sentido iconológico inevitable en cuanto que creencia y Fe, -Norteamérica establecida desde su conjunción oligopólica mundial dejó de respaldarse en el patrón oro y produjo ilimitadamente dinero inorgánico, y además, políticas crediticias de intereses variables contra consumo, papeles como bonos de la deuda pública y privada, “cuotas balón”, que se inflan a precio cartelizado, - burbujas financieras hipotecarias en el tema de la globalización-, simultáneamente produciendo o generando los grandes “fetiches”, del capitalismo postmoderno-, ilusiones ópticas, “fata morgana”, reforzado por la droga alucinógena y la ciencia ficción de un mundo del bienestar consumista a lo “sweet dream”, a lo “Fashion” y al confort de las máquinas voladoras aéreas, terrestres, náuticas y hasta espaciales en boga, que crearon desde las construcciones elípticas del eterno retorno, los momentos de alineación universal de sus “constructos” como en la “secuencia Fibonacci”, composición áurea del equilibrio y la armonía en los espacios de la tridimensionalidad, en la construcción de la imagen, y en el nuevo enunciado tetradimensional del sistema ciberespacial, un axioma de la conjunción massmediática actual, que establecía como cierto el síndrome Superman, y a Metrópolis, como ciudad/estado así como a Planeta el ente massmediático como cosa inapelable. Desde entonces, un fetiche no resulta más que la construcción de un “falso positivo”. Hoy no tiene como función la imagen lo que representa en su sentido real, reflejo o expresión de un sustituto de una “cosa”, en el sentido Heideggeriano de lo que nombra en la realidad. Ese sustituto que al percibir y posesionarse del individuo colectivamente, deriva un placer a la vez insustituible, aunque en su sentido de máscara, o de cosa transferible simulada a otra, en apariencia se transforme, no será esa una respuesta real es sólo la ficción de ese fetiche ya entronizado en la mente del espectador. En la teoría de la alienación de Marx, la mercancía como producto/resultado del trabajo es inapropiada, porque no le pertenece al que lo produce su sentido de creación al satisfacer una necesidad viviente, -tiene a su vez un valor de cambio y de uso como mercancía alienada por el capital-, como figura de la máxima representación hoy en la globalización, de las sectas de la dominación mundial, la imagen perpetua de su éxito, de sus eternas rivalidades y del imaginario colectivo del empresario/ poderoso, blindado por inmanente, individuo en su sentido último, del escaño más alto de la escala humana universal concebido así en el capitalismo consumista. Esto refleja la mercancía en su doble condición de uso y de cambio, en esa relación dual que provoca la plusvalía, y no es más que el valor agregado, en sentido ilimitado, de esa “cosa cosificada”, como dirían Benjamín y Adorno, y que Ludovico Silva resemantizó en el hecho mismo de la plusvalía ideológica, que considera en si a la ideología como un “constructio” racionalista, en el sentido último de una relación cognitiva primaria, lo que la ciencia positivista ha llamado un objeto, y que así define en su campo de investigación, separado en si como “ objeto de estudio”, derivado así en “objetivo”, y luego en la forma pensante: “El ser objetivo”. En realidad no es necesario seguir repitiéndonos el “slogan”, una mentira repetida mil veces se convierte en una gran verdad. Axioma Goebbeliano, predecesor del marketing publicitario, y que refuerza la producción en serie del excedente de producción capitalista, “ergo sum”, basado en el consumismo como doctrina. Siempre será necesario, repetir en distintos compartimientos, lo que la ciencia positivista ha ido especializando como campos de su competencia en la medida en que desarrolla sus proposiciones, desde su referente fundamental causa/ efectista de la relación lógica. En la psicología y después del enorme servicio que le hizo Pavlov a esa ciencia, refirió este principio a sistemas de señales en su Teoría Reflexológica, -reflejo condicionado-, propuesta de la multicausalidad como un sistema relativo de la causalidad, de múltiples señales, código lingüístico primario, para significar el sentido polisémico de la relación causa/efecto; espacio para que los pragmáticos y empiristas de la ciencia positiva, construyeran las premisas de su psicología experimental en el estímulo/respuesta del conductismo. El registro de imágenes en el subconsciente se constituyó en una verdad necesaria del capitalismo para verificar el axioma orwelliano del “automatismo”, o de la creación robótica. Pero ya no eran, Hearst y Pulitzer , inventando las causas de la guerra, aunque esos módulos fuesen recientemente usados por los norteamericanos y sus aliados de la OTAN, en Iraq y Libia. En Libia, hasta usaron el modelo Pulitzer de una “puesta en set”, de la supuesta Plaza Verde en el centro de Trípoli, donde en medio de un combate encarnizado triunfaban los mercenarios contrarrevolucionarios apoyados por la OTAN. Y en este momento, lo utilizan para crear las condiciones de una agresión y un genocidio “justificado” en Siria con el nuevo “constructio” del “Estado forajido.” Esta vez como un módulo para la construcción de un “Reality Show” televisivo, o un Show de la realidad como es menester concebirlo y nombrarlo como cosa, o mercancía que sublima la inevitabilidad del triunfo y del éxito, del bien, o del héroe del sistema capitalista en contra del mal comportamiento de los descontentos con el sistema, o de los cultores de la resistencia cultural, o los que quisiesen cambiar este modelo de opresión capitalista de los poderosos del dominio capitalista, por otro poder, hegemónico también, pero de las grandes mayorías explotadas en el sentido liberador de los pueblos del mundo y su diversidad cultural como fase de la liberación y emancipación total de los seres vivientes en la acepción del humanismo universal. El Reality Show, o Show de la Realidad es la manera de verificar, que todos los elementos modulares de la realidad están alineados en un mismo sistema de equivalencias al valorarlos en su veracidad, en tanto que cumplen con el axioma de “La información oportuna y veraz”, tremenda falacia, que lo que finalmente es la creación de nuevas divisiones del trabajo en los massmedia, cuando el periodista, en vez de la información, es transferido a otros modos de su significación como artífice de la noticia de su medio tradicional impreso, a otros espacios, sobre todo de la puesta en set, televisiva, como conductor, narrador de noticias, reportero de televisión, animador, en última instancia, ancla de un programa de corte comunicacional múltiple, donde noticia, sucesos, testigos, protagonistas de los sucesos, estudio de televisión, “opinadores de oficio”, invitados, y el actor o actriz de los sucesos o acontecimientos en pleno desarrollo (¿periodista o comunicador?) construyen una verdad virtual. Entonces, todos estos elementos modulares del Reality show, o del Show de la Realidad, adquieren una valoración equivalente, unos a otros, de la misma manera que ocurre en el cine. Ellos se convierten en fragmentos, en sintagmas, en planos, que componen una pieza dramatúrgica de singular valor cinematográfico, en tanto que, sistema narrativo, o que se cuenta como una historia, sostenida en el principio de certidumbre o verosimilitud, del más alto rango cinematográfico, desarrollada la misma, en la presentación de la historia, sus nudos tensionales, su desenlace (conclusiones) y su final. Es decir, se ha producido un “intercambio de recursos tecnológicos”, del lenguaje de la televisión y el cine, en la puesta en set y la puesta en cuadro, de ambas puestas en escena. La televisión como invento, no ha sido más que la ampliación de las sucesivas divisiones del trabajo, -en los nuevos escenarios de la inversión capitalista para signar grandemente el mercado. Tan es así, que la televisión con la publicidad, la presencia de los anunciantes- los mercaderes del templo- se ha convertido en esta nueva religión que lo es el “marketing and advertising”: LA PUBLICIDAD es la panacea para cumplir con dos funciones principalísimas de la lógica capitalista, -hoy en una crisis estructural profunda- 1.- La acumulación capitalista redimensionada en el bombardeo incesante de imágenes de cualquier calibre y formato. 2.- El excedente de producción en la presencia de un voraz y arrasador síndrome de adquisiciones de todo tipo e innecesarias, sembradas en el inconsciente, o subyacentes en el cerebro límbico, que neurotiza “el hambre y la sed de posesión por la posesión misma” y cuya vertiente última es la basura, ambos coadyuvantes del consumismo, meta última de su crecimiento exponencial de riqueza monopólica, en la imagen que lo representa, corporativa y transnacional mercantilizada de la globalización, hegemónica y unidireccionada. Es paradigmático, que lo propio no ocurra con las mismas características ahora en el cine como antes en el cine, puesto que se ha replicado el modelo de espacio de exhibición, léase -consumo del cine-, haciéndolo similar al de la televisión. “La sala de la casa.” En este caso del cine, ahora transcurre en el Mall, además caracterizado por lo que ya Mc Luhan, en los años 70, previó como la “Aldea Global”. La sala de cine, ya no es a obscuras, un medio caliente, en tanto que lo albergaba a Ud., en su butaca solitario y conectado emocionalmente con lo que en la pantalla ocurría a través del arco lumínico de la lámpara de proyección como el cordón umbilical en el vientre materno. No había escapatoria posible. Ahora la película es un porcentaje proporcional del multipack, que no es más que la mercancía de valor de cambio y múltiples usos, y el valor agregado es la plusvalía que ahora se reproduce en el consumismo. La televisión dinamizó cambios estructurales en los formatos y acabados de las películas, y en esa interrelación, creó la más extrema de las posibilidades del entretenimiento como forma de su mercadeo masivo los show televisivos que devienen en segmentados de acuerdo al target, lo que llaman “contenidos”, o programas temáticos, pero entre ellos concibió los Top show, aquellos que podían ser vistos masivamente y que vienen de los “espectáculos de variación”, de los misceláneos, o de la “revista.” Ellos tenían la misión de comprometer una forma de mercadeo abarcante, para todo público, pero seguía entre lo temático y lo segmentado, de tal manera, que era necesario otro sistema de narración “iluminista”, que tomara todos los espacios sin segmentarlo en su variación temática. La televisión siguió el esquema narrativo del cine, pasó de la puesta en cuadro a la puesta en set, que le era más cercana, por la posibilidad de las tres visiones simultáneas y una cuarta de los inserts, desde la visión macluhaniana del medio frío, aquel que no tenía la necesidad en la aldea global, ahora reproducida en el multicinema del Mall, como un fractal del espectador conectado como en la anterior sala obscura con las imágenes. Ahora el Mall reproducía la sala de la casa por donde se podía ir libremente, hasta la cocina, oír, sin ver y continuar la acción, a través de cualquiera del clan, o de la secta, que en la aldea global, en el cine/templo del consumismo asistían agrupados entre bandejas de cotufas, gaseosas, chucherías y uno que otro producto del “fast food”, espectadores que eran además participantes y protagonistas de la otra historia que se narra, en ese nuevo conjunto de relaciones secuenciales que se convierte en decidir, desde con quien(es) voy al Mall, que contiene, al multicinema, y esta a su vez , la sala del templo/cinema, donde una de las mercancías es la película, y otros de los protagonistas nosotros. La aldea global macluhaniana. Ambos, la puesta en set y la puesta en cuadro, se han tranversalizado de tal manera, que ya no existen por separado, en el impacto de sus lenguajes, es lo que se ha llamado discurso audiovisual y que hoy también ocurre en el espacio cibernético de INTERNET como esquema tetradimensional. Aquí recurrimos, y por ello, a ese sistema de valores equivalentes en sus iguales, como segmentos, fragmentos, o sintagmas, que se ha convertido en el Reality Show, o show de la Realidad, formato de la televisión y del cine, para presentarnos desde el impacto del Reportaje al ancla, o presentador del programa, o personaje, que conduce la historia, o personajes que construyen su línea general, como en el entramado de una escaleta documental, el insert, noticia o acontecimiento de la realidad registrada, o realidad publicada, los protagonistas de la misma, en su efecto “los testigos de cargo”, “los opinadores de oficio”, los simulantes, o actores y actrices de la simulación sobre el hecho real, el panel, o en su efecto, algunos entrevistados, que crean la trama de la narración que lo es todo, en el Reality show, o show de la realidad. En nuestro caso, -Reportajes de Ludovico-, torcimos en una yuxtaposición más lejana, la realidad real en la realidad virtual, asumiendo otro espacio, que es de la post modernidad. Los comics, vistos desde ese capítulo fantasmagórico del libro Teoría y Práctica de la ideología, de Ludovico Silva, que refiere al prefacio de Antonio Machado que lo dice todo: “Me gustaría que mi libro fuese entendido según el sibilino espíritu de estas palabras de Antonio Machado: “La chocolatera está formada de átomos; pero no precisamente de átomos de chocolatera. Esta observación parece demasiado ingenua. Tiene, sin embargo, su malicia. Meditad sobre ella hasta que se os caiga el pelo.” En este capítulo, Ludovico nos devela a un Superman, que de lo atómico que es, sobre su atuendo o braga se coloca el calzoncillo como un blindaje masculino de cinturón de castidad y así no permitirse ninguna relación pecaminosa con Luisa Lane ni siquiera en su carácter de Superman. Y además escribe: “Las historietas en general -tanto las "serias" como las cómicas- pueden dividirse en dos grandes categorías (que admiten numerosas subdivisiones que no interesa aquí consignar), a saber: las que, desarrollándose en un ambiente cotidiano de una u otra época -siglo XX o Edad de Piedra-, se concentran precisamente en el análisis y exaltación de los valores cotidianos, de la vida corriente y moliente a la que se supone exenta de peligrosidad y aventura y llena, en cambio, de multitud de detalles- dignos de ser contados; y por otra parte, las que, desarrollándose o no en ambiente cotidiano, explotan los valores opuestos: el peligro, la aventura, la cabriola fantástica”. Cap. VI. Los “comics” y su ideología vistos del revés. Mayo 1.971. REPORTAJES DE LUDOVICO es el nombre de quien es un REPORTERO insigne de los tiempos y así lo testimonia: “ Se trata en definitiva, de crear un concepto conflictivo de cultura, opuesto en todo o casi todo al plácido y ya soñoliento concepto ad usum del viejo humanismo tradicionalista. Un concepto lleno de pólvora intelectual”... “Los inmensos medios de comunicación radioeléctrica creados en nuestro siglo, no son en sí ni buenos ni malos. Son productos culturales que pueden, también culturalmente, emplearse ya sea para formar la conciencia de los hombres, ya sea para deformarla”…LUDOVICO SILVA. JUNIO 1975. Capítulo VIII. La Cuestión de la Cultura. ANTIMANUAL PARA USO DE MARXISTAS MARXOLOGOS Y MARXIANOS. Reportajes de Ludovico”: película ficción-documental, que tiene su origen en la interpretación que de este texto de Ludovico, en su libro-ensayo, o ensayo-libro, o como gustéis, hace Ludovico de lo que llama: “las historietas en general- tanto las serias como las cómicas-… es un Reality Show o Show de la Realidad, o un Reportaje Cinematográfico Televisivo, donde hemos querido inaugurar un nuevo evangelio del humanismo socialista del siglo XXI, al ver en un sentido polisémico y especular, nuestro proceso revolucionario bolivariano, en la caracterización del protagonismo y participación de su gente en la realidad real y la realidad virtual como la realidad publicada en la necesidad de un cambio sustancial de valoración de la opinión pública. ¡Leed aquí, y ved en la película lo que queráis! Roque Zambrano. Capítulo XVIII Del Video/libro: “REPORTAJE CINEMATOGRÁFICO TELEVISIVO.” *Pronto a publicarse.
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 04:35:32 +0000

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