Tres Filósofos de Mileto Parménides Pensaba que todo lo que hay - TopicsExpress



          

Tres Filósofos de Mileto Parménides Pensaba que todo lo que hay ha existido siempre (idea muy común entre los griegos), que todo lo que existe en el mundo es eterno. Nada puede surgir de la nada, pensaba Parménides. Algo que existe tampoco se puede convertir en nada. Sabía que la naturaleza muestra cambios constantes. Con los sentidos, observaba como cambiaban las cosas, pero esto no concordaba con lo que le decía la razón. Cuando se vio forzado a elegir entre guiarse por sus sentidos o por su razón, optó por la razón. Pensaba que los sentidos nos ofrecen una imagen errónea del mundo. Una imagen que no concuerda con la razón de los seres humanos. Esta fuerte fe en la razón humana se llama racionalismo. Nada Puede Surgir de la nada Pensaba que los cambios constantes eran los rasgos más básicos de la naturaleza. Es decir que Heráclito tenía más fe en lo que le decían sus sentidos que Parménides. Decía que todo fluye, todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso no podemos descender dos veces al mismo río. "Ni yo ni el río somos los mismos". También señaló que el mundo esta caracterizado por constantes contradicciones: si no estuviéramos nunca enfermos no sabríamos valorar la salud, si no hubiera nunca invierno no notaríamos la primavera, si no hubiera guerras no podríamos valorar la paz, etc. Tanto el bien como el mal tienen un lugar necesario en el todo. Si no hubiera un constante juego entre los contrastes, el mundo dejaría de existir. Para Heráclito, Dios o lo divino es algo que abarca todo el mundo. Dios se muestra en la naturaleza llena de contradicciones y en constante cambio. En lugar de la palabra Dios, emplea a menudo la palabra griega logos que significa razón. Aunque las personas no hemos pensado siempre del mismo modo ni hemos tenido la misma razón, Heráclito opinaba que tiene que haber una especie de razón universal que dirige todo lo que sucede en la naturaleza. En medio de todos esos cambios y contradicciones en la naturaleza, Heráclito veía una unidad o un todo. Pensaba que Dios o logos era la base de todo. Heráclito Opinaba que tanto Parménides como Heráclito tenían razón en una de sus afirmaciones, pero que los dos se equivocaban en una cosa. Pensaba que el gran desacuerdo se debía a que los filósofos habían dado por sentado que había un solo elemento primario. El agua no puede convertirse en cualquier otra cosa, por lo tanto Parménides tenía razón en decir que nada cambia. Al mismo tiempo, Empédocles le daba la razón a Heráclito en que debemos fiarnos de lo que nos dicen nuestros sentidos. Debemos creer lo que vemos y vemos precisamente cambios constantes en la naturaleza. Empédocles llegó a la conclusión de que lo que había que rechazar es la idea de que hay un solo elemento. Ni el agua ni el aire por sí solos son capaces de convertirse en un rosal o una mariposa. Razón por la cual resulta imposible que la naturaleza solo tenga un elemento. Empédocles pensaba que la naturaleza tiene en total cuatro elementos o raíces: tierra, aire, fuego y agua. Todos los cambios en la naturaleza se deben a que estos cuatro elementos se mezclan y se vuelven a separar. Es decir, no es cierto que todo cambia. En realidad no hay nada que cambie, lo que ocurre, es que cuatro elementos se mezclan y se separan para luego volver a mezclarse. Empédocles pensaba que tenían que haber dos fuerzas que actuasen en la naturaleza, las llamó amor y odio. Lo que une las cosas es el amor y lo que las separa es el odio. Empédocles pensaba que nuestros ojos estaban formados de tierra, aire, fuego y agua, como las demás cosas en la naturaleza. "La tierra que tengo en mi ojo capta lo que hay de tierra en lo que veo, el aire capta lo que es de aire y el fuego lo que es de fuego". Si el ojo hubiera carecido de uno de los cuatro elementos, no habría podido ver la naturaleza en su totalidad. Empédocles Opinaba que la naturaleza está hecha de muchas piezas minúsculas invisibles para el ojo. Todo puede dividirse en algo todavía más pequeño, pero incluso en las piezas más pequeñas hay algo de todo. Pensaba que si se separa una célula de la piel de un dedo, el núcleo de esa célula contiene no sólo la receta de cómo es la piel, sino que en la misma célula también está la receta de mis ojos, el color de mi pelo, cuantos dedos tengo, etc. En cada célula del cuerpo hay una descripción detallada de la composición de todas las demás células del cuerpo. A esas partes mínimas que contienen algo de todo, Anaxágoras las llamaba gérmenes o semillas. También Anaxágoras se imaginaba una especie de fuerza que pone orden y crea animales y humanos, flores y árboles. A esta fuerza la llamó espíritu o entendimiento (nous). Anaxágoras se interesaba en general por la astronomía, opinaba que todos los astros estaban hechos de la misma materia que la tierra. Decía que era posible que hubiera personas en otros planetas. También señaló que la luna no relucía por propia fuerza sino que recibía su luz de la tierra. Explicó además el por qué de los eclipses de sol. Anaxágoras Demócrito Es el último filósofo de la naturaleza. Demócrito estaba de acuerdo con sus predecesores en que los cambios en la naturaleza no se debían a que las cosas realmente cambiaran. Suponía por lo tanto que todo tenía que estar construido por unas piececitas pequeñas en invisibles, cada una de ellas eterna e inalterable. A éstas piezas más pequeñas, Demócrito las llamó átomos (indivisible). Pensaba además que los átomos tenían que ser fijos y macizos, pero no podían ser idénticos entre sí. Precisamente por tener diferentes formas, podían usarse para componer distintos cuerpos, pero aunque sean muchísimos y muy diferentes entre sí, son todos eternos, inalterables e indivisibles. Cuando un cuerpo, por ejemplo un árbol o un animal, muere y se desintegra, los átomos se dispersan y pueden utilizarse de nuevo en otro cuerpo, pues los átomos se mueven en el espacio, pero como tienen entrantes y salientes se acoplan para configurar las cosas que vemos en nuestro entorno. Demócrito no contaba con ninguna fuerza o espíritu que interviniera en los procesos de la naturaleza. Lo único que existe son los átomos y el espacio vacío, pensaba. Ya que no creía en nada más que lo material, le llamamos materialista. La teoría atómica también explica nuestras sensaciones, pensaba Demócrito. Cuando captamos algo con nuestros sentidos, se debe a los movimientos de los átomos en el espacio vacío. Cuando vemos la luna, es porque los átomos de la luna alcanzan mi ojo. Demócrito se imaginaba que el alma estaba formada por unos átomos de alma especialmente redondos y lisos. Al morir una persona, los átomos del alma se dispersan hacia todas partes, luego pueden entrar en otra alma en proceso de creación (alma no inmortal). Demócrito puso temporalmente fin a la filosofía griega de la naturaleza (presocráticos). Estaba de acuerdo con Heráclito en que todo en la naturaleza fluye. Las formas van y vienen, pero detrás de los que fluye se encuentran algunas cosas eternas e inalterables que no fluyen, a estas cosas Demócrito las llamó átomos. Todo Fluye Los filósofos de la naturaleza ocupan un importante lugar en la historia de la ciencia. En cambio en Atenas el interés comenzó a centrarse en el ser humano y su lugar en la sociedad. Desde las colonias griegas pronto acudió a Atenas un grupo de profesores y filósofos errantes. Estos se llamaban a sí mismo sofistas. La palabra sofista significa persona sabia o hábil. Los sofistas vivían de enseñar a los ciudadanos, y tenían un importante rasgo en común con los filósofos de la naturaleza: el adoptar una postura crítica ante los mitos tradicionales. Estos opinaban que los seres humanos no serían capaces de encontrar respuestas seguras a los misterios de la naturaleza y el universo, ese punto de vista se llama escepticismo en la filosofía. El hombre es la medida de todas las cosas decía el sofista Protágoras, con lo que quería decir que siempre hay que valorar lo que es bueno o malo, correcto o equivocado, en relación a las necesidades del hombre. Cuando le preguntaron si creía en los dioses contestó: el asunto es complicado y la vida humana es breve. A los que como él no saben pronunciarse con seguridad sobre la pregunta si existe o no existe un dios los llamamos agnósticos. El hombre en el centro Sócrates es quizás el personaje más enigmático de toda la filosofía. No escribió nada en absoluto, y sin embargo es uno de los filósofos que más influencia tuvo en el pensamiento europeo. Esto se debe en parte a su dramática muerte. Sabemos que nació en Atenas y pasó la mayor parte de su vida por calles y plazas conversando con la gente con la que se topaba. A menudo, se quedaba inmóvil, de pie, en profunda meditación durante horas. La vida de Sócrates se conoce sobre todo a través de Platón, que fue su alumno y sería uno de los filósofos más grandes de la historia. Platón escribió muchos diálogos o conversaciones filosóficas en los que utilizaba a Sócrates como portavoz. El objetivo de Sócrates no era enseñar a la gente, daba más bien la impresión de que aprendía de las personas con las que hablaba, de modo que no enseñaba como cualquier maestro de escuela, sino que conversaba (arte de conversar). Esta claro que no se hubiera convertido en un famoso filósofo si no hubiera escuchado a los demás, y tampoco lo habrían condenado a muerte. Al principio, solía simplemente hacer preguntas, dando a entender que no sabía nada. En el transcurso de la conversación conseguía que su interlocutor viera los fallos de su propio razonamiento. Se dice que la madre de Sócrates era comadrona, y Sócrates comparaba su propia actividad con el arte de parir de la comadrona. No es la comadrona la que pare el niño, simplemente esta para ayudar a las personas en el parto. El método de Sócrates se llamó por esto mayéutica. No es la comadrona la que pare al niño, simplemente esta presente para ayudar durante el parto, así Sócrates consideraba su misión ayudar a las personas a parir la debida comprensión, porque el verdadero conocimiento tiene que salir del interior de cada uno. No puede ser impuesto por otros, sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento. Todas las personas pueden llegar a entender las verdades filosóficas cuando utilizan su razón, cuando una persona entra en juicio, recoge algo de ella misma. Precisamente haciéndose el ignorante, Sócrates obligaba a la gente con la que se topaba a utilizar su sentido común. De esta manera aparentaba ser más tonto de lo que era. A esto lo llamamos ironía socrática. Un encuentro con Sócrates podía significar quedar en ridículo ante un gran público. Atenas es como un caballo apático y yo soy un moscardón que intenta despertarlo y mantenerlo vivo. Sócrates tuvo mucho en común con Jesús: ambos eran considerados personas enigmáticas por sus contemporáneos, ambos tuvieron una muerte trágica, ninguno de los dos escribió su mensaje, lo que significa que dependemos totalmente de la imagen que de ellos dejaron sus discípulos. Lo que esta por encima de cualquier duda es que los dos eran maestros en el arte de conversar. Además, hablaban con una autosuficiencia que fascinaba e irritaba. Desafiaron a los poderosos de la sociedad criticando toda clase de injusticia y abuso de poder. Finalmente, esta actividad les costaría la vida. Sócrates vivió en el mismo tiempo que los sofistas, como ellos se interesó más por el ser humano y por su vida que por los problemas de los filósofos de la naturaleza. Un filósofo romano, Cicerón, diría unos siglos más tarde, que Sócrates hizo que la filosofía bajara del cielo a la tierra, obligando a los seres humanos a pensar en la vida, en las costumbres, en el bien y en el mal. Pero Sócrates también se distinguía de los sofistas en un punto importante. Él no se consideraba sofista, es decir, una persona sabia o instruida. Al contrario de los sofistas no cobraba dinero por su enseñanza. Él se llamaba a si mismo filósofo, es decir, uno que busca conseguir sabiduría. Pensaba que un verdadero sabio era aquel que sabía lo que ignoraba. Para Sócrates era muy importante encontrar una base segura para nuestro conocimiento. Él pensaba que esta base se encontraba en la razón del hombre. Con su fuerte fe en la razón del ser humano, era un típico racionalista. Sócrates pensaba que tenía por dentro una voz divina, y que esa conciencia le decía lo que estaba bien. Quien sepa lo que es bueno, hará el bien. Quería decir que conocimientos correctos conducen a acciones correctas. Sólo el que hace esto se convierte en un ser correcto. El ser humano busca la felicidad, y nadie es feliz haciendo lo que sabe que no esta bien. Sócrates Discípulo de Sócrates durante mucho tiempo. Tenía 29 años cuando a Sócrates le obligaron a vaciar la copa de veneno. El hecho de que Atenas fuera capaz de condenar a muerte a su ciudadano más noble no sólo le causó impresión, sino que decidiría la dirección que tomaría toda su actividad filosófica. La primera acción de Platón como filósofo fue publicar el discurso de defensa de Sócrates. En el discurso se refiere a lo que Sócrates dijo al gran jurado. Platón fundó su propia escuela de filosofía fuera de Atenas. Situada en una arboleda que debía su nombre a un héroe griego mitológico llamado Academo. Por lo tanto la escuela de filosofía de Platón adquirió el nombre de Academia. A Platón le interesaba la relación entre lo eterno y lo inalterable, por un lado, y lo que fluye, por el otro. Le interesaba lo que es eterno e inmutable en la naturaleza y lo que es eterno en inmutable en cuanto a la moral y la sociedad. Platón opinaba que todo lo que podemos tocar y sentir en la naturaleza fluye, es decir, según él, no existen unas pocas materias primas que no se disuelven. Absolutamente todo lo que pertenece al mundo de los sentidos esta formado por una materia que se desgasta con el tiempo, pero a la vez, todo esta hecho con un molde eterno e inmutable. Estos moldes se encuentran detrás de todo lo que vemos a nuestro alrededor. A estos moldes, Platón los llamó ideas. Detrás de todos los caballos, cerdos y seres humanos, se encuentra la idea de caballo, la idea de cerdo y la idea de ser humano. En conclusión, Platón pensaba que tenía que haber una realidad detrás del mundo de los sentidos. A esta realidad la llamó el mundo de las ideas. Aquí se encuentran las eternas e inmutables imágenes modelo detrás de los distintos fenómenos con los que nos topamos en la naturaleza. A este espectacular concepto, lo llamamos la teoría de las ideas de Platón. Pensaba que todo lo que vemos a nuestro alrededor en la naturaleza, es decir, lo que podemos tocar y sentir, puede compararse con una pompa de jabón. Porque nada de lo que existe en el mundo de los sentidos permanece. "Si te encuentras en un aula del colegio en compañía de otros 30 alumnos y el profesor pregunta cual es el color más bonito del arco iris, seguramente obtendrá muchas respuestas diferentes, pero si pregunta cuanto es 8 x 3 la clase deberá llegar al mismo resultado, pues en este caso se trata de un juicio emitido por la razón, y de alguna manera la razón es lo contrario de las opiniones y los pareceres. Podríamos decir que la razón es eterna y universal. Precisamente porque sólo se pronuncia sobre asuntos eternos y universales." Sólo podemos tener ideas vagas sobre lo que sentimos, pero sí podemos conseguir conocimientos ciertos sobre aquello que reconocemos con la razón. Platón pensaba que la realidad esta dividida en 2. Una parte es el mundo de los sentidos sobre el que sólo podemos conseguir conocimientos imperfectos utilizando nuestros 5 sentidos, aproximados e imperfectos. De todo lo que hay en el mundo de los sentidos podemos decir que todo fluye y nada permanece. La otra parte es el mundo de las ideas, sobre la cual podemos conseguir conocimientos ciertos, mediante la utilización de la razón. Por consiguiente este mundo no puede reconocerse mediante los sentidos. Por otra parte, las ideas son eternas e inmutables. Según Platón, el ser humano también esta dividido en dos partes, tenemos un cuerpo que fluye (por lo tanto ligado al mundo de los sentidos) y un alma inmortal, la morada de la razón. Precisamente porque el alma no es material puede ver el mundo de las ideas. Platón pensaba además que el alma ya existía antes de meterse en un cuerpo, y en el momento en que el alma se despierta dentro de un cuerpo humano, se olvidó ya de las ideas perfectas. Platón opinaba que todos los fenómenos de la naturaleza son solamente sombras de moldes o ideas eternas. Mito de la caverna: imagínate unas personas que habitan una caverna subterránea, están sentadas de espaldas a la entrada, atadas de pies y manos de modo que sólo pueden mirar hacia la pared de la caverna. Detrás de ellas hay un muro alto y detrás del muro caminan unos seres que se asemejan a las personas levantan diversas figuras por encima del borde del muro. Dentro de estas figuras arde una hoguera, por lo que se dibujan sombras llameantes contra la pared de la caverna, lo único que pueden ver esos moradores de la caverna es por tanto ese teatro de sombras. Han estado sentados en la misma postura desde que nacieron y creen que las sombras son algo que existe. Imagínate ahora que uno de los habitantes de la caverna empieza a preguntarse de donde vienen todas esas sombras en la pared de la caverna, y al final consigue soltarse. Evidentemente, lo primero que ocurrirá es que la fuerte luz lo cegará. También le cegaran las figuras nítidas, ya que hasta ese momento sólo había visto las sombras de las mismas. Si consiguiera atravesar el muro y el fuego y salir a la naturaleza fuera de la caverna, la luz le cegaría aún más. Pero después de haberse restregado los ojos se habría dado cuenta de la belleza de todo. Por primera vez vería colores y siluetas nítidas. Vería verdaderos animales y flores de los que las figuras de la caverna sólo eran malas copias. Pero también entonces se preguntaría a sí mismo de donde vienen todos los animales y las flores, entonces vería el sol en el cielo y comprendería que es el sol el que da vida a todas las flores y animales de la naturaleza, de la misma manera que podía ver las sombras en la caverna gracias a la hoguera. Luego se acuerda de los hombres que vivían en la caverna, y vuelve y les cuenta lo que vio, y les dice que las sombras son malas copias de cosas mucho más bellas, y lo matan. Lo que quiere señalar Platón con este mito es la relación entre la oscuridad de la caverna y la naturaleza del exterior corresponde a la relación entre los moldes de la naturaleza y el mundo de las ideas. Según Platón, el cuerpo humano esta dividido en tres partes: cabeza, pecho y vientre. A cada una de estas partes le corresponde una habilidad del alma. A la cabeza pertenece la razón, al pecho la voluntad y al vientre el deseo. Pertenece además a cada una de las tres habilidades del alma, un ideal o una virtud. La razón debe aspirar a la sabiduría, la voluntad debe mostrar valor y al deseo hay que frenarlo para que el ser humano muestre moderación. Cuando las tres partes del ser humano funcionan a la vez como un conjunto completo obtenemos un ser humano armonioso y honrado. En la escuela, lo primero que tiene que aprender un niño es frenar el deseo luego de que desarrolló el valor, y finalmente la razón obtendrá la sabiduría. Platón se imaginaba un estado construido exactamente de la misma manera que un ser humano, el cual tiene gobernantes, soldados y productores. De la misma manera que una persona sana y armoniosa demuestra equilibrio y moderación, un estado justo se caracteriza porque cada uno conoce su lugar en el conjunto. Como el resto de la filosofía de Platón, la filosofía del estado se caracteriza por su racionalismo. Es decisivo para crear un buen estado que sea gobernado por la razón. De la misma manera que la cabeza dirige el cuerpo tiene que haber filósofos que dirijan la sociedad. Leer más: monografias/trabajos4/filosofos/filosofos.shtml#ixzz2bx80axAh
Posted on: Wed, 14 Aug 2013 14:13:03 +0000

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