Una Iglesia que ya anticipó Ratzinger y que ahora el Papa Francisco sigue poniendo en cuestión. Una Iglesia en la que el Papa Francisco denuncia que la jerarquía, y muchos creyentes, prefiere los árboles frondosos, como el de la izquierda de la foto, donde poder sestear bajo una buena sombra y ver la vida pasar. Una Iglesia donde la mayoría de sus fieles parece haber cambiado el becerro de oro por el símbolo cristiano: la Cruz. Eso sí, bien pulida, limpita y cubierta de oro. De qué les vale a esos fieles tener todo el agua del mundo a sus pies si están secos y marchitos como el árbol del centro de la foto. Una Iglesia donde el árbol más hermoso fuese el de La Cruz, pero no una cruz como símbolo de ningún imperio, sino La Cruz como símbolo de Amor, Perdón, Misericordia, Comprensión... sería una Iglesia en la que San Pablo y otros muchos Santos y Mártires se sentirían muy a gusto. Bien claro lo dijo Pablo, que sólo quería saber de Jesucristo, y a éste crucificado. Quien es capaz de hacer tal afirmación ha contemplado, entendido y meditado en profundidad la ofrenda hecha en la Cruz por Jesús por nuestra salvación y la ha sentido como un aguijón en su alma. Para Dios nunca ha sido cuestión de cantidad. Para Dios uno cualquiera de nosotros es un Universo entero por el que merece la pena bajar a este mundo y acudir en su rescate. Así es su amor por cada uno de nosotros. ¿Cómo es el tuyo?
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 12:45:46 +0000
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