Tomado del libro Memorias Cmdte Monica Baltodano. Una brigada de - TopicsExpress



          

Tomado del libro Memorias Cmdte Monica Baltodano. Una brigada de apoyo fue organizada rápidamente con revolucionarios nicaragüenses, salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y uruguayos que se entrenaban entonces en Cuba, y 51 oficiales del Partido Comunista de Chile, 20 del Partido Socialista de ese país y ocho del Partido Comunista Uruguayo, formado durante años en nuestras academias militares, que fueron integrados a esa fuerza con autorización previa de sus respectivas organizaciones políticas. Diez médicas y dos médicos chilenos, militares todos, formados igualmente en Cuba, fueron enviados al Frente Sur para atender a los heridos de guerra. Los Sandinista habían promovido un levantamiento en el sur de su país, próximo a la frontera de Costa Rica. Después de más de diez días de combate, se habían replegado hacia territorio tico. Por diversas vías legales se movieron los hombres que fueron en su apoyo. En un viejo cuatrimotor DC-6 que podía cargar 14 toneladas, se enviaron las armas pertinentes, que eran desembarcadas en el aeropuerto de Liberia, a pocos kilómetros de la frontera con Nicaragua. Se portaron valientes las autoridades de Costa Rica que suscribieron el acuerdo. Las armas asignadas a los nicaragüenses iban para el Frente Sur y otros puntos en rebeldía. En uno de esos vuelos viajó el Teniente Coronel de Tropas Especiales Alejandro Ronda Marrero, entonces jefe de operaciones de esa importante Unidad, como asesor del Frente Sur. (Pp. 128-129). José: Mandamos a las tropas adelante, a los mejores hombres, en pelotones con sus buenos jefes. Me acuerdo de uno de ellos que llegó a ser el segundo de la Policía, Orlando Aguilera, y eran hombrones que cargaban fácil una ametralladora cincuenta16. Se seleccionaron los mejores, para las distintas misiones. Recuerdo a Carlos Duarte y otros compañeros. Detrás, la artillería debía ablandar a la Guardia. Los chilenos recién llegados eran los artilleros y, en un primer momento, estaban tirando muy cerca de la infantería y casi nos matan a alguna gente. Comentario de la autora: Carlos Duarte Tablada es hijo de uno de los opositores a Somoza que participó en los sucesos de abril de 1954; por esta razón tuvieron que emigrar cuando Carlos apenas tenía 12 años. Desde muy joven empezó a colaborar con el FSLN. Estuvo un tiempo detenido en Honduras y de ahí lo deportaron a Venezuela. Se integra como combatiente del Frente Sur en 1978 y participa en los combates de El Disparate, El Balsamito, Orosí y la colina 155. Después de la retirada estratégica, fue jefe de columna y le correspondió dirigir la toma de Peñas Blancas y el control de los territorios ocupados de La Calera, Sapoá y Sotacaballos. • José: Laureano Mairena iba adelante con un RPG-2 y se vuela un camión. De eso salió una foto de un guardia inflado que le dio la vuelta al mundo. ¡Empieza un cachimbeo de guerra de posiciones brutal! ¡Nos tiraron con todo!, pero ya estábamos mejor armados. A Pichardo le cayó una bomba de quinientas libras y el bombazo le pasó raspando el pelo porque él estaba abajo. A un asesor cubano que llevaban, le arrancó todo el pellejo17. Nosotros ya venimos con armamento salvaje, pero ellos tienen tres piezas de artillería, cañón, obuses 105 milímetros, que eran caballos. Nosotros sólo oíamos pum y ahí nomás estaba el vergazo. Nos mató un montón de gente. También usaron aviones. ¡Se arma pues!, y los periodistas de todo el mundo pasando noticias, y entonces todo eso ya te da otra dimensión. Fidel: El Frente Sur, con la mitad aproximadamente de los soldados élites de la Guardia Nacional, sumaba alrededor de 400 hombres. Se enfrentaban, además, a dos aviones T-33 a reacción, que lanzaban sus cohetes y disparaban con sus ametralladoras de proa, aviones de ataque Push and Pull, C-47 y helicópteros que ametrallaban y lanzaban bombas de hasta 500 libras sobre las posiciones de ese Frente, cuyos hombres disparaban sus armas automáticas para impedir que la aviación enemiga intentara volar a baja altura buscando precisión. Las fuerzas revolucionarias disponían, por su parte, de fusiles automáticos FAL, decenas de ametralladoras MAG del mismo calibre, ametralladoras pesadas calibre 50, usadas también como antiaéreas, bazucas RPG-2, cañones sin retroceso de 75 milímetros y morteros de calibre 82 y 120, respectivamente. Recuerdo que en el viejo DC-6 podían cargarse 5 morteros de este último calibre, con 100 proyectiles cada uno. En general, los soldados y los oficiales, formados en nuestras academias militares, estaban especialmente preparados en el empleo de esas armas. (Ídem). Sergio Rodríguez Gelfenstein, venezolano incorporado en esta ofensiva, en un artículo escrito en julio de 2009, relata: La ofensiva se profundizó hasta que el enemigo se atrincheró en una línea al norte del Río Ostayo a unos 8 kilómetros de la frontera, teniendo en su flanco izquierdo el lago de Nicaragua y en su flanco derecho una línea protegida por colinas de mediana altitud en las cuales establecieron una línea de trincheras. El FSLN dislocó sus columnas guerrilleras en una línea aproximadamente a 800 metros al sur del Río Ostayo, pasando por alrededor de un kilómetros al oeste de Sotacaballo y La Calera, ubicada en el camino que va de Sapoá hacia el Pacífico, siguiendo una línea hacia el sur hasta la frontera con Costa Rica. El territorio conquistado y liberado por el FSLN en el cual nos debíamos atrincherar, mantener, consolidar y resistir todos los posibles embates del enemigo encaminados a su captura y aniquilamiento, tenía aproximadamente 40 kilómetros cuadrados. El Frente Sur tenía además como misión alterna el abastecimiento logístico de las columnas que operaban en la cercanía de la ciudad de Rivas y –si las circunstancias lo permitían– avanzar hacia el norte y tratar de juntarse con estas fuerzas, pero sin arriesgar la estabilidad del territorio ocupado. José: En estos días llega José Figueres al Frente Sur y dice que quiere hablar con un comunista, entonces le digo a un chileno: –Vos decís que sos del Partido Comunista. ¡Andá hablá con Figueres! Mire –dice Figueres– quiero que usted le transmita un mensaje a Fidel Castro; dígale que yo nunca lo quise ofender cuando en La Habana, en el año tal… Y explica todas las circunstancias de aquella vez que, estando en La Habana, le arrebataron el micrófono18. Y nos dice: –El 16 se va Somoza. Entonces Jaime Wheelock me manda a decir: –Metele todo lo que tengás a esa colina hijueputa y tomate esa colina ya. No me dice por qué, pero yo dije, no joda, ya ha muerto un turcazal de gente, ¿y sólo por llegar de primero a Managua, vamos a sacrificar cincuenta, cien vida más? No valía la pena. Cuando Somoza se va, todo se desmorona y nosotros tenemos las fuerzas frescas; en cambio, las de ellos están desgastadas completamente. Entonces ya era un desfile, el 17 nos vamos a asomar y empezamos a avanzar poco a poco. Fidel: Los combatientes del Frente Sur avanzaron por la carretera Panamericana sin encontrar resistencia alguna, como no fueron las multitudes enardecidas aplaudiendo la victoria. Encabezando la marcha iban los Comandantes Edén Pastora, José Valdivia y Javier Pichardo. El asesor cubano de este último, Mayor Elso Oria Borroto, de Tropas Especiales, había sido gravemente herido el 12 de julio, a las 13:30 horas, por una bomba de 500 libras lanzada desde un helicóptero a mil metros de altura. La misma explosión mató a ocho combatientes nicaragüenses del Frente Sur. ¡Habían combatido como leones! (Ídem). José: Le digo a “Ezequiel”: –Andate a la salida de San Juan del Sur, porque por ahí van a salir los guardias. No quiso ir. Ya había problemas con “Ezequiel”, ya le hacía más caso al Frente Interno que a mí. ¡Se lo habían robado los del Frente Interno!
Posted on: Wed, 30 Oct 2013 19:19:19 +0000

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