TU VALES MUCHO Todavía recuerdo las experiencias de mi infancia; - TopicsExpress



          

TU VALES MUCHO Todavía recuerdo las experiencias de mi infancia; ya no me duelen las experiencias negativas, y los buenos recuerdos permanecen en mente dándome alegría; sin embargo no fue así cuando recién me acerque a Dios, ni yo mismo sabia la magnitud del daño que había sufrido por parte del entorno en que crecí, el cual es muy parecido en todos nosotros. Es muy significativo el hecho de que crecimos en un mundo que maldice. Desde pequeños se nos ha dicho que nuestro valor como personas es relativo. No valemos por lo que somos, sino que valemos por lo que hacemos, por lo que logramos o por lo que tenemos. Los efectos devastadores de tal herencia nos dejan con una autoestima muy frágil, vulnerable a toda experiencia negativa, por esa causa cuando recibimos a Jesús y comenzamos una nueva vida todo venimos dañados, la mayoría con muy baja autoestima y algunos con la estima muy alta, pero nadie llega teniendo el concepto de si mismo que debería tener. Al conocer a Cristo deberíamos experimentar cambios dramáticos en esta triste condición humana, al descubrir que somos atesorados y valorados por el Dios eterno de los cielos pues nuestro valor no está en lo que hacemos, sino en nuestra condición espiritual, que ha sido asegurada para siempre por el sacrificio de Cristo. Cuando escuchamos una y otra vez esa voz que nos llama «benditos», recibiremos también palabras con las cuales bendecir a otros y revelarles que no son menos bendecidos que nosotros. ¡Qué precioso ministerio! Quebrar con el hábito de este mundo de maldecir, y comenzar a hablar palabras que bendicen y edifican, ser los instrumentos del Padre para restaurar lo que el enemigo ha intentado destruir. Hemos sido llamados a ministrar vida a aquellos que están a nuestro alrededor. A nosotros se nos ha llamado «a curar a la enferma, a vendar la perniquebrada, a fortalecer la débil». Mira las palabras de vida que tiene El Señor hoy para ti… “Ahora, así dice El Señor… No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo...” (Isaías 43.1–5) ¡Bendiciones!
Posted on: Tue, 30 Jul 2013 18:09:07 +0000

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