Una novela que dejé aparcada hace más de año y medio y que hoy - TopicsExpress



          

Una novela que dejé aparcada hace más de año y medio y que hoy recupero... espero que os guste, comienza así.... y la continúa a partir de ahora..... Hsi Kay partió de Huangsham, Zhengjiang, en dirección a Hangzhou, en la desembocadura del río Qiantang, en el límite con el Lago del Oeste y con el Gran Canal de China, dos días después del hundimiento del “palacio de cristal” y la desaparición de la Kwada , temió por su vida y la de los suyos, y huyó. La siguieron las treinta y cuatro guerreras que forman su guardia personal. Desde Tunxi siguieron el curso del río Xin’an hasta Kengou donde les esperaba una decena de juncos. Navegaron río abajo hasta Zangtanxiang, en la provincia de Zhejiang. Intentaban pasar desapercibidos sin conseguirlo. Aunque viajaban durante la noche y descansaban durante el día, cuando la reconocían, se le agregaban decenas de campesinos que huían de las patrullas. En Yanziling, también, cerca de doscientos jóvenes. Acamparon en Xiaongcuxiangsh, Una pequeña aldea de unos cincuenta habitantes junto al río Xintianshenj, habitada sólo por ancianos y niños. La viuda se mantuvo, como siempre, en guardia, flanqueada por Ling Lin Shao y Xiuxiu Lin. - ¿Qué lugar es éste? – preguntó Ling Lin - Xiaong cush – respondió uno de los ancianos. - ¿Sólo viven viejos y niños?. - Sólo – contestó un anciano. - ¿No hay jóvenes? - No… Los han reclutado. Los envian a Kuangshi y Kunan – respondió una de las ancianas. - ¿A todos? Demasiado lejos de Ahui. - Sí – se entristeció – Todos están lejos… quizás no vuelvan nunca … quiénes son Vds. - Venimos del Norte. - Ah. - Del Huangshan. - ¿de las montañas amarillas? - Sí. - Pasen – una mujer les invitó a entrar en su casa. Se sentaron y les sirvieron Moutai con Dim Youm, higos secos, exquisitos Tom Yuen, bananas fritas y bolitas de cerdo agridulce. Hsi Kay se acomodó con Ling Lin Shao y Xiuxiu Lin. Junto a ellas, los ancianos Liu Zirong y su esposa Shao Ming. - ¿Y las muchachas? ¿No hay muchachas tampoco? – comentó Xiuxiu Lin. - ¿Del Wenquam? – Liu cambió la conversación -Los soldados que llegan a la aldea hablan del monasterio… de la viuda… como si hubiese muerto. - Tal vez – comentó Ling Lin. - ¿No oyeron nada.? - No – respondió seca y tajante Hsi Kay. Hsi Kay eclipsaba al resto. Su juventud perenne y altiva, la fiereza de sus ojos, sus modales dulces, la soledad de sus labios y su rostro. - Mi hija… - musitó imperceptiblemente Shao Ming. - Calla – recriminó Liu Zirong. - Bien, debemos marchar ya – explicó la viuda. - Descansen unos días… o al menos durante la noche – concluyó Liu Zirong. - A nuestra hija se la han llevado – comentó Shao Ming. - Calla, mujer. No debemos molestar a nuestros huéspedes – atajó Liu agachando la cabeza avergonzado.
Posted on: Sun, 24 Nov 2013 17:22:25 +0000

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