Un favor para este simple y trasnochado conductor Esta mañana - TopicsExpress



          

Un favor para este simple y trasnochado conductor Esta mañana amanecí una vez más con ojos de lechuza insomne, aunque el profe Humberto diría que son ojos de toro loco, por lo que después de nadar entre letras y entregar un trabajo de traducción, como es mi costumbre mañanera me dispuse a darle una ojeada a las noticias del día. Resulta pues, que me encontré con una nota en el diario de juárez muy a su fiel estilo para despertar el interés de la gente, una nota roja, mejor dicho penosa y lamentablemente rojísima. Se trata de una persona que falleció esta mañana atropellada mientras cambiaba una llanta ponchada en su vehículo. Al parecer estaba estacionado en el lado derecho (lado de la acera) en el carril de baja velocidad sobre una avenida conocida cuando de pronto fue impactado y arrollado por otro vehículo. Tristemente el pobre hombre dejó de existir y la sufrida esposa quedó lesionada. Quisiera comentar algo sobre este tema que me parece muy importante. He vivido, trabajado y vagado toda mi vida en Ciudad Juárez, conozco sus principales avenidas y muchas de sus calles, incluidos sus puestos de antojitos de mayor tradición. El caso es que a lo largo de mi vida como conductor he tratado, no siempre con éxito, de respetar las reglas de tránsito. En mi juventud, recuerdo a mi padre entregándome dos o tres veces el manual de estudio para tomar la prueba de licencia de conducir del estado de Texas. Digo dos o tres veces porque en principio y siendo fiel a mi uso y costumbre de andar siempre en la baba, no puse la debida atención a ese y a muchos otros estudios. No obstante, la tenaz persistencia de mi padre logró hacer mella en mí y entre en razón de que debía dedicarle unas horas de estudio al famoso manualito. Tendría yo unos 16 o 17 años, sumamente apuesto por cierto, cuando finalmente después de estudiar lo suficiente tomé la prueba escrita y la respectiva prueba de campo conduciendo un Fairmont cuyo modelo debió ser algo así como 81. Ese Fairmont era propiedad de mi madre y han de saber estimados lectores que lo condujo ferozmente durante muchos años. La prueba de manejo de campo la hice con los nervios tensados como los cables de tirolesa, al lado de un oficial de policía semi-oculto detrás de unos lentes Ray-Ban como los que usaba “Poncharelo” (policía motociclista de la exitosa serie de TV “Chips” de principios de los años ochenta) y con el resto de su cara con semblante al más puro estilo de Elmer gruñón. Creo que hasta me preguntó si el carro estaba fallando y le contesté que sí, pero en realidad se trataba de una espantosa temblorina que me agarró de su puerquito durante todo el trayecto de la prueba de manejo, iba yo asido con ambas manos al volante transmitiendo al carro la vibración de mi joven e inocente corazoncito provocando que temblaran y se enmarañaran hasta las rayas de piso de las llantas. Finalmente conduje y me estacioné correctamente (nombreee hoy soy todo un experto) logrando así obtener mi licencia de conducir expedida por el Estado de Texas. Siempre temeroso de no ser infraccionado por faltas a las reglas de tránsito y menos en la vecina ciudad de El Paso, ya que eso causaría estragos irreparables en el raquítico bolsillo de mi padre por lo que me concentré en respetar los señalamientos, conducir correctamente (bueeno… es un decir), conocer los carriles de alta y baja velocidad, indicar correctamente las vueltas, saber qué hacer en caso de que se atraviese una señora con cuatro bolsas de mandado y dos chilpayates en cada mano, etc. Es un hecho que me he equivocado muchas veces en mi modo de conducir (y de conducirme), obviamente también me he creído tontamente varias veces que todavía alcanzo a pasar el semáforo en amarillo. También es cierto que no soy un buen conductor al volante “pero lo intento, y lo intento, y lo intento…” como dice un estribillo de una famosa canción de los Rolling Stones. Y es que, actualmente estoy intentando no renegar, no despotricar ni ser majadero, pero muchas veces me gana la furia y me pongo como energúmeno cuando me veo obligado a frenar o a defenderme de las agresiones de otros vehículos quienes impune y deliberadamente no respetan las más mínimas reglas de tránsito. Se me tensa el cogote cuando me encuentro con conductores que optan por los semi-altos, que manejan siempre con alevosía creyendo falsa y ridículamente que manejan al nivel de habilidad de un Ayrton Senna o que mínimo le pisan los talones al Checo Pérez, y según ellos y ellas también, son propietarios únicos de las calles, siempre están (o estamos) tratando de ser los primeros en llegar. Sepan señores y señoras que no chocan y se salvan de pagar cuantiosas sumas de dinero dejando el refrigerado desierto por meses enteros así como también se salvan de sufrir accidentes, simple y sencillamente porque los demás conductores: los respetan. Es aquí donde quiero hacer hincapié a los que tan gentilmente me han seguido hasta estos renglones. Es muy importante conocer las reglas de tránsito y aun más importante: respetarlas. Muchos de nosotros no sabemos ni siquiera cuál es el carril de alta velocidad y cuál es el de baja velocidad. Es en gran medida la falta de conocimiento y de respeto a las reglas de tránsito lo que ocasiona que se presenten hechos tan lamentables como la triste tragedia de esta mañana. Recapacitemos en que la vida es lo más preciado que tenemos y debemos hacer siempre lo que esté a nuestro alcance para respetarla cuidarla, la vida nuestra y la de todos. Así que por favor, si ya están en su plan de hacer plantones contra la X de Juárez o contra la permanencia del Chepo de la Torre como manager del TRI, o ya están planificando irse de vacaciones a cualquier lugar que no se parezca nadita a sus casas, o si ya hicieron maletas para ir a visitar a la tía Pacita, están en todo y pleno derecho de hacerlo, hagan de su vida un papalote, nada les impide tomarse la tarde, la semana o el mes de julio para vagar sin rumbo por las calles locales y del país, pueden viajar por carretera todas las horas que quieran. Pero recuerden, sea en calles y avenidas locales o en carretera, el carril de lado izquierdo es de alta velocidad y únicamente para rebasar o para encarrilarse a dar vuelta a la izquierda, o sea, no estorben no sean gachos, también esto ocasiona accidentes o da pie para que otros tomen la estúpida y mala decisión de rebasar por la derecha y poner en riesgo la vida de todos. Respetemos los altos, respetemos el paso de los peatones, los semáforos, no usen sus teléfonos celulares mientras conducen (me estoy mordiendo la lengua). Echémosle una ojeada a las reglas de tránsito locales, aprendamos los símbolos de los señalamientos, no excedamos la velocidad permitida y ¡vámos pues! a portarnos bien ¿qué nos cuesta? Respetémonos todos y todas las cosas del mundo. Verán, se los aseguro, que tomando el respeto como principio para conducir y conducirnos, iremos construyendo una mejor convivencia en nuestras comunidades. Por lo pronto, los dejo. Me voy a descansar estacionado en el lado derecho de mi cama. En caso de verme impactado por un irrespetuoso rebase por la derecha, espero que se trate de la hermosa figura de mi flaca a quien amo profundamente y entonces, solo entonces, en este sentido no les prometo respetar ninguna regla de tránsito en plena zona de lecho conyugal.
Posted on: Mon, 24 Jun 2013 18:17:37 +0000

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