UNA HOJA SUELTA DEL CUADERNO DE BITÁCORA - TopicsExpress



          

UNA HOJA SUELTA DEL CUADERNO DE BITÁCORA VERUELA El viajero llega a Veruela un medio día de agosto. Se ha puesto el Moncayo una mantilla de nubes de tormenta. El aire, racheado y violento agita las copas de los plátanos, las ramas de las acacias, de los castaños, y el campo de girasoles que, un poco más allá de los tapias del monasterio abren sus círculos negros coronados de pétalos amarillos. El viajero no sabe si es suerte o es una mala pasada del destino. Hoy no abren. Los martes, no se abre al público. Lee y relee la información de tablón de anuncios que han colocado a la derecha de la portería; al otro lado de la puerta, marcadas sobre mármol blanco, una inscripción: “Monumento Nacional 1928” El que no hayan abierto puede ser una suerte. A este viajero casi le gusta ir con el pie cambiando y aprovecha entonces que no hay nadie para pensar. En Tarazona, -donde estuvo por la mañana- intentó comprar algo de Bécquer y no lo encontró. La librera, amablemente, le dice que las ‘Rimas y Leyendas’ se le han agotado y que las ‘Cartas desde mi celda’, hace años que no se reimprimen. Se ha sentado el viajero frente a la Cruz Negra. Ocupa - la Cruz - el centro de una plazoleta, al otro lado de la carretera, frente a la puerta principal de la tapia. En la Cruz negra de Veruela, cada tarde, Bécquer se sentaba esperando el correo que le traía los periódicos de Madrid. Lo cuenta en la segunda ‘Carta desde mi celda’… Bécquer llegó al pie del Moncayo en la huida desesperada contra la tuberculosis que lo corroía; a las páginas de Bécquer hemos llegado desde no sabemos cuando…. Pienso en las personas que conozco y que sí siguen leyendo a Bécquer. “¿Qué es poesía me preguntas mientras clavas en mi pupila tu pupila azul / poesía….” Comparte el viajero estos momentos con el sentir de Juan Gaytán: para caminar hasta su soledad no hacen falta alforjas. Y, luego, entre un aire que presagia tormenta decide subir hasta el Santuario del Moncayo y lo hace…Y desde la cumbre tiene un recuerdo para Avelino Hernández, - a dónde esté - y que fue el primero que le sembró la semilla de subir un día, hasta donde pudiera, del San Miguel o del Moncayo que para el caso, es lo mismo.
Posted on: Wed, 14 Aug 2013 23:06:29 +0000

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