TERAPIA ELECTROCONVULSIVA EN SERES HUMANOS CON IDEACIÓN E INTENTO - TopicsExpress



          

TERAPIA ELECTROCONVULSIVA EN SERES HUMANOS CON IDEACIÓN E INTENTO DE SUICIDA: UN ASUNTO DE BIOETICA Y DE DERECHOS HUMANOS ¡POR ESO DECIMOS… DE LOS EXPERTOS EN LA SALUD, LÍBRANOS SEÑOR! Esas barbaridades leemos (recurrimos a tabascohoy/2/notas/index.php?ID=146625). El tratamiento de choque eléctrico no es una forma de terapia, a pesar de las demandas de sus seguidores, provoca daño al cerebro, pérdida de la memoria, y disminuye la inteligencia. Se emplea para algunos desórdenes psiquiátricos, como la depresión mayor. La administración del tratamiento consiste en la implementación en la corteza cerebral de un electrodo, con diversos propósitos curativos. A la persona se le administra anestesia general y un relajante muscular, el cerebro de la persona es estimulado con diminutas descargas eléctricas vigiladas, con una fuerza de 70 a 400 voltios y un amperaje de de 200 milli-amperios a 1.6 amperios (1600 milli-amperios). Esta estimulación provoca una convulsión dentro del cerebro que perdura hasta dos minutos. Podría matar al paciente si la corriente no se limitara a la cabeza. La electricidad es tan fuerte que puede quemar la piel en la cabeza donde se colocan los electrodos. Podríamos decir - con cierta reserva - que la aplaudimos cuando es utilizada para reducir el dolor crónico neuropático severo de personas con padecimientos terminales, cuando no responden a los tratamientos médicos convencionales (como se empezó a hacer hace menos de 10 años en el Servicio de Neurocirugía del Hospital de Rehabilitación y Traumatología del Hospital Virgen de las Nieves, en Granada, España). También, miramos con agrado otras intervenciones quirúrgicas (resección cortical) desarrolladas inicialmente en Montreal, Canadá (1950) y Francia, como alternativas terapéuticas en casos de epilepsias fármaco-resistentes. Pero nos resistimos y repudiamos el uso de esas “terapias” para intentar resolver PROBLEMAS TAN COMPLEJOS COMO EL SUICIDIO, pues sus detonantes por excelencia son -en más de un 90%- la gran diversidad de factores sociales, económicos y culturales que todos conocemos. Cualquier sujeto puede en determinado momento de su existencia, sentir que la vida no tiene sentido por diversas causas. Estrategias para la prevención del suicidio y abordaje a seres humanos que por sus sufrimientos presentan problemas de ideación, pensamiento o intento de suicidio, lo decimos con mucho respeto, solo cabe en aquellos que defendían el condicionamiento clásico.; u otras técnicas neuroquirúrgica terapéutica que se utiliza para pacientes con el mal de párkinson, si lo aceptaran, desde luego, por razones de ETICA Y DE DERECHOS. El ser humano (sujeto de derechos) que idealiza, piensa y llega al intento de suicidio, no es un loco, un enfermo, un criminal o un demonio escondido tras la personalidad del demonio. El ser humano que idealiza, piensa y llega al intento de suicidio, tampoco es un animal , sobre el que como“ conejillo de indias” o “chivo expiatorio” se pueda hacer experimentos tan inhumanos y degradantes: NOS HACEN RECORDAR LA NOVELA DE CIENCIA FICCIÓN “LA NARANJA MECÁNICA”. Una inmensa mayoría de Psiquiatras continúan insistiendo en que la depresión es la causa principal de los problemas que aparecen en el drama del suicidio pues según ellos, opinión que respetamos, algunos hallazgos encontrados a través del uso de técnicas neurofisiológicas o de neuroimagen han apuntado hacia una disminución de actividad en áreas de los lóbulos frontales en los deprimidos. Pero cuidado pues los que practican este tipo de experimentos pretenden justificarlos con el argumento de que los resultados pueden beneficiar a la salud de algunos seres humanos, como si estuviera aceptado provocar r cualquier daño o sufrimiento a una persona: Esos son uno de los dilemas éticos que deberán resolverse antes de este tipo de investigaciones y experimentos. La neurociencia despierta grandes expectativas porque el estudio del cerebro vive un momento apasionante, por eso, el debate entre expectativas y límites éticos debe imponerse. El fenómeno del suicidio no se debería someter únicamente a un asunto de salud pública, se requiere un abordaje transdisciplinario, desde una perspectiva multidimensional, constituye también un dilema de la bioética y de los derechos humanos. Estas personas deben ser tratadas con dignidad, sin discriminación, tratadas con respeto, bajo los términos de confidencialidad., no ser hospitalizado involuntariamente, a menos que sea urgente, sin prejuicios y sin etiquetas o estigmatizadas. La bioética, no se circunscribe únicamente al espacio médico, sino que encierra todos los problemas éticos que tienen que ver con el desarrollo y la aplicación de las ciencias de la vida: ciencias biológicas, las ciencias médicas, agro-veterinarias y psicológicas, extendiéndose a cuestiones asociadas con la salud mental, como la depresión y la conducta suicida. El respeto a los derechos humanos también debe ser elemento de supervisión en las instituciones de salud mental por parte de las autoridades sanitarias. Comprender el suicidio conlleva a trascender ese paradigma dominante fundado en explicaciones biológicas e individuales, no se trata de negar o desaparecer lo biológico de cada sujeto, se pretende integrarlo en el contexto social en el que se desenvuelve, “la vida de un individuo no se explica totalmente por el funcionamiento de sus mecanismos biológicos ni por la información genética de su especie, ni aun por aquellas información genética que ha incorporado lo social (teoría del genoma socializado) sino que desde su origen múltiples determinaciones, biológicas, sociales, culturales, subjetivas, estarán operando para constituirlo en un ser humano”(Galende, 2008). En la comprensión del suicidio, no puede desligarse la condición socio cultural, tampoco la subjetividad de un sujeto, es la expresión de su cultura y la cultura es subjetividad singularizada, se expresa en las interacciones, en las conductas. De esta forma, “características omnipresentes de la condición humana se convierten en trastornos psiquiátricos rentables, la enfermedad deja de ser una construcción social y se convierte en una construcción corporativa. En el campo de la Salud Mental el sujeto que ha buscado morir por mano propia, ingresa en el proceso de la medicalización. A su vez ésta se fomenta a partir de la hegemonía que ha adquirido el resurgimiento de un modelo biomédico, que resulta dominante entre los profesionales de la salud mental, y en consecuencia su tratamiento se basa en la administración de psicofármacos. La medicalización está asociada con los nuevos valores y significados de la sociedad de consumo. Domingo Abarca V. Vicepresidente: Red Mundial de Suicidología y Presidente: Asociación Red Costarricense de Suicidólogos Ángela Beatriz Martínez González Representante por México ante la Red Mundial de Suicidología
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 14:31:28 +0000

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