Un Harrier ingles, un polluelo perdido en el Atlántico, ante la disyuntiva de caer al mar, opta por aterrizar en la cubierta de contenedores del buque español Alraigo, originando un contencioso de su propietario con el Gobierno británico. El capitán del carguero español, con un par de , ignoró las llamadas de portaaviones ingles que reclamaba que se desviara de su ruta para entregarlo. Al cabo de unos meses el Gobierno británico pagó una indemnización al Armador y a la tripulación, aunque menor a la que esperaban. Pero como son así de rencorosos, apuntaron la jugada y una año después, en una visita al Reino Unido, el Alraigo sufrió una inspección de las autoridades marítimas inglesas en la que le multaron por todo lo habido y por haber, que si el piloto de la intermitente roto, que si la luz de marcha atrás, que si el tubo de escape, que si flota demasiado....
Posted on: Thu, 06 Jun 2013 08:40:51 +0000
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