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SÓLO COMPARTO UN ARTÍCULO DEL LICENCIADO JOSÉ ASCENSIÓN MALDONADO MARTÍNEZ, PUBLICADO EL 19 DE JULIO DE 2012 (El diario de Ciudad Victoria). Y LO HAGO POR EL CAPRICHO DE ALGUNOS ALCALDES DEL SUR EN EL SENTIDO DE DAR EL “GRITO” EL DÍA 27 DE SEPTIEMBRE POR EL SÓLO HECHO DE FIGUREAR Y SER VITOREADOS… “ITURBIDE. EL FIN DE UNA GRAN SIMULACIÓN “José Ascensión Maldonado Martínez “El 19 de julio de 1824, el Congreso Constituyente de Tamaulipas puso fin en Padilla a la aventura imperial de Agustín de Iturbide. Es oportuno recordar la circunstancia para no perder ni confundir la memoria colectiva de los hechos históricos. “Todo empezó en 1820, cuando el canónigo Matías de Monteagudo, con la anuencia del virrey Apodaca, organizó la ‘Conspiración de La Profesa’, llamada así por el templo ubicado en las calles de Francisco I. Madero e Isabel la Católica, de la ciudad de México, donde se reunían los españoles y criollos más representativos del poder virreinal, clero, comerciantes, hacendados, mineros, para examinar y tomar decisiones sobre dos problemas que les urgía resolver: los efectos de la entrada en vigor de la Constitución de Cádiz, por una parte y por otra, poner fin a la guerra de independencia que aun sostenía Vicente Guerrero, con su eliminación física, para continuar adueñados del poder. “Para encargarse de ello, acordando llamar a un exitoso militar realista de nombre Agustín de Iturbide, que aun cuando había sido retirado del servicio activo por sus negocios ilícitos, tenía reconocida fama como exterminador de insurgentes por haber derrotado en diferentes batallas a Morelos, Rayón, Albino García, para lo cual fue reincorporado por el virrey como comandante del Ejército realista del Sur y debidamente equipado con armamento, municiones, tropa y caballería, se dispuso a batir a Guerrero. Empero, en su confrontación con los insurgentes pronto fue derrotado en Tlataya, Zapotepe y otros puntos, a fines de 1820 y principios de 1821; y estas derrotas le hicieron entender, que si en más de diez años de lucha los insurgentes no se habían rendido, era pues, el momento de cambiar de estrategia; y así urdió la simulación no de un rendimiento sino de una seducción epistolar, en la que propuso al Rayo del Sur ya no guerrear entre sí, sino unir sus ejércitos para entre ambos consumar la independencia. Los años de dura lucha hicieron mella en Guerrero, pero conociendo los antecedentes realistas y tendencias monárquicas de su enemigo, le advierte a Iturbide, por carta de fecha 20 de enero de 1821 ‘…si no se separa de constitución de España, no verá más letra mía. Obre Ud. como le parezca, que la suerte decidirá (…) y me será más glorioso morir en la campaña que rendir la cerviz al tirano (…) y le repito que todo lo que no sea concerniente a la total independencia, lo demás lo disputaremos en el campo de batalla’. “Logrando el aparente apaciguamiento, Iturbide, él solo, sin la participación de Guerrero, lanza el Plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821, que dispone las bases constitutivas del Imperio Mexicano, que entre otras establecen: un gobierno monárquico, el emperador será Fernando VII y en su caso los miembros de su dinastía, habrá una junta gobernativa interina que gobernará por el juramento prestado al Rey. Posteriormente, con motivo de la llegada del nuevo virrey Juan O’Donojú, con fecha 24 de agosto de 1821, Iturbide y el virrey suscribieron los Tratados de Córdoba, Ver., donde se ratifica: que el gobierno del imperio será monárquico; que será llamado a gobernar en primer lugar Fernando VII, rey católico de España, y por su renuncias, su hermano el infante don Carlos; que el Emperador fijará su corte en México, capital del Imperio. “En ese estado de cosas, el 27 de septiembre de 1821 hizo su entrada a la ciudad de México el llamado Ejército Trigarante, encabezado por Iturbide, pero no está demostrado que haya participado Guerrero y si lo hizo pasó desapercibido; y el día 28 se firmó el acta de independencia, que no está suscrita por Guerrero ni por ningún jefe insurgente, sino por los españoles y criollos que detentaban el poder virreinal, como Iturbide el Obispo de Puebla Antonio (Pérez), el propio O’Donojú, seguidos de condes, marqueses y Anastasio Bustamante, otro exterminador de insurgentes de triste memoria en Tamaulipas. En esta acta se dispone que el imperio se establecerá conforme las bases previstas en el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba, que arriba se mencionan. “Aquí salta la pregunta obligada sobre qué actitud asumieron y dónde se encontraban los jefes insurgentes que siendo sobrevivientes no participaron en el engaño, y la respuesta es que se replegaron en Veracruz, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Antonio López de Santa Anna, en sus orígenes, a los que desde luego se unió Vicente Guerrero, al verse traicionado por Iturbide, a efecto de organizarse para reanudar la lucha insurgente por la verdadera independencia, plasmada por Morelos en sus Sentimientos de la Nación y la Solemne Declaración de Independencia de América, documentos aprobados y promulgados por el Congreso de Anáhuac reunido en Chilpancingo, los días 6 y 14 de noviembre de 1813 y en lo que por primera vez se consagra el principio de que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo y que en tal concepto queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español. “Para legitimarse en el poder Iturbide convocó a un Congreso Constituyente que sentaría las bases del Imperio Mexicano, pero que ya reunido, mediante un motín presionó a sus incondicionales para proclamarse emperador con el nombre de Agustín I, hecho a lo cual lo disolvió, siendo este el detonante para que los insurgentes reagrupados en Veracruz lanzaran el Plan de Casamata, que obligó al autollamado emperador a salir del país en mayo de 1823. “Un nuevo Congreso Constituyente integrado por diputados de todos los estados y territorios del país se instaló en la ciudad de México el 7 de noviembre de 1823, y en esa asamblea los tamaulipecos estuvimos representados por el diputado PEDRO PAREDES Y SERNA, en ejercicio de su soberanía el 31 de enero de 1824, el Constituyente promulgó el ACTA CONSTITUTIVA DE LA FEDERACIÓN, en la que por primera vez se instituye a nuestra entidad como ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE TAMAULIPAS, y en curso de sus trabajos legislativos el día 28 de abril expidió el decreto de ley mediante el cual declara a AGUSTÍN DE ITURBIDE traidor y fuera de la ley y en caso de presentarse en territorio nacional cualquiera puede darle muerte, y según algunos historiadores el decreto se debió a que al interior del Congreso trascendió que algunos partidarios de Iturbide preparaban su regreso. “Y sucedió que efectivamente que el 15 de julio de 1824 un supuesto empresario auxiliado por su asistente, desembarcó en la playa de Soto la Marina, pero reconocido por FELIPE DE LA GARZA como AGUSTÍN DE ITURBIDE, fue conducido y puesto a disposición del recién instalado CONGRESO CONSTITUYENTE DE TAMAULIPAS, en la Villa de Padilla, que tomó conocimiento del caso tan trascendente, y en la sesión del día 18 discutió el asunto, los diputados consideraron que estudiado el decreto-ley, no había objeto del debate y sólo se estaba en el caso de su cumplimiento y en consecuencia decretaron a su vez la ejecución, que tuvo lugar al día siguiente, cumplida lo cual así lo comunicó el general Felipe de la Garza al ministro de Guerra y Marina, que dio su aprobación. El Congreso General Constituyente continuó sus trabajos legislativos y el 4 de octubre de 1824, expidió la CONSTITUCIÓN FEDERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, primera del México independiente”.
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 22:33:41 +0000

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