Tienda de la verdad El hombre estaba sorprendido. Pensó que - TopicsExpress



          

Tienda de la verdad El hombre estaba sorprendido. Pensó que era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían. Entró. Se acercó a la señorita que estaba en el primer mostrador y preguntó: «Perdón, ¿esta es la tienda de la verdad?». -Sí, señor. ¿Qué tipo de verdad está buscando? ¿Verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa? Así que allí vendían verdad. Nunca se había imaginado que aquello era posible. Llegar a un lugar y llevarse la verdad era maravilloso. -Verdad completa --contestó el hombre sin dudarlo. «Estoy tan cansado de mentiras y falsificaciones», pensó. «No quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni fraudes.» -¡ Verdad plena! -ratificó. -Bien, señor. Sígame. La señorita acompañó al cliente a otro sector, y señalando a un vendedor de rostro adusto, le dijo: «El señor le atenderá». El vendedor se acercó y esperó a que el hombre hablara. -Vengo a comprar la verdad completa. -Ajá. Perdone, pero, ¿el señor sabe el precio? -No. ¿Cuál es? --contestó rutinariamente. En realidad, él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad. -Si usted se la lleva -dijo el vendedor- el precio es que nunca más volverá a estar en paz. Un escalofrío recorrió la espalda del hombre. Nunca se había imaginado que el precio fuera tan alto. -Gra... gracias... Disculpe... -balbuceó. Dio la vuelta y salió de la tienda mirando al suelo. Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que aún necesita­ba algunas mentiras en las que encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justifi­caciones para no tener que enfrentarse consigo mismo... «Quizá más adelante», pensó.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 22:57:09 +0000

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