Todos los años, entre los meses de mayo y octubre, México vive - TopicsExpress



          

Todos los años, entre los meses de mayo y octubre, México vive su temporada de huracanes. Se la llama así a pesar de que muchos de los ciclones que se forman nunca llegan a convertirse en huracán. Ingrid y Manuel tampoco han necesitado hacerlo - aunque el segundo finalmente sí que evolucionó hacia un huracán de categoría I - para causar estragos en el país. Ahora que las lluvias más fuertes ya han pasado, la pregunta empieza a flotar entre políticos y ciudadanos: ¿cómo es posible que México no esté preparado para una tragedia de este tipo? La Cámara de Diputados mexicanos escenificó en la tarde del miércoles la disputa por la búsqueda de responsables. “Esto, sin duda alguna, es una negligencia por parte de la autoridad federal”, señaló el diputado Humberto Armando Prieto, del PAN. Hacía suya la idea de que algo había tenido que fallar para que unas lluvias de las que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) empezó a alertar el miércoles de la semana pasada hayan causado al menos 101 muertos. Uno de los comunicados de ese 11 de septiembre alertaba de “la combinación de dos sistemas de bajas presiones con potencial ciclónico, uno en el Golfo de México y otro en el Pacífico Sur, que propiciará lluvias muy fuertes durante los próximos días”. El diputado del PT Manuel Huerta reprochó la tardanza a la hora de coordinar las acciones: no fue hasta el domingo 15 (cuatro días después) cuando se celebró la primera reunión del Sistema Nacional de Protección Civil, dijo. Al analizar la situación los expertos apuntan varias razones para explicar el desastre. Algunas de ellas hacen hincapié en las condiciones meteorológicas. “Que dos tormentas tropicales azoten ambas costas de México ha ocurrido con anterioridad, pero es muy poco frecuente”, explica Dennis Feltgen, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida. Concretamente, hacía más de medio siglo que no tenía lugar un fenómeno natural de estas características en México, que hizo que prácticamente todo el sur del país se viera afectado. El centro es el encargado de predecir y dar seguimiento de ciclones tropicales. “Para los países que no son EE UU, se discute y coordinan las advertencias con el servicio meteorológico nacional. Pero la decisión final en cuanto a cuándo y dónde se colocan los avisos es del servicio meteorológico correspondiente”. Además, ocurrió algo que no se había previsto: "La tormenta del Pacífico se mantuvo estacionaria sobre Guerrero durante horas, en vez de moverse. Eso hizo que cayera mucha agua en una de las zonas más pobres del país”, cuenta Benjamín Martínez López, doctor en Ciencias Naturales e investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM. Este imprevisto hizo que las alertas emitidas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) a través del SMN a los Estados se quedaran cortas. Estudiar las razones de por qué se produjo este fenómeno es una de las primeras tareas que se han impuesto los investigadores. Pero, más allá de los factores meteorológicos que endurecieron las tormentas, los investigadores se preguntan hasta qué punto el país se encontraba preparado para un desastre de estas características. “México posee desde el año 2000 un sistema de alerta temprana para ciclones tropicales que sirve para ofrecer un pronóstico y determinar qué medidas deben tomarse”, cuenta Víctor Manuel Velasco. Más información: internacional.elpais/internacional/2013/09/20/actualidad/1379641357_331156.html
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 14:35:44 +0000

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