Tal como se preveía, la Roja salió a tener la pelota y la - TopicsExpress



          

Tal como se preveía, la Roja salió a tener la pelota y la Celeste a correr tras ella, pero con orden en sus líneas y la misma solidez que le permite ser la defensa menos vencida del torneo. Si bien los dirigidos por Lopetegui controlaron la bola y el terreno, el equipo de Verzeri se mostró solidario y compacto atrás, y no pasó más que alguna zozobra en los 45 minutos iniciales, que fueron los de mayor sufrimiento. Un par de atajadas muy buenas de Guillermo De Amores, entre ellas una ante un tiro de esquina de Deulofeu que se cerró y no fue gol por el manotazo del arquero de Liverpool y el travesaño, y los cierres espectaculares de José María Giménez en el fondo, fueron claves para mantener el 0-0 de cara al descanso, cuando España merecía un poquito más. En ataque generó poco la Celeste en ese primer período. Nicolás López, su único delantero neto, se vio obligado a mostrarse sobre los costados y dejó al equipo sin presencia en el área. A De Arrascaeta le costó entrar en contacto con el esférico y lo único que intentó Uruguay fue alguna combinación por izquierda entre Gianni Rodríguez y Laxalt, el incansable volante zurdo de Defensor Sporting que volvió a ser figura con un despliegue a destajo por su carril. Para el segundo tiempo, la Celeste controló mejor el costado derecho de su defensa ajustando la marca sobre Deulofeu, con Guillermo Varela erigiéndose como bastión defensivo junto a Giménez. El veloz puntero izquierdo complicó en la primera mitad pero decayó en la complementaria, fue anulado y luego sustituido. Así, el principal peligro de España pasaba por la creación de Oliver Torres y algo de Suso, el del Liverpool inglés, por derecha. Con el correr de los minutos, España fue perdiendo la paciencia y mostrándose cada vez más incómoda con su intrascendente control de pelota, y por contrapartida Uruguay se animó algo más. Diego Rolan entró por Federico Gino (uno de los volantes centrales de contención), el Diente López tuvo otra compañía y de a poco salía en bloque el equipo de Verzeri a buscar la clasificación. En la última jugada de los 90 minutos reglamentarios casi lo gana Uruguay con un cabezazo de Rolan hacia atrás. En esa acción, el arquero Sotrés realizó una atajada magnífica que le costó golpearse el rostro contra el caño, motivo por el que tuvo que salir y dejar su lugar a Rubén Yánez. A esa altura se quedaban sin cambios los europeos, mientras que al combinado charrúa le quedaban dos por hacer. Los dos equipos estaban cansados, sin resto físico ni respuestas futbolísticas, pero Verzeri volvió a apostar a ganador y tuvo resultado inmediato. El entrenador uruguayo sacó a Cristóforo, el otro volante central que tenía y que estaba extenuado, y puso a Avenatti, el ariete de River Plate que en su primera intervención ganó en las alturas tras un tiro de esquina de Giorgian De Arrascaeta y cabeceó a la red libre sin marcas. Quedaba demostrado que, en esto del fútbol, a veces para ganar no alcanza con toquetear la pelota de forma vistosa para los costados. A veces son más importantes algunos aspectos mucho más básicos, como no perder la marca de un atacante de casi dos metros de estatura en una jugada de pelota quieta. Uruguay no perdió marcas a pesar de soportar los últimos minutos sin su dupla de volantes de contención, y España perdió una marca que fue decisiva. Sin la brillantez del promocionadísimo y atildado juego del país campeón mundial, pero con la histórica entrega de todos los equipos uruguayos y un orden táctico digno de elogiar, la Celeste de Verzeri se metió entre los cuatro mejores del mundo y espera por Irak o Corea del Sur.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 20:31:54 +0000

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