Un falso predicador en Alabama, se dirige a su congregacion: -Ha llegado a mis oidos de que alguien en la congregación ha regado un rumor de que yo pertenezco al Ku Klux Klan... En este momento, yo necesito que esa persona que comenzó el rumor, se levante y pida perdón a Dios. Nadie en la congregación se movió. Entonces el predicador volvió a pedir: -Mi gente, ¿cómo es posible que el autor de esta falsedad no se pare y acepte que hizo ese comentario mal intencionado...? El peso del juicio de Dios caerá sobre esa persona si no tiene la decencia de decir que lo que dijo es mentira y que yo no soy miembro del Ku Klux Klan... Entonces, en ese momento, ante la mirada atónita de la congregación, una rubia despampanante, con un cuerpo que pararía el tráfico en la ciudad de Nueva York, dice: -Reverendo, aquí ha habido un mal entendido, yo en ningún momento dije que Ud. era parte del Ku Klux Klan... Yo solo dije a un grupo de amigas que Ud. era un diablo debajo de la sábana... Demás está decirles que el predicador cayo de rodillas... su esposa se desmayó, y la congregación por poco lincha al predicador.
Posted on: Fri, 09 Aug 2013 01:56:43 +0000
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