TINIEBLAS Parte 3 Se le pasó el último autobús y no tenía dinero para tomar un coche de alquiler. Con las cosas que estaban sucediendo en la ciudad, sintió un vuelco en el estómago solo de pensar que habría que cruzar la ciudad entera para llegar a su casa a pie. Desde hacía unas cuatro semanas atrás, alguien había estado cometiendo una serie de extraños asesinatos. Mujeres y niños habían sido encontrados en distintos puntos de la ciudad, totalmente desangrados. Sin rastro de violencia. Con solo una marca como de aguja en la yugular. Empezó el cansado y desagradable camino hacia su casa, primero a paso firme, pero conforme avanzaba calle a calle, empezaba a maldecir sus zapatillas de tacón alto. Por un momento, pensó en marcarle a su ex novio, para que fuera por ella y la llevara en su coche. No. No habían terminado de la mejor manera y era preferible ir como iba. Pronto, dejó atrás la zona céntrica y comenzó a andar de colonia a colonia... llegó a donde iniciaba la barda del panteón. Solitaria esa calle, sin un alma por ahí. Tragó espeso al confirmar, que en cambio, lo que le habían parecido unos pasos desde cuadras atrás, eran efectivamente porque alguien caminaba atrás suyo. Era un hombre joven, muy atractivo y con una sonrisa amistosa, le saludó por fin y le contó que venía rumbo a su casa. Como a ella, a él se le había pasado el camión y había de cruzar a pie la ciudad. Venía de visitar a su novia, le dijo. Estaba tan preocupado como ella con el tema de la inseguridad. La chica se sintió mas tranquila con esto. Su compañero de viaje parecía un hombre decente. Le contó como de adolescente por la noche y por mero desafío, había cruzado por dentro para hacer un conjuro y un pacto con el diablo, obligandose en el trato a hacer lo que el maligno le ordenara, si este le permitía llegar a los cien años en perfecto estado de juventud. Cosas de chamacos, le dijo. Haciendo hincapié en que tenía 26 años ahora y que parecía mayor. Ella se fijó en su rostro y observó algo en lo que no había reparado. Efectivamente, el hombre pareciera alguien de mas de cuarenta. Hubiera jurado que al conocerle calles atrás, había mirado su rostro mas joven. Tal vez se había sugestionado con la platica. Intentó cambiar el tema de conversación y entonces, volvió a mirarle, mas envejecido aun, lanzándose sobre ella. CONTINUARÁ
Posted on: Thu, 31 Oct 2013 13:21:58 +0000
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