Todo parecía indicar que hoy sería el día "D" por lo que respecta a las expectativas que puede deparar mí rara y traidora enfermedad, y los hechos lo han confirmado con creces. Tras ser diagnosticado de una grave disfunción autoinmune, y permanecer ingresado durante 9 meses casi ininterrumpidos en el Hospital General de Catalunya en las postrimerías de la titularidad de Capio, el mes de mayo pasado enfermaba gravemente el médico con el que habíamos luchado codo a codo por conocer los entresijos de la dolencia, y quince días después un nuevo internista que conocía bien el caso, me daba sorpresivamente el alta con el argumento de que los numerosos tratamientos a los que fuí sometido,habían estabilizado mi enfermedad, que , en contra de lo apuntado tanto por los neurólogos que en agosto de al año pasado me diagnosticaron, no tenía ninguna expectativa de mejorar. Se disipaban ya en este momento expectativas de mejoría que no iban a llegar, aunque se abría la puerta a no precipitarse por la senda de un nuevo y probablemente letal empeoramiento, A pesar de la debilidad física y emocional que siempre conllevan nueve meses de hospitalización en plena convivencia ahora con la cercanía de la muerte, y un día después con claras mejorías que concedían cierta esperanza, desde el mismo día del alta redoblé todos mis esfuerzos por acercarme a un galeno o un hospital dispuestos a seguir luchando conmigo por mi superviviencia en condiciones dignas como lo hizo quien ahora valientemente está luchando por la suya con únicamente 38 años. Se trataba de dar con el mejor servicio del mundo de Enfermedades Autoinmunes, y he aquí que tras múltiples gestiones llego a la conclusión que tanto el Hôpital Pitié-Salpétrière de París, como el Hospital Clínic de Barcelona, con un acreditado departamento ad hoc, son las mejores opciones. La proximidad y las referencias excelentes que me llegan de los médicos del hospital barcelonés y la posible interdisciplinaridad de acreditados neurólogos e internistas, son los dos motivos de peso que me llevan a solicitar una revisión de mi caso, y el subsiguiente tratamiento por parte del Servei de Malalties Immunes, del que en su momento ya me había hablado el médico enfermo que he mencionado. Con celeridad y excelencia más que notables los médicos de este servicio analizan meticuolosamente mi caso, al que puedo aportar también documentos que habían quedado fuera de mis informes a pesar de sustentarlos, y que mi experiencia en el periodismo de investigación me permiten reunir con la colaboración inestimable de fuentes que por razones evidentes no voy a desvelar. Así las cosas, hoy he recibido una confirmación que a cuatro horas de la misma, aún me cuesta asumir. A pesar de las dudas razonables sobre un diagnóstico totalmente clarificador, justificadas por la atipicidad del caso, lo que ya es inexorable es que "la sintomatología va a ir a peor, sin poner para nada en riesgo la vida", Dicho de un modo más claro, mi esperanza de vida es exactamente la misma que atesoraba un año atrás cuando la autoinmunidad sistémica se cebó en mi cuerpo, pero el sufrimiento físico, muy considerable en los últimos doce meses, y en ocasiones al límite, se acrecentará exponencialmente cada día que transcurra hasta el final. Considerándome humildemente incapaz de afrontar sólo la peor de las noticias, os pido ayuda, a todos vosotros y a todas vosotras, absolutamente convencido de que me aportaréis ideas para afrontar una sentencia difícil de digerir.... Mil gracias, y a pesar de considerar que el relato paso a paso de mi extraña enfermedad constituye interés general en la medida en que da pistas sobre el via-crucis y la incomprensión con que puede chocar un ciudadano afecto de una enfermedad atípica, prometo solemnemente no volver a mencionarla excepto en el caso de que se produzca uno de los dos milagros posibles....... Abrazos, besos y caricias, en pleno proceso de interiorización no exento de necesidad de enriquecimiento.
Posted on: Mon, 08 Jul 2013 16:18:54 +0000
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