Un Pan, Un Cuerpo Martes, 17 de septiembre de 2013 san Roberto Bellarmine 1Timoteo 3,1-13 Salmos 101,1-3, 5-6 Lucas 7,11-17 ¡"DESPIÉRTENSE, HOMBRES DE DIOS"! "El muerto se incorporó" (Lucas 7,15). Han notado que en muchos lugares los hombres están sistemáticamente ausentes del servicio a Dios? Hay muchas más viudas sirviendo al Señor que viudos. Pero aún hay muchas más viudas de espíritu. Los esposos están físicamente vivos, pero las esposas viven su fe solas, porque los esposos están espiritualmente muertos o discapacitados. Además, por lo general, los hombres jóvenes están espiritualmente muertos. Por supuesto que también hay muchas mujeres jóvenes espiritualmente muertas, pero los hechos devastadores indican que hay muchos más hombres jóvenes espiritualmente muertos que mujeres jóvenes. Solamente Jesús puede contrarrestar este ataque contra los hombres y contra el cuerpo entero de Cristo. Cuando Jesús entró en el pueblo de Naín, "llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre, que era viuda" (Lc 7,12). Jesús dijo, "Joven, yo te lo ordeno levántate" Y el que estaba muerto se incorporó y empezó a hablar" (Lc 7,14-15). Jesús hará lo mismo con todos los hombres espiritualmente muertos en nuestros días. Tal vez deberíamos considerar lo que se nos dice en el Antiguo Testamento: "Despiértense, Hombres de Dios." Muchos hombres en nuestra sociedad necesitan la resurrección de la muerte por los pecados cometidos. Jesús es "la Resurrección y la Vida" (Jn 11,25). "Quien crea en Él, aunque muera, regresará a la vida" (Jn 11,26). Hombres, "despiértense de la muerte, y Cristo les dará la luz" (Ef 5,14). ¡"Despiértense, Hombres de Dios"! Oración: Padre, que los hombres puedan ser fervorosos de tu reino. Promesa: "Que sea un buen administrador de su propia casa, manteniendo a sus hijos bajo control sin sacrificar su dignidad" (1Ti 3,4). Alabanza: San Roberto, el padre espiritual de san Luis, usó su gracia divina para defender y enseñar la fe católica.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 13:31:17 +0000